Miki Esparbé: "Me da miedo que me llamen el actor de moda"
El actor se mete ahora en el papel de un ejecutivo que acaba en un club de 'swingers' en la comedia ‘Donde caben dos’
2 agosto, 2021 00:00Miki Esparbé (Barcelona, 1983) es el actor de moda. A él el apelativo no le suena muy bien. Tiene miedo de que eso lleve implícito que entonces, cuando deje de estarlo, se le acabe el trabajo. Por el momento, no lo parece.
El catalán retorna a las pantallas del país con Donde caben dos, película en la que se mete en el papel de Pablo, un ejecutivo que llega a casa de su prima para descansar después de un congreso y acaba en un club de swingers.
Un oasis pandémico
El actor admite que es más del desfase que un hombre del traje gris, por lo que se ha sentido bien a la hora de interpretar a su personaje. Además, lo ha hecho con un amigo, Paco Caballero, responsable de la dirección y coguionista de la cinta. Por si eso fuera poco, su partenaire no es otra que Anna Castillo, con quien dice transmite una gran química en pantalla.
El filme es toda una comedia romántica con toques sexuales, una fiesta en tiempos de pandemia que convirtió el rodaje en todo un oasis. Algo que tal vez le hace falta entre tanto proyecto. En esta nueva entrevista con Crónica Directo, el barcelonés habla de todo el proceso de rodaje y de uno de sus últimos baches, la polémica suspensión de la serie Reyes de la noche.
--Pregunta: ¿Qué pensó al recibir la propuesta de estos primos que parecen intimar?
--Respuesta: Yo conozco a Paco desde hace muchos años, es casi un hermano porque hemos rodado muchas cosas juntos. Este era un proyecto que desarrolló cuando hizo un máster en el ESCAC, por el 2008, ¡así que imagina! Es una historia a la que le ha dado muchas vueltas, sabía que Paco tenía otra historia pensada para mí, pero al final cayó la peli y caí casi de rebote en la de los primos, que me parece una de las más divertidas sobre guion. Pero a la que la leí, supe por dónde iban los tiros y supe que la iba a hacer Anna Castillo, estuve encantado. Además, llevamos tiempo con ella persiguiendo hacer una historia juntos y esta fue la oportunidad idónea.
--De hecho, despiertan cierta química.
--Yo la admiro mucho y, para mí, es una de las mejores actrices de su generación. Transmite una verdad constante, mantiene siempre viva la escena y tú sólo tienes que subirte al carro, estar atento y jugarlo. Creo que ambos trabajamos desde el mismo lugar y era muy fácil. Y tampoco tuvimos mucho tiempo para ensayar. Hicimos varias lecturas, pero teníamos claro que queríamos llegar bastante frescos a escena. Conocíamos mucho el background de la historia y fue todo muy fácil.
--Su personaje empieza siendo una persona de traje y corbata, muy seria y comedida y luego se desmelena, ¿con cuál se siente más identificado?
--Con el desmelene (ríe). Mi personaje es el prototipo de amigo que había sido el amos de la fiesta en el instituto y, de repente, se pone un traje, trabaja para una multinacional y se transforma en alguien gris que no sabes de dónde ha salido. Yo conecto más con el desmelene y que en una noche puedas conectar con esa esencia más adolescente. Obviamente, con los años he cambiado un poco.
--¿Y conocía el mundo swinger?
--Cero. Tenía curiosidad, como todos. Y quien diga que no, miente. Con mi personaje por eso era mejor que la cosa me sorprendiera a que fuera a conocer un club. Paco sí y me ha explicado cosas para saber cómo funcionaba. Además, tuvimos la suerte de que en el rodaje se invitó a gente que va a clubs de swingers para hacer de extras por lo que era muy fácil entrar en la realidad del sitio.
--¿En pandemia?
--Sí, en noviembre del año pasado, cuando Barcelona estaba muy cerrada, con toques de queda. Por eso, para nosotros era como un oasis. Llegamos y, tras las pruebas pertinentes de PCR y antígenos, de golpe y porrazo entrábamos en un espacio donde la gente se estaba enrollando. Fue un lugar de distensión brutal.
--En la película, el personaje de Ana Milán da la bienvenida a una revolución sexual, ¿cree que es así?
--No sé si lo estamos, pero la peli invita a estar ahí. Sin tratar de dar lecciones, la cinta invita a reflexionar sobre el tipo de relaciones que tenemos y liberarnos. Es un canto a la diversidad donde se trata el sexo desde un lugar muy cercano, muy distendido, pero trata de ir algo más lejos, a que pienses en qué lugar está uno en relación a la sexualidad de vida que llevas, las relaciones que has podido tener.
--¿Y podría escandalizar?
--Cualquiera tiene la libertad de estar en un cine y, si no le gusta lo que está viendo, salir de la sala e irse. La peli no trata de imponer modelos, sino de exponer los que existen con total normalidad, como debe ser. La voluntad de la película no es escandalizar ni buscar la polémica.
--Lleva una racha imparable, ¿se siente el actor de moda?
--Siempre que me dicen esto me da miedo, porque eso supone que en algún momento dejaré de estarlo y yo no quiero dejar de trabajar nunca (ríe). Soy consciente de que desde hace unos años tengo la fortuna de enlazar proyectos y me hace muy feliz, sobre todo porque conozco el sector y sé cómo es esto. También tengo los pies en la tierra porque no sé cuánto durará y espero que sea por mucho tiempo.
--¿Tiene algún género que le guste más?
--Soy muy curioso, no me gusta acomodarme porque me acabo aburriendo. Siempre intento seleccionar mejor para poderme abrir a otros géneros y métodos de rodar. Me apetece investigar porque para mí interpretar es una manera de conocerse mejor porque al final conoces partes de ti mismo que de otra manera no tendrías acceso. Tiene algo de terapéutico.
--¿Y qué es lo próximo?
--Pendiente de estreno está el remake de Historias para no dormir, de Paco Plaza, y que llega en otoño a Amazon; y Malnacidos, que la estrenamos en el Festival de Sitges del año pasado, pero que Mediaset retrasa su estreno en salas por el tema de fechas. Luego tengo Tres, la peli de Juanjo Jiménez que ganó la Palma de Oro en Cannes en su día por Timecode. Hay proyectos muy chulos pendientes de estreno. Y pendiente de rodar tengo dos pelis. De una, no te puedo decir nada porque no es oficial y la otra es Una vida no tan simple, de Félix Viscarret que tuvimos que retrasar su rodaje por la pandemia.
--¿Con el mundo de las series ha acabado defraudado tras la cancelación de Reyes de la Noche?
--No, en realidad no. Es una pena que la serie no tenga una segunda temporada, pero Movistar es una plataforma muy sabia, sabe gestionar muy bien sus proyectos y sus razones tendrán. Pero no he acabado nada decepcionado. Las series te dan la posibilidad de explorar el arco de un personaje. Y me apetece mucho que me lleguen proyectos de series.
--¿Y el teatro lo tiene apartado?
--¡Qué va! Tenía un proyecto para este otoño, pero como se han pospuesto dos rodajes para las mismas fechas no podré estar. Lo último que hice fue Traición de Harold Pinter en el Pavón Teatro Kamikaze de Madrid y no pudimos hacer gira también por problemas de fecha. De hecho, me apetece hacer teatro todo el rato.