La secretaria general de Podemos y diputada Ione Belarra

La secretaria general de Podemos y diputada Ione Belarra EUROPA PRESS

Examen a los protagonistas

Ione Belarra

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Ayer se celebró el Día de la Mujer e Ione Belarra, mandamás de Podemos, se hizo la feminista en la manifestación de Madrid. El feminismo de Podemos y de la señora Belarra es muy peculiar. Si detectan a un rijoso, lo crucifican, aunque la cosa sea dudosa y no existan muchas pruebas al respecto. A no ser que el rijoso de turno forme parte del partido (véase a Juan Carlos Monedero, que ha resultado ser un sobón y un baboso: a veces parece que él, Iglesias y Errejón entraron en política para beneficiarse de lo que se conoce como la erótica del poder, como si no se comieran un rosco cuando eran simples profesorcillos de universidad), en cuyo caso no hay expulsiones fulminantes, sino que se espera a acumular pruebas para desactivar al réprobo.

La actitud de la señora Belarra en el caso Monedero ha sido de vergüenza ajena. Aquí no ha regido el “Yo te creo, hermana”. Como el abusador es amiguete, se demoran las medidas disciplinarias, se pone en duda el testimonio de sus víctimas y se hace todo lo posible para salvarlo. Todo ello mientras se sigue afirmando que su feminismo es el más fetén y se continúa disparando contra los abusadores de la derechona y de cualquier partido que no sea Podemos.

O el PSOE, pues no he oído a Belarra, ni a nadie del partido, opinar sobre el caso Ábalos, que es de traca: el ex ministro pichabrava ha conseguido que los españoles le paguemos las putas durante años, mientras las colocaba en cargos oficiales con trabajos a los que no acudían, aunque cobraban un sueldo por ellos. Si ha habido alguna condena por parte de Podemos, yo no me he enterado.

No contenta con creer que representa al feminismo de verdad, esta mujer también se ha enrolado en las filas del pacifismo absurdo (y puede que con segundas intenciones inconfesables).

Mientras Vladimir Putin es cada día más peligroso, sale Belarra y dice que España debería salir de la OTAN, como si todavía estuviésemos en los años ochenta del pasado siglo.

También le parece muy mal que aumentemos el gasto en defensa, pues todo lo relacionado con el mundo militar le causa ictericia. Supongo que es perder el tiempo pedirle a esta mujer que observe la situación mundial y tome conciencia de lo peligroso que es el actual mandamás ruso (pensemos que los países limítrofes con Rusia están pidiendo a gritos su entrada en la OTAN. ¿Por qué será, Ione?), cuyo expansionismo y sus ansias de reconstruir la Unión Soviética nos ponen los pelos de punta a los demás.

Falso feminismo y falso pacifismo. Esas son las señas de identidad de Ione Belarra. Yo no entiendo muy bien en qué mundo vive, pero no es el mío. Y si no quiere ver lo que nos estamos jugando, de verdad que no sé qué pinta en la política, aparte de vivir mejor de lo que viviría como una ciudadana de a pie.