El mundo de J.G. Ballard

El mundo de J.G. Ballard DANIEL ROSELL

Letras

J.G. Ballard: profecía y caleidoscopio del tardocapitalismo

Andreu Navarra y Beatriz García Guirado se sumergen en un ensayo-ficción publicado por H&O en el universo conceptual del escritor británico, un autor de culto cuyas narraciones son extraños preludios de nuestro presente

28 julio, 2023 19:00

Dos cosas identifican a los escritores que han trascendido a su propia muerte, instalándose en esa suerte de columpio tiránico que llamamos posteridad. Primera: que la gente conozca, aunque sea de forma vaga, su universo sin haberlos leído. Segunda: que su nombre, o en su defecto el de cualquiera de sus personajes, inaugure un adjetivo. Son muchos, diríamos que demasiados, los llamados a esta alta gloria y escasísimos los elegidos. Le sucedió, sin duda, a Borges. Y, antes, a Kafka y a Pessoa.

No significa que sean los más grandes –a excepción del maestro argentino–, pero sí evidencia que su mirada sobre el mundo trasciende lo meramente narrativo para instalarse, acaso durante mucho tiempo, en el ámbito de la categoría cultural. Son escritores con una marca (dicho sea de forma irónica) perfectamente reconocible. 

J.G. Ballard

J.G. Ballard

En el caso de James Graham Ballard (1930-2009) esta ley de la diosa fortuna se cumple sólo a medias. Sus libros son eslabones de una cadena –lo ballardiano– que, sin embargo, no cierra ni protege ninguna fortaleza. Al contrario: abren un sinfín de puertas de un palacio tenebroso, el castillo de la realidad que ocultan las apariencias.

Nacido en Shanghái y devuelto a Inglaterra en un singular tornaviaje, Ballard no es, en sentido estricto, un autor famoso. Al menos, nunca encarnó este arquetipo salvo de forma pasajera, cuando Spielberg decidió adaptar una novela (autobiográfica) escrita sobre su infancia: El imperio del sol. 

Ese remake de Hollywood, claro está, disparó las ventas de su libro, pero no alteró, en lo sustancial, su insigne condición de escritor de culto, periférico, cuyo público se reducía a otros escritores y a los insomnes devotos del género de la ciencia-ficción, una literatura (considerada de evasión) cuya edad dorada podemos situar entre finales de los años treinta y cincuenta del siglo pasado.

'The Drowned World'

'The Drowned World'

El autor británico es ahora objeto de un interesante ensayo-ficción escrito (a cuatro manos) por Andreu Navarra y Beatriz García Guirado, publicado, con la indestructible sobriedad que tienen las cosas sólidas, por H&O Editores. Se trata de un estudio caleidoscópico que discurre por múltiples senderos –la crítica literaria, la narración, el compendio textual, el dietario, la colección de aforismos– sin optar por ninguno de ellos forma expresa. Una inmersión, valiente y original, en una literatura cuya virtud es su condición anticipatoria.

La tesis de fondo, disimulada mediante el hibridismo genérico y una calculada fragmentación, es que la literatura de Ballard anticipa nuestra era con décadas de antelación. No desde el punto de vista de la fantasía tecnológica. Su logro es otro: crear una colección de distopías sobre un futuro que ya es indudable presente, donde palpitan todos los miedos y los totalitarismos contemporáneos. Desde Internet a la Inteligencia Artificial, pasando por el Armagedón climático. 

'Crash'

'Crash'

Las novelas de escritor británico, cuya biografía está marcada por su infancia en un campo de concentración y por la súbita muerte de su esposa, enterrada en el camposanto inglés de Alicante, contienen, con el lenguaje propio de la figuración narrativa, los paisajes (desarticulados) de nuestro momentum. Si en su día fueron consideradas ficciones científicas, leídas desde nuestra hora se antojan cuentos realistas, concretos.

Ballard inquieta porque acierta. Nos describe antes de que existiéramos con un grado de detalle profético. En cierto sentido, de sus libros cabe decir lo que Picasso sentenció tras pintar a Gertrude Stein, cuando le reprocharon que su retrato no se parecía a la modelo: “Se acabará pareciendo”. Ballard Reloaded, que de esta forma se titula el interesante artefacto verbal de Navarra y García Guirado, descompone el universo ballardiano –ese hoy que fue ayer– en cuadros independientes que, a modo de fogonazos, enhebrados con la lógica de la autonomía de las imágenes, evocan y recrean la atmósfera de su literatura.

