El escritor Juan Manuel de Prada, autor de 'Mil ojos tiene la noche'

El escritor Juan Manuel de Prada, autor de 'Mil ojos tiene la noche' @JAIMEFOTO

Letras

Desmontando a Gregorio Marañón y su 'tercera España', por Juan Manuel de Prada

El escritor plasma en la primera parte de 'Mil ojos tiene la noche' una crítica feroz, a través del personaje Fernando Navales, a los liberales que, en realidad, apoyaron al movimiento falangista de Franco

11 junio, 2024 12:54

Una tercera España. ¿De verdad? El historiador Paul Preston no dudó en incorporar a Gregorio Marañon, el liberal, en esa España que pudo ser, pero no fue. Lo incluyó en su libro Las tres Españas del 36. Pero, ¿qué piensa de él Fernando Navales, el personaje de Juan Manuel de Prada, que apareció por primera vez en su novela La máscara del héroe, y ahora recupera en la primera parte de su gigantesca obra Mil ojos tiene la noche, y que lleva por título La ciudad sin luz?, (Espasa). Navales es un camisa vieja, sí, un falangista de primera hora, que honra al Ausente, --José Antonio Primo de Rivera-- pero Juan Manuel de Prada le hace decir cosas muy feas sobre Gregorio Marañón.

De Prada desmonta a Marañón, y lo hace a partir de una profunda investigación, la que ha realizado sobre archivos de la época: la del París ocupado por los nazis, a partir de la delegación de Falange en la capital francesa, que buscaba cómo hacer suyos a intelectuales, periodistas y artistas que quisieron huir de la España franquista, dominada por los falangistas en un primer momento. Corre el año 1940

Investigar los archivos en París

El escritor admite una cierta sorpresa tras esa investigación. En una conversación con Letra Global, el autor de El derecho a soñar, una biografía impresionante sobre Ana Martínez Sagi --deportista, feminista, primera directiva del F.C.Barcelona-- que le ha servido en gran parte para lograr el material con el que ha construido Mil ojos tiene la noche, señala con un cierto pesar su 'sorpresa'. "Es lo que más me ha tocado, porque de Marañón se tenía otra idea, otra imagen, y, en cambio, su actitud fue muy clara, se puso sin dudar al lado de ese primer franquismo". 

Juan Manuel de Prada, en Sevilla

Juan Manuel de Prada, en Sevilla @JAIMEFOTO

¿Un mito, que, en realidad, supone una enmienda a esa tercera España liberal que pretendía un país democrático alejado del comunismo-socialismo y del falangismo autoritario? Navales se explaya. ¿Es la gran operación de Juan Manuel de Prada para soltar todo lo que lleva dentro? El escritor tiene sus prevenciones sobre cómo se ha explicado la Historia de España. "Es muy discutible el relato que se ha hecho, principalmente del siglo XIX, que es el determinante. Hay una visión tergiversada, interesada, que es difícil de cambiar, de reinterpretar. Se ha explicado muy mal la Historia de España", insiste, con un enorme pesar, con una sensación de que todo está perdido. De Prada, que participa como analista en medios de comunicación, sigue la actualidad, pero está inmerso en sus novelas, en sus historias, en los archivos, que él dice investigar a fondo, no como otros. "Cuesta leer archivos, buscarlos, trabajarlos a fondo, es un proceso lento, no todos están dispuestos a hacer ese esfuerzo", señala. 

Las "mentiras" en la Historia de España

En la novela aparecen muchos personajes olvidados, como el escultor Mateo Hernández, o la propia Ana Martínez Sagi, que hizo de modelo para Hernández. En la delegación de Falange en París se ocupan de todos. Navales también contacta con un ensalzado por el Madrid periodístico durante muchas décadas César González-Ruano, ‘Ruanito’ para el camisa vieja. Lo destroza, por su desfachatez, por su oportunismo, por cobrar del servicio de propaganda falangista en Roma y por los nazis en Berlín por ‘endulzar’ sus crónicas como corresponsal de ABC. La entrevista en un hotel de París, donde se encuentra ‘Ruanito’, que ha llegado como ‘invitado’ por las tropas nazis para que describa ‘lo bien que se comportan en sus paseos por la capital francesa’, es impagable. Navales pasa cuentas con todos, y ensalza al embajador Lequerica. Sabe que ha llegado su momento, aunque se muestra convencido de que Franco tratará de ablandar la Falange, colocando a los más catolicones, los “meapilas” que diludirán el mensaje duro y “renovador” de la Falange del Ausente.

