Imagen del hotel Fairmont Juan Carlos I, que negocia su colocación a cinco inversores / CG

Imagen del hotel Fairmont Juan Carlos I, que negocia su colocación a cinco inversores / CG

Artes

La muerte del jeque ben Nasser acelera la venta del Fairmont Barcelona

Los hijos del príncipe saudí se desvinculan del hotel de lujo y dejan al cinco estrellas a los pies de los fondos de inversión

11 febrero, 2021 00:00

La muerte del jeque Turki bin Nasser Al Saud ha dejado encarrilada la venta del Fairmont Juan Carlos I Barcelona, el resort de cinco estrellas situado en la parte alta de la avenida Diagonal. El fallecimiento del príncipe saudí, que era propietario del hotel por medio de la sociedad Barcelona Projects SA, deja sentenciada la colocación, pues los hijos del también exministro se han desvinculado del establecimiento. 

Así lo han explicado fuentes del sector hotelero de Barcelona, que recuerdan que el Fairmont Juan Carlos I era casi "un proyecto personal de ben Nasser". La muerte de éste a los 72 años el 31 de enero ha "acelerado" la venta del alojamiento. Los descendientes del malogrado militar y cargo del régimen saudí no quieren el activo y han encargado colocarlo a los fondos de inversión. 

Segunda residencia

Preguntado por la cuestión, la gerencia del alojamiento ha preferido guardar silencio. El sigilo es precisamente lo que reina en las 432 habitaciones del cinco estrellas gran lujo. Es lo que ocurre desde marzo de 2020, cuando la pandemia del coronavirus frenó en seco la industria turística en España. Desde entonces, el Fairmont Juan Carlos I ha permanecido cerrado. Anunció su reapertura en verano, pero volvió a cerrar. Posiblemente, seguirá así la próxima temporada álgida. 

Mientras, la plantilla continúa en ERTE, aunque en condiciones mejoradas por la dirección. En este contexto se esté negociando la colocación del hotel a cinco fondos de inversión. Turki ben Nasser, expropietario, tenía el hotel como base de operaciones en Barcelona. Lo usaba como segunda residencia junto con sus villas de Riad y Dhahran (Arabia Saudí) y Londres (Reino Unido). Con su muerte, el activo ya no interesa a la familia y se venderá. 

Los hoteleros aguantan precios

Cinco fondos hacen cola para quedarse con el alojamiento. La venta del Fairmont Juan Carlos I se enmarca en una tendencia de la hotelería barcelonesa en desprenderse de activos, por cuanto las cuentas de explotación están severamente tocadas por la atonía del turismo como consecuencia de la crisis del coronavirus. El inmovilizado pesa en los libros, por lo que algunos propietarios han comenzado a vender. Y los fondos han llegado a Barcelona a por ofertas. 

Fuentes del sector alertan de que el mercado se mueve, pero no como cabría esperar. Los hoteleros barceloneses, un sector dominado por familias tradicionales, es reticente a vender a descuento. Con ello, insisten los consultores preguntados, se equivocan, pues nadie sabe a ciencia cierta cuándo volverán sus activos a generar ingresos. En otras palabras: los dueños se resisten a vender a precio por habitación barato y, según el sector, "lo pagarán" en un futuro si la reapertura del turismo se demora. 

Deuda

Quien sí ha aterrizado en el mercado es el Fairmont Juan Carlos I, un colosal activo que se sometió a una aparatosa renovación integral que costó casi 40 millones en 2016. La reforma supuso una puesta a punto del alojamiento y elevarlo a los exigentes estándares de Fairmont y Accor, cadena matriz. La primera había llegado en 2014. La francesa, con la compra de la marca canadiense en 2015. Los trabajos, necesario, cargaron las cuentas de Barcelona Projects. 

La sociedad ya estaba tensionada por las deudas acumuladas de la etapa en la que Husa Hoteles, del hotelero Joan Gaspart, explotó el alojamiento. Hubo incluso un expediente de repago de Hacienda, como explicó este medio. ben Nasser denunció a Gaspart por estafa, sin éxito. Ahora, el alojamiento acumula obligaciones. Estas deudas y el hecho de que el establecimiento fuera un compromiso personal del jeque recomiendan vender.