La novela gráfica sobre el actor Bela Lugosi / HUMANOIDS

La novela gráfica sobre el actor Bela Lugosi / HUMANOIDS

Artes

El mejor mal actor del mundo

Lugosi es objeto de una novela gráfica que explica su vida y que constata que nunca entendió bien cómo debía actuar, en tiempos ya del cine sonoro

31 enero, 2023 21:00

La reciente aparición en España de una interesante novela gráfica sobre el actor Bela Lugosi (nacido Béla Blaskó en la provincia de Banat, en la actual Rumanía, que formaba parte del imperio austrohúngaro cuando el actor vino al mundo, que abandonó en Los Ángeles en 1956), me ha retrotraído a los años, no muy lejanos, en que llegué a la conclusión de que era el mejor mal actor del mundo y, tras revisar el Drácula de Tod Browning (1931), me dediqué a ver cuánta película protagonizada por el señor Lugosi caía en mis manos, comprobando que la expresión anglosajona so bad it´s good (tan malo que es bueno) le iba como anillo al dedo a nuestro hombre, del que me convertí en devoto admirador obedeciendo a mi retorcido sentido del humor. El israelí afincado en Nueva York Koren Shadmi (cuyas ilustraciones han aparecido en medios tan respetables como The New York Times o The New Yorker) ha realizado un notable trabajo con Lugosi. Ascenso y caída del Drácula de Hollywood, editada entre nosotros por Humanoids: quien se lea esta novela gráfica no hará falta que busque más información sobre el biografiado, pues en ella asistimos al desarrollo de toda su peculiar existencia, desde su infancia austrohúngara (su padre era húngaro, pero su madre serbia) hasta su triste fallecimiento de adicto a la morfina del que Hollywood se había olvidado, pasando por sus grandes éxitos, sus muchos matrimonios, sus más notables meteduras de pata y, sobre todo, la idea gloriosa que tenía de sí mismo, que es lo que convierte a Lugosi en un personaje realmente entrañable.

La suerte le acompañó al principio, recién llegado al muevo mundo, gracias a una adaptación teatral del Drácula de Bram Stoker, que pronto daría paso a la inmortal película homónima dirigida por Tod Browning. Con esa película, el señor Lugosi se vino arriba y empezó a dárselas de gran señor de la escena y a despilfarrar dinero, que era algo que se le daba bastante bien. Lamentablemente, no tardaría mucho en meter la pata: cuando James Whale le ofreció el papel de monstruo en Frankenstein, lo rechazó indignado, aduciendo que era demasiado bueno para sepultar su rostro en capas y capas de maquillaje que lo hicieran irreconocible por sus millones de fans. Frankenstein fue un éxito que catapultó a la fama al actor que se hizo con el papel rechazado por Lugosi, el británico Boris Karloff, al que nuestro hombre cogió una manía tremenda que le duró prácticamente hasta el fin de sus días. Según nuestro Bela, Karloff era un simple pasmarote, mientras que él era un actor como la copa de un pino (en realidad, sobreactuaba en gestos y movimientos, como si no supiera que el cine ya era sonoro, consiguiendo unas interpretaciones tan exageradas y propensas al Grand Guignol que no había quien se las tomara en serio, aunque también es verdad que ahí estaba su gracia, por lo menos para los que se la sabíamos ver).

En manos de Ed Wood

La elevada noción que Lugosi tenía de sí mismo contribuyó no tan solo a su hundimiento, sino también al de sus muchos matrimonios: era un marido escasamente fiable que, básicamente, solo pensaba en sí mismo, en su inmenso talento y en su brillante carrera. Tras el error de rechazar el papel del monstruo de Frankenstein, nuestro hombre se especializó en películas baratas de misterio y terror, que son las que me tragué hace años cuando me dio por seguir su peculiar carrera de mejor actor malo del mundo. El So bad it´s good se cumplía en todas ellas, pues Lugosi, convertido definitivamente en un histrión, sobreactuaba de palabra y obra, aunque consiguiendo, eso sí, un efecto cómico notable, no por involuntario menos hilarante.

Una viñeta del comic 'Ascenso y caída del Drácula de Hollywood'

Una viñeta del comic 'Ascenso y caída del Drácula de Hollywood'

Cuando parecía que las cosas no podían irle peor, se hizo adicto a la morfina y cayó en manos del inefable Ed Wood, considerado por algunos el peor director del mundo y sobre el que Tim Burton dirigió una más que estimable biopic. El encuentro entre un actor en horas bajas con problemas de drogas y un director delirante al que también se le podía aplicar lo de So bad it´s good fue, en mi modesta opinión, lo que le dio la puntilla a Bela Lugosi, quien seguía considerándose grande, aunque nadie le hiciera mucho caso (era como la Norma Desmond de Sunset boulevard, la que sostenía que ella seguía siendo grande y era el cine el que se había hecho pequeño), y quedó fascinado ante alguien que reconocía su grandeza, como el inútil de Ed Wood, con el que llegó a rodar tres películas: Glen or Glenda (1953, sobre el mundo del travestismo, del que Wood formaba parte), Bride of the monster (1955) y la descacharrante Plan 9 from outer space (1959), financiada por una iglesia baptista a la que Wood logró engatusar y en la que Lugosi aparecía de vez en cuando, sin venir muy a cuento y sin que nadie, empezando por el director, supiera qué pintaba allí, ya que su personaje no figuraba en el guion, si es que había guion).

Plan 9 from outer space, la obra maestra de Ed Wood, se estrenó tres años después de la muerte de Lugosi y, como era de prever, o no la vio nadie o los cuatro que pagaron su entrada se arrepintieron ipso facto de haberlo hecho. El tándem Lugosi--Wood fue una de esas situaciones en las que se juntan el hambre y las ganas de comer, pero las películas que hicieron juntos son el testamento perfecto para un actor que se creía súper dotado y que, en el fondo, no era más que un histrión con una gran autoestima. En cualquier caso, ser el mejor mal actor del mundo no es algo que esté al alcance de cualquiera. Y la diversión involuntaria que me produjeron las interpretaciones del señor Lugosi no suelo encontrarla en actores simplemente malos. En su género, Bela Lugosi fue el más grande. Y si lo dudan, échenle un nuevo vistazo a su Drácula o a una joya como White zombie. Si comparten mi sentido del humor, me lo agradecerán. En caso contrario, se acordarán de mi pobre madre. Y, mientras tanto, háganse con Lugosi. Ascenso y caída del Drácula de Hollywood, que vale mucho la pena y no se ajusta al modelo So bad it´s good. Su autor, Koren Shadmi, es alguien a tener en cuenta en el actual panorama del comic para adultos.