La banda británica Magazine tocando en el Hop Farm Music Festival el 2 de julio de 2011 / PHIL KING - CC BY 2.0 (WIKIMEDIA COMMONS)

La banda británica Magazine tocando en el Hop Farm Music Festival el 2 de julio de 2011 / PHIL KING - CC BY 2.0 (WIKIMEDIA COMMONS)

Letras

Magazine

Este grupo grabó cinco álbumes espléndidos que obtuvieron buenas críticas y un escaso éxito comercial en su corta trayectoria

9 agosto, 2021 00:00

El término inglés magazine puede significar dos cosas muy distintas en español: una revista y, también, el cargador de una pistola. Ignoro cuál de ambos conceptos tenía en la cabeza Howard Devoto (Manchester, 1952: apellido real: Trafford) cuando fundó en 1977 el grupo Magazine tras una breve temporada con los Buzzcocks de Pete Shelley (le dio tiempo a grabar un disco de cuatro canciones que acabarían incluidas en el primer elepé de la banda). Teniendo en cuenta el tono metálico, contundente, a menudo chirriante y a veces siniestro de la música y, sobre todo, de las letras, me inclino por la opción número dos, la del cargador de pistola.

Entre 1978 y 1981, Magazine grabó cinco álbumes espléndidos que obtuvieron buenas críticas y un escaso éxito comercial. Tras un single de presentación francamente brillante (Shot by both sides), llegaron Real life (Vida real, 1978), Secondhand daylight (Luz diurna de segunda mano, 1979), The correct use of soap (El uso correcto del jabón, 1980) y Magic, murder and the weather (Magia, crimen y el parte meteorológico, 1981). Los cinco fueron adquiridos y disfrutados por un número reducido de seguidores (entre los que me incluyo) que encontraron en su especial propuesta una banda sonora para los tiempos que corrían.

Magazine era un grupo sin baladas. Había temas lentos, a veces hasta morosos y a menudo hipnóticos, pero llamarles baladas sería exagerar: se movían siempre entre lo triste y lo siniestro, como ejemplifica a la perfección Permafrost, narración de alguien que prepara una violación y un asesinato sobre la capa más helada de la tierra, concepto abyecto que no impedía que la canción desprendiera una rara belleza. Pero la especialidad del grupo eran los temas contundentes, acelerados, como de punks pasados por la universidad (como así era en el caso del señor Devoto y de la mayoría de sus secuaces), que generaban una mezcla de fascinación y repelús que los hacía irresistibles para unos cuantos. Magazine coincidió temporalmente con los Ultravox de John Foxx y ambos grupos compartían un uso muy particular de los teclados y las guitarras, confirmando aquella canción de Lou Reed según la cual electricity comes from another planet (la electricidad procede de otro planeta).

Como en el caso de Ultravox, una aproximación demasiado intelectual al rock no facilitó gran cosa la carrera de Magazine, que siempre fue más una banda de clubs que de estadios. En mi época de periodista underground los defendí a muerte, aunque estaba rodeado de gente que insistía en que no eran nada del otro jueves y que me había encaprichado de ellos de una manera un tanto absurda (aunque una conversación con el señor Devoto, que me pareció un personaje de Dostoievski, probablemente Raskolnikov, en las oficinas barcelonesas de Ariola me convenció de que yo iba por el buen camino y eran todos los demás quienes se equivocaban a la hora de valorar los méritos del grupo).

Finalmente, entre las pocas ventas y el carácter difícil de su líder, Magazine se disolvió en 1981. Devoto inició una carrera en solitario que no le llevó muy lejos, formó el grupo Luxuria (ídem de lienzo) y hasta volvió a colaborar con su viejo compadre Pete Shelley, líder de los Buzzcocks. Hoy día, a sus 69 años, que me aspen si sé qué está haciendo o a qué se dedica. En cuanto a sus secuaces, John McGeoch, compañero de la universidad, falleció tras pasar por Siouxsie and the Banshees, y Barry Adamson, tras echarles una mano a Steve Strange y Midge Ure en Visage, inició una interesante carrera instrumental, a medio camino entre el jazz y las bandas sonoras de películas inexistentes (más alguna real: llegó a colaborar con David Lynch). Magazine se reunió en 2009, publicó un disco que no estaba nada mal y que obtuvo los resultados habituales (reseñas elogiosas y desinterés del público en general) y volvió a disolverse en 2011.

Difíciles de encuadrar en el punk, en la new wave y bajo cualquier otra etiqueta, Magazine fue como el proyecto de fin de curso de Howard Devoto, una obra de arte contemporáneo de tono conceptual que nunca reunió los suficientes compradores como para consolidarse en el mercado. A algunos nos llegó al alma y a sitios mucho peores de nuestra psique, pues había en la propuesta algo malsano, tanto a nivel musical como literario, aunque tampoco era un grupo que se pudiera definir como gótico o siniestro. Magazine ha pasado a la historia como una rareza británica más de cuando el pop era una especie de más-difícil-todavía por la que competían las discográficas confiando en que sonara la flauta, aunque fuese por casualidad. En el caso del señor Devoto y sus cosas, la flauta nunca sonó, pero, para una minoría, quedaron para la historia cinco álbumes impecables que hoy día no querría producir nadie.