Martin Amis, guía (subjetiva) de lectura
La obra del escritor británico, altivo por fuera y esponjoso por dentro, reúne una sucesión de ensayos y narraciones entre las que destacan tres: 'Dinero', 'Experiencia' y 'Desde dentro'
24 mayo, 2023 13:19Martin Amis ha muerto. Y si usted no se ha enterado seguro que tampoco llegará a esta página. Martin Amis ha muerto y los lectores están tristes por él y alegres por haberle conocido. Amis era altivo por fuera y esponjoso por dentro (de sus libros, me refiero). Y ahora se ha muerto y se han escritos textos muy buenos: de Eva Cruz, de Milo Krmpotic, de Luis Alemany, me consta que está peleándose con un artículo Íñigo F. Lomana, que quiso mucho a Amis y se desenamoró, y si se escribe algo Miqui Otero seguro que será buenísimo. Amis es inspirador.
De acuerdo, muy bien, entendido, todo el mundo aprecia a Amis, pero, ¿se han pasado por Wikipedia? Tiene una obra inmensa, era un hombre muy trabajador, ¿y si usted no lo ha leído, quién vela por los intereses de quién se quiere sumar a la fiesta y no sabe por dónde empezar? No se preocupe, aquí estamos nosotros.
El libro de Rachel: Empiezo con una recomendación curiosa. No he leído esta novela. Pero si uno no puede ser desenfrenado en el obituario de Amis, ¿cuándo lo va a ser, cuando muera Ismail Kadaré, Magris, el marchoso de Pascal Quignard? Además, el libro está rodeado por una guardia pretoriana de fieles a Amis que recomiendan empezar por esta, su primera novela.
Dinero: Amis hablaba mucho de Nabokov, pero de quién lo aprendió todo es de Bellow. Pongamos las cartas sobre la mesa: Nabokov le tenía miedo al siglo XX, Bellow se lanza sobre el siglo XX con la pasión con la que un caníbal se amorra a las carnes de un lactante. Amis inyecta anfetaminas y toda clase de ideas desagradables sobre el sexo y el dinero a Herzog y le sale su mejor novela. Excesiva, informe, asquerosa, actualísima. No busquen más porque no hay otra.
La flecha del tiempo: Amis se pone técnico. Narra el holocausto del revés. No es que se ponga cabeza abajo, sino que cuenta la historia hacia atrás. Es una buena idea. Es una idea complicada. El resultado es deslumbrante a estilo de alguien que corriese una maratón a la pata coja. Sufres por él, y no entiendes porque no para. Ozick la consideraba una banalización. Merece la pena echarle un ojo y sacar sus propias conclusiones.
La guerra contra el cliché: Indiscutiblemente el mejor libro de reseñas del siglo en lengua inglesa. Inteligente, directo, piadoso y despiadado (a veces en la misma línea). Una metralleta de ideas, de chistes y de pasión.
El infierno imbécil: Cualquier libro de ensayos de Amis es una fuente segura de diversión (menos Koba, el temible, donde Amis queda aplastado por el peso de su obsesión por el Gran Tema, que en su caso era el Mal Absoluto y sus Millones de Muertos, un asunto que le volvía loco y le privaba de sutileza como el alcohol nos priva al resto de mortales de la inhibición).
El roce del tiempo, El segundo avión, Visitando a Mrs. Nabokov, su divertida crónica sobre los videojuegos. Vaya a la librería, compre el que tenga, y reserve el resto. Apuesta segura. Amis es un gran observador, un moralista y un cómico de primera. Si recomiendo este es porque Amis se crece cuando le toca hablar de los Estados Unidos.
Experiencia y Desde dentro: Palabras mayores. Estamos en el corazón de la obra de Amis. Lo mejor que escribió, y por lo que será recordado. Amis inventa un género que es mucho más sencillo de disfrutar que de explicar. No empiecen por aquí, se lo ruego, es mucho mejor entrar cuando uno ya está fogueado. Cuando ha aprendido las reglas del juego y los pasos del baile. Una remoción de la vida que se transforma despacio en una sonata de espectros. El libro de un hijo frente a todos sus padres: el biológico, el Kingsley escritor, Larkin, Bellow, y su amigo Hitchens, al que reclutó como padre para que lo riñese. Personajes que la prosa inspirada de estos libros revitaliza hasta el punto que ha tenido que irse y cerrar la puerta Amis para comprender que hablaba de un mundo que llevaba años muerto.