El ‘Diccionario del diablo’, ayuda a salvarse del Carnaval
Obra universal del estadounidense Ambrose Bierge, gran maestro del cinismo, es una lectura sabia, sarcástica y actual frente al desenfreno y los enemigos del alma: mundo, demonio y carne
6 febrero, 2024 20:09Llegan los carnavales. Días de mascaradas, comparsas, disfraces y regocijos en honor de la carne y sus pecados. Como mundo, demonio y carne son los principales enemigos del alma, nada más indicado que conocer la opinión del mismísimo demonio en El diccionario del diablo (Ed. Sexto piso). Obra de Ambrose Bierge (Ohio, 1842- México, 1914), se publicó por entregas en un semanario estadounidense desde 1881 hasta 1906. Bierge y su diccionario son considerados un clásico universal del sarcasmo y el cinismo. Destilando veneno y humor negro, nada de lo humano escapa a su estilo irreverente y endemoniado, tan apropiado y vigente en estos días.
Antes de que Doña Cuaresma derrote a Don Carnal, sépanse definiciones de Bierge como: Diablo.- “Causante de todos nuestros males y propietario de todas las cosas de este mundo que merecen la pena”. Demonio.- “Hombre cuyas crueldades se cuentan en los periódicos”. Satán.- “Uno de los lamentables errores del creador, del que se arrepintió a golpes de pecho”. Entre los ayudantes de estos personajes: Abogado.- “Profesional especializado en burlar la ley”. Partero.- “Proveedor del diablo”. Coche fúnebre.- “Cochecito de bebé de la muerte”. Bruja.- “Vieja fea y repulsiva que mantiene una relación perversa con el diablo. Joven bella y atractiva cuya perversidad supera con creces la del diablo”. Santo.- “Pecador difunto, corregido y revisado”.
Entre los personajes más satirizados en Carnaval destacan los clérigos. Abad.- “Padre que ha hecho votos para no ser esposo”. Abadesa.- “Padre del sexo femenino”. Hábitos sacerdotales.- “Botarga que lucen los bufones de la Corte Celestial”. Prelado.- “Funcionario eclesiástico con un grado superior de santidad y tendencia a engordar”. Sermón.- “Acrobacias arrogantes y burdas en el púlpito”. Incienso.-“Argumento dirigido a la nariz”. Abstinente.- “Persona débil que cede a la tentación de negarse un placer”. Purgatorio.- “Incómodo calabozo en el que encierran a las almas hasta que algún pariente las saca pagando la fianza”. El diablo también alerta sobre ciertas supuestas virtudes como: Adorar.- “Venerar esperando algo a cambio”. Ermitaño.- “Persona cuyos vicios y tonterías no son sociables”. Misericordia- “Atributo muy querido por los delincuentes descubiertos”. Amnistía.- “Magnanimidad del Estado con aquellos delincuentes a los que sería demasiado costoso castigar”.
Perteneciente a un país "inferior"
No todo es negativo para el encargado de llenar las calderas de Pedro Botero, que a veces prefiere salvar a las personas que a sus almas. Así que: Bautizar.- “Imponer un nombre con toda la ceremonia a una criatura indefensa”. Cristiano.- “Que sigue las enseñanzas de Cristo en tanto en cuanto no sean incompatibles con una vida de pecado”. Embargar.- “Término legal que significa robarle a un don nadie”. Expósito.- “Niño que se ha desembarazado de unos padres inadecuados”. Éxito.- “Único pecado imperdonable que nuestros amigos no nos perdonarán”.
Profundo conocedor del género humano, el demonio cree que: Fe.- “Creencia sin pruebas en lo que dice alguien que habla sin tener la menor idea sobre cosas nunca vistas”. Religión.- “Acogedor árbol en el que han anidado todos los pájaros confusos”. Sus definiciones sobre Alá, Mahoma o el Corán le costarían ahora la vida, así que mejor reírse en la intimidad. En cuanto a la Guerra.- “Producto derivado de las artes de la paz”. Extranjero.- “Perteneciente a un país inferior”. Culpable.- “El otro”. Y Wall Street.- “Símbolo del pecado que debe reprobar todo diablo”. Por eso no tiene ni perdón de Dios.