Detalle del cartel de la película 'American Psycho', basada en la novela de Bret Easton Ellis

Detalle del cartel de la película 'American Psycho', basada en la novela de Bret Easton Ellis

Letras

Bret Easton Ellis, pobre niño rico

El escritor norteamericano acaba de publicar 'The shards' (Los destrozos), que, a pesar de su calidad y de otros trabajos enormes, no supera 'American Psycho', que marcó a toda una generación

23 mayo, 2023 18:51

A mediados de los años 80, una nueva hornada de jóvenes escritores norteamericanos se hizo notar a través de una narrativa urbana envuelta en una cierta desesperación nihilista que fue criticada por algunos como la rabieta de unos chavales privilegiados y de familias pudientes que se creían personajes de Dostoievski. Se les conoció como la Generación X o, irónicamente, como el Brat pack (literalmente, pandilla de mocosos, pero también un juego de palabras a costa del Rat pack de Frank Sinatra y sus compañeros de juerga en Las Vegas). La verdad es que nos hemos olvidado de casi todos ellos. No sé qué fue de Tama Janowitz, y de Jay McInerney, el autor de la exitosa Bright lights, big city, tengo la impresión de que aspiraba a ser el nuevo Scott Fitzgerald y no acabó de conseguirlo. Inasequible al desaliento, a los insultos y a las polémicas que crea o le crean, solo Bret Easton Ellis (Los Ángeles, 1964) se mantiene activo y consiguiendo conservar el interés de público y crítica por su persona. Sobre The shards (Los destrozos), su última novela, recién publicada en España, el crítico de El País Javier Aparicio Maydeu sostenía hace unos días que se trataba de su mejor obra hasta la fecha, superando incluso la que se considera habitualmente su mayor logro literario, American Psycho. Lamento discrepar. En parte.

El escritor Bret Easton Ellis / EFE

El escritor Bret Easton Ellis / EFE

Soy de los que siguen pensando que la historia del psicótico Patrick Bateman es lo más brillante que jamás haya salido de la retorcida mente del señor Ellis. Pero no me ha desagradado Los destrozos, una mezcla de auto ficción y thriller con asesino en serie incluido, The trawler (El arrastrero), que regresa al mundo adolescente de la primera novela de Ellis, Less tan zero (Menos que cero, 1985, titulada como una canción de Elvis Costello y llevada al cine en 1987 por Marek Kanievska en una desangelada adaptación de la que solo se salvaba la presencia de Robert Downey Jr., tal vez porque, en esa época, el actor estaba tan hecho polvo a base de alcohol y drogas como su personaje de ficción). Y lo hace sin cambiar el nombre real de sus protagonistas (el narrador se llama Bret) e insistiendo en la vida trufada de sexo y estupefacientes de una pandilla de niños ricos que van al instituto en Mercedes y Porsche y cuyos padres suelen estar divorciados y no ejercer ninguna clase de control sobre ellos. La principal diferencia con Less than zero es de forma (hay sexo gay a mansalva en The shards, mientras que en la opera prima del señor Ellis se aparentaba una muy extendida bisexualidad) y de fondo (la mezcla de unas memorias, de un relato juvenil en diferido, con el thriller, como ya sucedía en la notable, aunque no muy bien recibida, Lunar park, del 2005). No es un mal libro, pero sigo quedándome con American psycho, que, además, contó con una adaptación cinematográfica espléndida a cargo de Mary Harron y protagonizada por un impresionante Christian Bale.

Guiones sin rodar

Conocí a Bret Easton Ellis a principios de los 90, cuando vino a Barcelona a presentar American psycho (aunque estaba tan puesto de todo que a ratos creía estar en Milán). Lo recuerdo como un grandullón muy agradable, aunque algo ausente a veces, que vestía un traje negro con calcetines blancos (deliberadamente, para dar la nota, como me aseguró) y se declaraba fan de ABBA, un grupo que, en principio, nada tenía que ver con su peculiar y algo perverso mundo. A mí me había gustado mucho Menos que cero, y algo menos The rules of attraction (Las reglas de la atracción, 1987), sus dos primeras novelas. Unidos por el amor a la música pop y al alcohol, recorrimos algunos bares hasta que lo dejé en uno de ellos, apoyado en una columna, tras hacerle prometer que sabía cómo volver a su hotel.

El autor de American Psycho, Bret Easton Ellis / EFE

El autor de American Psycho, Bret Easton Ellis / EFE

Después de aquel curioso encuentro, me fui leyendo todos sus libros, y unos me gustaban más que otros, pero siempre encontraba algo en ellos que me impedía abandonar la lectura. Su colección de ensayos, White (Blanco, 2019), me pareció una brillante reflexión sobre asuntos de actualidad que, pese a esporádicas apariencias algo frívolas, iba al fondo de algunas cosas muy serias, y de una manera que le granjeó las mismas críticas furibundas que ya había encajado con sus programas de radio y las respuestas a las entrevistas que le hacían. En cuanto a su relación con el cine, él es el primero en reconocer que ha sido desastrosa: un montón de guiones que nunca se rodaron y uno que sí, pero que más valdría que no, The canyons (2013), dirigido por Paul Schrader en horas bajísimas (de las que luego se recuperó, afortunadamente).

Casi cuarenta años después de la eclosión del Brat pack, el señor Ellis, que se acerca a los sesenta, es un escritor tan respetado como detestado. Y ese flashback mezcla de realidad y ficción que es Los destrozos nos lo muestra en muy buena forma. Escribir algo mejor que American psycho no es que fuera difícil, sino que a mí me parece imposible.