Cataluña afrontó ayer un coletazo de la gota fría y lo superó sin graves problemas. No se tuvieron que lamentar víctimas, y los daños materiales fueron menores. A modo de ejemplo, la C-32, la vía rápida más afectada por la DANA, pudo reabrir a las pocas horas de interrumpirse el tráfico.
El epicentro del episodio climático fue el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, que tuvo que cancelar 153 de sus 945 operaciones programadas.
En la ciudad aérea, hubo quejas de pasajeros, igual que hubo en la red de Rodalies de Renfe, que tuvo que interrumpir completamente su servicio a mediodía por la acción de los aguaceros. Luego, se retomó paulatinamente.
Las infraestructuras de transporte fueron las más afectadas, aunque equipamientos como los hospitales o las escuelas también sufrieron la disrupción de la meteorología adversa.
Globalmente, el Govern consiguió que la región pasara el test de la DANA. Aunque hubo episodios puntuales de mejorable coordinación, la prevención que se había realizado los días anteriores fue clave.
Las alertas a móviles, testeadas por primera vez, fueron determinantes. Millones de ciudadanos recibieron el mensaje en sus aparatos, lo cual les ayudó a concienciarse de que la situación requería de medidas de autoprotección.
Pese a los campos de mejora, la autonomía sobrellevó una DANA sin grandes estragos.