Los mejores libros para viajar a Japón
Siete títulos, entre la literatura antigua y el libro de viajes puro, para entender ese enigma milenario que es la cultura japonesa
15 agosto, 2019 23:44Aquí van unos libros para viajar a Japón. Sirven básicamente para contextualizar el viaje, para imaginar y proyectar antes de llegar, para aproximar lo extraño y lejano y para reducir algo el choque y la sorpresa infinitas del encuentro. El país es enorme, contradictorio, sincrético. Cualquier lista o aproximación quedará siempre incompleta o, como escribe Neal Ascherson, será fruto de “un intruso”, en este caso, de una “intrusa”. La selección está hecha a partir de una nómina de setenta lecturas sobre materias como la literatura, el cine y el arte.
Los placeres de la literatura japonesa de Donald Keene (Siruela). El profesor norteamericano nacionalizado japonés (1922-2019) es una de las voces más pertinentes para estudiar la cultura y la estética niponas. Este libro tiene además el mérito de recoger prácticamente la síntesis de sus investigaciones a través de cinco conferencias impartidas entre 1986 y 1988. Resulta admirable la manera en que se mueve por diferentes representaciones culturales y las interrelaciones que hace entre ellas. Su aproximación es el ejercicio de un sabio con una gran libertad interior. Si se lee antes del viaje, la lectura constituirá el primer viaje a Japón del viajero.
El libro de la almohada de Sei Shonagon (Alianza). Las mujeres fueron las responsables en la época Heian, posiblemente el período más importante de la literatura japonesa, de que la cultura floreciera y alcanzara una calidad única en lengua vernácula. Escrita por una dama de la corte del siglo X y uno de los libros preferidos por Jorge Luis Borges, que traduce junto con María Kodama, representa uno de los retratos más vivos y precisos de la corte imperial. Un tesoro, una joya, un libro para regalar mil y una veces, una lectura deliciosa y amena. Shonagon escribe una nota diaria de su vida y la guarda dentro de los cajones de madera para las almohadas. Algunas tienen títulos como estos: “Cosas que despiertan una querida memoria del pasado”, “Cosas que pierden al estar pintadas” y “Cosas que están cerca aunque estén lejos”.
Genji Monogatari de Murasaki Shikibu (Olañeta, Destino, Siruela, Austral). El romance de Genji es la primera novela de la historia. De nuevo escrita por una mujer, esta vez en el siglo XI, narra las aventuras y amores del príncipe Genji en el contexto de la sociedad cortesana y refinadísima de la época. La novela se aproxima a la belleza, intimidad y sofisticación de la vida de la élite. Con enorme detalle y plasticidad, permite aproximarse (y sentir) la temperatura emotiva de la época. La lectura hará que las visitas a Nara y Kioto (sobre todo al palacio imperial de Katsura construido a partir de descripciones de la novela) resulten más familiares. A lo largo de la novela, se cita más de mil veces el sintagma que expresa mejor la estética cortesana: mono no aware, o la melancolía ante la caducidad de la belleza. “Genji escogió el camino al santuario por una planicie de juncos de belleza melancólica. Se habían marchitado ya las flores del verano, y los insectos zumbaban en los fríos matorrales. Un silbido de viento a través de los pinos traía fragmentos de un instrumento musical, aunque tan distante que no podía distinguirse. Todo el escenario era del refinamiento más delicado”.
Hagakure. El libro del samurái de Tsunetomo Yamamoto (Satori). Escrito entre los años 1710 y 1717 durante el shogunato (gobierno militar) de los Tokugawa, este libro aproxima a la época en la que Japón se cerró prácticamente al exterior y se desarrolló el budismo en el pueblo y el zen en los guerreros. Hagakure es el manual esencial de los samuráis. Yamamoto, samurái también, compila los pensamientos y valores de la clase guerrera influida por el zen y el confucianismo, tales como la lealtad y la devoción. Hagakure enfatiza también en vivir el presente con una mente clara y fuerte. Uno de los libros preferidos por Mishima, permite entender una parte de la historia y cultura de los últimos tres siglos del país.
Senda hacia Oku de Basho (Hiperión, Satori, DVD). Por sendas de montaña, De camino a Oku o Senda hacia tierras hondas son los diferentes títulos que dan nombre al libro del poeta más importante de Japón, Basho, hacedor de haikus, los poemas esenciales y sensitivos del pensamiento japonés. Basho pasa casi toda su vida caminando, un acto de enorme trascendencia y de tempo lento con el que recoge las impresiones de sus viajes en cuatro diarios. A medio camino entre peregrinación espiritual y viaje poético, escribe sobre cumbres, arroyos, animales, cabañas, vientos y juncos. A veces deja los versos colgados en los aleros e intersticios de las cabañas en las que pernocta: “En mis sandalias/de repente florecen/lirios azules”. Entre las varias versiones y traductores de Basho, están Octavio Paz o Jesús Aguado. La editorial DVD amplía el poemario e incluye materiales de los últimos diarios del japonés. Por ejemplo, varias descripciones memorables de las bahías y rocas de Tohoku. Después de leerlas, el viajero se fijará con más atención en las rocas de los jardines zen de Kioto.
Bajo un cielo como unos pantis de Shun Umezawa (ECC Ediciones). La industria del entretenimiento constituye una de las fuentes de ingresos más importantes de Japón y el manga forma parte de ella. Lectura preferida ahora mismo por adolescentes y mayores dentro y fuera de Japón, estos dos volúmenes de manga de Shun Umezawa son bien singulares. Recogen unos relatos estremecedores de la actualidad y unas metáforas de la represión y dificultades del Japón más contemporáneo. Su diferencia, conseguir destellos poéticos en representaciones de violencia, sexo, degradación y política. Una colección de historias cortas publicadas a lo largo de los últimos quince años, donde destaca la distopía de La Shibuya del futuro siglo, cuyo fin no pienso adelantar.