Alison Bechdel, en una imagen de archivo

Alison Bechdel, en una imagen de archivo Chase Elliott Clark (CC BY 2.0)

Artes

Alison Bechdel y su extraña familia

La obra de esta norteamericana puede ser leída y disfrutada por cualquiera interesado en historias humanas, teñidas de un peculiar sentido del humor y dotadas de una saludable autocrítica

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La narrativa de corte autobiográfico no apunta necesariamente a una falta de imaginación en quien se consagra a ella. Simplemente, hay gente a la que le basta con su propia experiencia personal para captar el interés de sus lectores, como demuestra el peso que está adquiriendo últimamente en el mundo literario lo que ha dado en llamarse auto ficción. Los cómics no son una excepción en la literatura del yo, especialmente en los países anglosajones, donde las memorias dibujadas se han convertido ya en un subgénero, demostrando que hay vivencias personales que pueden captar el interés general de un público al que, en principio, no podrían importarle menos. Convertido en una moda, el cómic autobiográfico ha acabado propiciando un montón de obras carentes del más mínimo interés y cuya realización solo obedece a la megalomanía de autores convencidos de que su experiencia vital debería interesar (e importar) a un número considerable de lectores, algo que no acostumbra a suceder cuando la obra de turno obedece menos al ansia de compartir una experiencia con posibilidades de cierta trascendencia universal que a una mezcla de narcisismo y un cálculo equivocado del alcance general de vivencias que solo interpelan, y a veces con esfuerzo, a quien las ha protagonizado.

Pero no vamos a perder el tiempo hablando de pelmazos convencidos de que su vida es apasionante. No nos molestaremos ni en dar nombres. Mejor fijarse en autores que han fabricado una obra valiosa partiendo de su propia experiencia personal. Como es el caso de la norteamericana Alison Bechdel (Lock Haven, Pensilvania, 1960), cuyo espléndido material autobiográfico ha sido publicado en España por Reservoir Books, que empezó con el que es probablemente su mejor libro, Fun home (2006). Luego vinieron ¿Eres mi madre? (2012), Lo indispensable de unas lesbianas de cuidado (2018) y El secreto de la fuerza sobrenatural (2021).

Fun home puede traducirse como Un hogar divertido, pero también es interpretable como un diminutivo de Funeral home, dado que Bruce Bechdel, padre de la artista, regentaba una funeraria en el hogar familiar y solía recurrir a sus retoños para que le echaran una mano en lo relativo a sus prácticas laborales. De ahí que la pequeña Alison, cuando se aficionó a los tebeos, se identificara rápidamente con autores extravagantes y tirando a siniestros como Edward Gorey o Chas Addams (de hecho, la niña solía referirse a la suya como la familia Addams). Fun home narra la historia de tan peculiar (y disfuncional) familia, en la que ocupa un papel fundamental la homosexualidad de Alison, que ésta estuvo ocultando (a los demás y a sí misma) hasta los diecinueve años, cuando por fin reunió el valor para aceptarse y reconocer públicamente su condición. Su madre, una mujer intelectualmente cultivada que había dado clases de literatura, se lo tomó más o menos bien. Su padre, no tanto. Y lo más curioso del caso es que el señor Bechdel fue toda su vida un homosexual de armario, como su sufrida esposa le explicó a Alison cuando ésta le informó de su lesbianismo. Poco después de la, digamos, confesión, Bruce Bechdel murió atropellado por un camión, pero su hija siempre consideró que se había tratado de un suicidio motivado por esos años de disimulo que, por cierto, tan desdichada habían hecho a su esposa.

Realmente, con una familia así, ¿quién necesita inventar nada a la hora de fabricar una novela gráfica de indudable interés? Y una vez explicado el extraño caso de su progenitor, a Alison Bechdel le llegó la hora de aportar la versión de los hechos a cargo de la autora de sus días, lo que hizo en ¿Eres mi madre?, centrado en la vida absurda de una mujer que, pese a su formación intelectual y sus conocimientos, fue incapaz de poner fin a la farsa que la mantuvo unida durante un montón de años a un hombre incapaz de hacerla feliz (y de hacerse feliz a sí mismo).

El secreto de la fuerza sobrehumana sigue la línea autobiográfica de Fun home y ¿Eres mi madre?, confirmando a su autora como la lesbiana más relevante de la historieta contemporánea. Como sus equivalentes gais Nazario y Ralf Koenig, Bechdel no trabaja desde la comodidad del gueto para el colectivo homosexual, por lo que su obra puede ser leída y disfrutada por cualquiera interesado en que le expliquen historias humanas, teñidas de un peculiar sentido del humor y dotadas de una saludable autocrítica. En ese tono empezó la señora Bechdel su carrera, con la serie de tiras cómicas Dykes to watch out for (Bolleras de cuidado), que estuvo dibujando entre 1983 y 2008 y una antología de la cual puede encontrarse editada por Penguin a través de Reservoir Books (la cosa iba de los dimes y diretes de la comunidad lesbiana y contaba con un personaje recurrente, Mo, que era un alter ego de su autora). Hay ediciones previas en español, pero son prácticamente inencontrables.

Aunque sería exagerado calificar a Alison Bechdel de one hit wonder, lo cierto es que le pasa algo parecido a Art Spiegelman, incapaz de repetir o superar el hallazgo que representó su Maus, pues su Fun home, libro justamente distinguido con un premio Eisner, contiene lo más mollar de su obra y es como si en él hubiese explicado lo más trascendente de su experiencia vital. Quien no conozca su obra, hará bien empezando por Fun home. Y hará bien leyendo ¿Eres mi madre? y El secreto de la fuerza sobrenatural, pero no le afearé la conducta si se abstiene de hacerlo y se interna en los cómics autobiográficos del muy peculiar Chester Brown, por ejemplo, a quien dedicaremos el siguiente capitulo.