Natàlia Garcia-Giralt (segunda por la derecha) es la investigadora principal del estudio sobre balneoterapia sobre supervivientes de cáncer de mama
Un equipo del Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona, liderado por la bióloga Natalia Garcia-Giralt, trabaja para demostrar los beneficios de la balneoterapia sobre supervivientes de cáncer de mama con doble supresión estrógena, cuyos efectos secundarios desmejoran significativamente su calidad de vida.
La terapia vinculada a los tratamientos del agua termal permiten paliar los dolores articulares, musculares, la fatiga, el insomnio y la sequedad de las mucosas, entre otras dolencias compartidas por este colectivo como resultado de la menopausia a la que les inducen tras la quimioterapia o la radioterapia.
“Lo que queremos comprobar es que los efectos sean duraderos, que por mucho que durante el tratamiento se encuentren bien, que sea un beneficio que se mantenga. La ciencia es lenta y poder demostrar científicamente el impacto del tratamiento lleva tiempo”, explica a este medio la investigadora del envejecimiento del Centro de Investigación Biomédica (CIBER).
Iniciativas como la que encabeza Garcia-Giralt demuestran la necesidad de intensificar los esfuerzos no solo en la lucha de la enfermedad, sino también en la mejora de la calidad de vida de aquellas mujeres que la superan y a las que les quedan décadas de vida por delante.