El libro 'Mil ojos tiene la noche',  con la primera parte, 'La ciudad sin luz', de Juan Manuel de Prada

El libro 'Mil ojos tiene la noche', con la primera parte, 'La ciudad sin luz', de Juan Manuel de Prada

Pero con Marañón la cosa es seria. Juan Manuel de Prada insiste en la conversación con Letra Global en “la necesidad de explicar la historia de España de otra manera”, porque, a su juicio, se ha querido contarla a través de bloques, sin fisuras entre ellos, como una película entre buenos y malos según el juicio de cada uno. Pero el franquismo, por ejemplo, fue otra cosa. Lo ha mostrado también con un libro soberbio el historiador Nicolas Sesma, en Ni una, ni grande ni libre, con la constatación de que en el franquismo hubo profesionales, principalmente diplomáticos, que jugaron con mucha inteligencia, y, para empezar, el mismo Franco.

Intelectuales de derechas, pero con complejos

Navales, --o el mismo De Prada--, se encuentra con Gregorio Marañón en su casa de París, bien provista. Las reflexiones son punzantes: “La timidez de Marañón había perdido su seguridad, intimidada por el retrato que había esbozado en un periquete de gentes como él u Ortega, más de derechas que el caballo de don Pelayo, pero siempre exagerando la notita laicista, la notita europeísta, la notita agnóstica y pitiminí, para hacerse perdonar por los rojos”.

El ‘camisa vieja’ le recuerda su libro, Tiberio, donde refleja la idea del resentimiento, a través del Emperador romano. Ese resentimiento, --¿del propio Franco?--, habría derivado en una gran tragedia en España. Navales niega que esté hablando de Marañón, cuando habla del resentimiento. ¡Para nada, claro! No se refiere a su Tiberio, sino, en general, a todo lo que ha sucedido en España. Y lo verbaliza:

“Este resentimiento liberal ya asomó en nuestra Semana Trágica, donde se quemaron tantos conventos y murió tanta gente. Pero lo grave no fue la mortandad y los destrozos de aquellas jornadas, sino que los liberales ampararan la causa de los violentos, para no quedar alineados con los carcas. Y lo mismo hicieron luego, cuando la República se estrenó quemando también conventos y expulsando a los jesuitas y puteando a las gentes de derechas que de buena fe acataron el régimen. Y todo lo hicieron los liberales por resentimiento, porque no soportaban que los metieran en el mismo saco que los carcas y para seguir chupando del bote republicano, como antes habían chupado con los borbones, que ampararon los latrocinios liberales, llevándose tajada, por supuesto”.

El escritor Juan Manuel de Prada

El escritor Juan Manuel de Prada @JAIMEFOTO

Contra la equidistancia 

Es una enmienda a la totalidad hacia esa Tercera España de Preston, hacia los que quisieron ser “equidistantes”. No hubo tal, porque aquellos liberales, con más o menos intensidad, acabaron sosteniendo el franquismo. Y eso le vale a De Prada para sujetar su idea de que hubo muchos, de que hubo colores distintos, que no fue un bloque monolítico, como se quiso presentar después por los opositores. El franquismo inicial es falangista, pero pronto aparecen matices, disputas internas, influencias diversas, con el pegamento católico y siempre con la fuerza del Ejército. Y Marañón, el liberal, estaba ahí.

Falange le pide a Marañón un discurso. Estamos en 1941, en el París ocupado por los alemanes. Franco cree que está en su mejor momento, porque los países del Eje están ganando la guerra. Los suyos. Y Marañón es valiente, al señalar que un español es también “un moro” de Tetuán. Está con Falange, y constata, frente a los nazis, que un judío integrado en la sociedad alemana debería ser visto a todas luces como un alemán.

De Prada se siente grande. Es el hacedor. Es el escritor de un novelón de 800 páginas. La segunda parte, ya escrita, también tiene una extensión similar. Esa es la grandeza de un escritor que deja que Navales se exprese, después de bucear en archivos de la policía francesa, en el París que guarda todos los secretos. Convencido De Prada de que las cosas son muy distintas a como las habíamos asumido. Entre ellas, el papel de Gregorio Marañón, que volvió a casa, que recuperó su cátedra. El doctor Marañón, el liberal, había colaborado como el que más con la Falange de primera hora.