Un ejemplar de la revista ‘Pilote’

Un ejemplar de la revista ‘Pilote’

Letras

‘Pilote’, mi revista favorita

Nacida en 1959, con los guionistas René Goscinny y Jean-Michel Charlier, se vio trastocada con el mayo francés de 1969, cuando los dibujantes jóvenes acusaron a los fundadores de reaccionarios, de gaullistas

3 julio, 2023 09:42

El célebre mayo del 68 me pilló con doce años y, lógicamente, no entendí muy bien de qué iba la cosa. La información sesgada de TVE y los comentarios reaccionarios de mis progenitores no contribuyeron precisamente a que me hiciera una idea clara del asunto, y creo que no lo logré hasta finales de los años 70, gracias a una conversación en París con el dibujante Gerard Lauzier, al que le pregunté su opinión sobre el asunto y me respondió, implacable y lacónico, Tout ça n´etait que de enfantillage (Todo eso no fue más que infantilismo). La única consecuencia práctica sobre aquel crío de doce años que compraba Pilote cuando su magra semanada se lo permitía fue que la revista dejó de publicarse durante tres semanas del mes de junio de 1968 y, consecuentemente, no se manifestó en el quiosco del Paseo de Gracia donde solía hacerlo. “Es por los follones de París”, me informó el quiosquero.

Un ejemplar de 'Pilote'

Un ejemplar de 'Pilote'

Pilote había nacido el 29 de octubre de 1959 gracias a los guionistas René Goscinny y Jean-Michel Charlier (sobre los que volveremos más adelante) y financiada por una empresa tirando a precaria que acabó pasando el testigo a la editorial Dargaud a finales de 1960, que es cuando empezó su verdadera historia y cuando no tardó mucho en convencernos a los niños españoles de que en España hacíamos los tebeos a nuestra manera y en Francia los hacían bien. Aunque ya existían en el mercado franco-belga publicaciones como Tintin o Spirou, Pilote se convirtió a finales de los 60, para algunos de nosotros, en LA revista ideal de comics: lujosa en comparación con sus equivalentes nacionales, bien impresa, bien rotulada, a todo color y acogiendo series fantásticas como Asterix el galo, El teniente Blueberry, Michel Tanguy, Lucky Luke y otras que ocuparían demasiado espacio en este capítulo (ya lo encontrarán en otros). Goscinny y Charlier llevaban la voz cantante, escribían diversas series (sobre todo, el estajanovista Charlier) y contaban con dibujantes sensacionales, como Albert Uderzo, capaz de dominar el trazo humorístico con Goscinny (Asterix) y el realista con Charlier (Michel Tanguy).

Pornografía underground

Y todo funcionaba a la perfección en el mejor de los mundos posibles hasta que llegó el maldito mayo del 68, gran fiesta de la revolución pueril, y los dibujantes más jóvenes de la redacción la tomaron con Goscinny, acusándole de ser un reaccionario, un gaullista y, en resumen, un cochino burgués (al papá de Asterix y Obelix le sentó como un tiro el motín y dejó de sentirse a gusto en la revista que había creado en 1959 y que acabaría abandonando en 1974). Ahí empezaron las fugas y las escisiones: en 1972, Reiser y Cabu (que acabaría asesinado por los yihadistas del ataque a la redacción de Charlie Hebdo) se fueron a Hara Kiri (semanario de humor salvaje que también encontrará su sitio en estas páginas); ese mismo año, Claire Bretecher, Nikita Mandryka y el gran Marcel Gotlib fundaron L´echo des savanes, revista en la que dieron rienda suelta a su vena más alternativa, especialmente en el terreno sexual, bordeando la pornografía underground).

Un número de 'Pilote'

Un número de 'Pilote'

En 1974, Pilote pasó de semanal a mensual. Ya no tenía mucho que ver con el tebeo que había captado la atención de mi yo de finales de los sesenta, pero conservaba su interés para el universitario que acababa de empezar sus estudios (por llamarlos de alguna manera) de periodismo. El semanario para niños y adolescentes se transformó en un mensual para adultos y estuvo francamente bien, aunque se pareciese a la revista de los inicios como un huevo a una castaña. Pilote, simplemente, se había hecho mayor con sus lectores. Lamentablemente, inmersa en una crisis general de las revistas de comics a nivel europeo, Pilote falleció en octubre de 1989, convertido definitivamente, eso sí, en mi tebeo preferido de todos los tiempos.