Prueba editorial de 'The Day of Creation'

Prueba editorial de 'The Day of Creation'

El resultado arroja algunos hallazgos –la magnífica síntesis entre los argumentos y las citas literales, la sensación de sorpresa que acompaña a la lectura– y una colección de instantes narrativos, donde discuten personajes imaginarios –los dos B, trasuntos de los autores– que, igual que las criaturas ballardianas, tienen la misión de prolongar desde el punto de vista narrativo todo aquello que se enuncia como argumentos de fondo. Una teoría acompañada su praxis.

La dosificación entre ambos registros otorga al libro una perspectiva dialógica. La erudición de los autores, palpable en el manejo de amplias referencias culturales y bibliográficas, queda entreverada en el interior de la estructura de esta obra abierta, viajera y exploratoria, que se mueve entre lo desconcertante y lo realmente profundo. “Todo el mundo se ha vuelto caprichoso y susceptible, todo el mundo se ha infantilizado y parece que la vida cotidiana se ha convertido en un campamento escolar”. ¿Cabe una mejor descripción del presente? 

'El imperio del sol'

'El imperio del sol' ALIANZA

Bajo la apariencia de un ensayo de creación literaria, Ballard Reloaded es también  un tratado político. Un libro que, sin moralizar, alerta sobre el delirio en el que se encuentra una sociedad, la tardocapitalista, donde los afectos se han convertido en fósiles del pretérito. El escritor inglés, en una entrevista grabada en los años setenta, lo anunció con clarividencia: el mundo que viene –que ya es el nuestro– será la primera época de la civilización en la que se abolirá la imaginación, sustituyéndola por una corriente eléctrica de simulacros.

Pareciera que todo se mueve y, sin embargo, en el fondo no sucede absolutamente nada, salvo la banalidad hipnótica de la máquina, la abulia existencial, la drogadicción del trabajo, la imposibilidad de distinguir entre las verdad y las mentiras o la anormalidad de lo cotidiano. Occidente se ha convertido en un programa de televisión. La cultura ha sido descuartizada por una cofradía de sectas (inquisitoriales) y las dictaduras ya no necesitan armas para prevalecer. Les basta el marketing. La mirada de Navarra y García Guirado es especialmente brillante al analizar las influencias a partir de las cuales nace lo ballardiano.  

'High Rise'

'High Rise'

Por una parte están las experiencias biográficas del autor de Rascacielos, camufladas bajo su anodino aspecto de vecino gris de un suburbio –Shepperton– de Surrey que, igual que Lovecraft, vuelca sus demonios en sus historias fantásticas; por otro, el sustrato surrealista (Max Ernst, Dalí), el aliento punk de William Burroughs, la obsesión por los coches estrellados, los interminables paisajes de hormigón y desolación de sus no lugares, la pornografía cibernética, la existencia misma como un burdo pseudoacontecimiento –una puesta en escena para la televisión y las redes sociales–, o las jerarquías sociales sustentadas en el consumo.

En términos literarios, las narraciones de Ballard –que felizmente Alianza ha comenzado a reeditar en español– impugnan el prestigio académico del modernism anglosajón y desdibujan esa frontera (siempre artificial) entre la alta y la baja cultura. Su ciencia-ficción, austera y psicológica, directa y profética, reúne las pesadillas de este mundo deshumanizado en el que pensar con libertad escandaliza a todos los esclavos felices de serlo.

'Ballard Reloaded'

'Ballard Reloaded' H&O EDITORES

El autor de Crash, en el fondo, fue un escritor de terror (cotidiano) cuyas fábulas han dejado de ser cuentos extraños sobre seres solitarios para convertirse en las crónicas y preludios de nuestro drama. “Lo que escribió” –explican Navarra y García Guirado– “tiene más que ver con Beckett y Cioran que con Asimov o Arthur C. Clarke”.

Si Borges decía que la indagación metafísica es una rama de la literatura fantástica, Ballard usó el molde de la elucubración futurista para escribir la filosofía de un páramo donde todos somos siervos del big data y llevamos, igual que las piezas de ganado o los antiguos vasallos, la marca de un código de barras. Sus libros son los versículos de este universo oscuro cuyas únicas antorchas son las pantallas de los ordenadores.