Chivani, frus, suai suai, chau chau… el humor de un franquista aficionado a los diccionarios
Rafael García Serrano fue un combatiente falangista y franquista con sentido del humor. Periodista y novelista, su 'Diccionario para un macuto' se lee como una novela de novelas
28 julio, 2023 14:10A punto de cumplir sesenta años y casi en el olvido, el Diccionario para un macuto es obra de Rafael García Serrano (Pamplona, 1917 –Madrid, 1998). Un periodista y escritor falangista y franquista con sentido del humor. Su novela más famosa, llevada al cine, fue La fiel infantería. Y su comedia más popular A la legión les gustan las mujeres... y a las mujeres les gusta la legión, estrenada al año siguiente de la muerte de su querido Franco, quien le despidió de la dirección del diario Arriba. Tanto él como su Diccionario para un macuto (más de 700 páginas) son reflejos de una guerra cainita que sólo trajo desgracias, pero el humor fue aquel refugio del horror que definió Aristóteles. El peculiar diccionario, contiene 452 entradas alfabéticamente desordenadas a gusto del autor. Se acompañan con citas de autoridades como Sender, Valle Inclán, Ortega y Gasset o Hemingway, entre decenas de grandes autores españoles y extranjeros, incluido algún rojo, aunque fuese para denostarlo. Es una ingente labor de recopilación que se lee como una novela de novelas.
Ideología al margen, y enmarcada en su época, el Diccionario aporta una riqueza léxica y de argots, algunos de las cuales se las llevó el viento. Sin tener en cuenta las propiamente militares, bélicas o armamentísticas lo más vivo e interesante es el vocabulario civil y popular, los significantes y los significados que cambian de sentido en ambos bandos. Para empezar, “poner un huevo” era “cagar”. “Chivani”, de origen 'moruno', significa “viejo”. De origen africano o 'moruno', según el autor, son también “Frus”, que quiere decir “dinero” y tiene sinónimos como “telángana”, “pastizara” o “dineracha”. Y “Gerundio” es un “paisano” “civil”. Además, “suai suai” significa “poco a poco” y despacito. Y el súmmum es la onomatopeya “chau chau”, que resume la algarabía de un zoco.
Moruno y africano, no tenían sentido negativo o despectivo. Pasó que García Serrano no detalló las lenguas y dialectos marroquíes como el árabe, más conocido como dariya, el amazigh y el bereber, ni sus mezcolanzas con el español y el francés. Así que fue al grano y los resumió y simplificó en dos. Puro castizo es el “turuta” o “corneta”. “Avis” son los “aviadores”. “Avión” es un “cabestrillo” de alambre. Un Guripa no es un guardia, sino voz de germanía para denominar a un “pícaro, tunante o bribón”. Las “Baldomeras” eran prostitutas en un bando y “unidades de placer del proletariado” en el otro. “Paquete” igual podía ser un “castigo” que una “enfermedad venérea"
La hora de “leer el periódico” era la de “despiojarse”. “Periodista” era un “hijo de Satanás” y “habría que fusilarlos a todos”. Radio Macuto en un lado y Radio Celda en las prisiones del contrario eran las difusoras de bulos y rumores. “Pijamas” fueron los “billetes de cinco pesetas”, porque sólo servían para andar por casa. Y “Chatarra”, las “condecoraciones”. Y los “cojones” llenan diez páginas. Con dos.