Eulàlia Barros
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El Colegio de Abogados de Sabadell se ha visto enredado en un escándalo al conocerse que un juzgado del municipio investiga a la cúpula de la institución por, presuntamente, copar el turno de oficio y así facturar más que sus compañeros.
Lo mollar es que se sepa si existió trato de favor hacia parte de la Junta del Colegio para acaparar las guardias y ganar más ingresos que el resto de letrados. Podría tratarse de un caso de presunta malversación y tráfico de influencias.
A la espera de que la justicia dirima si hubo irregularidades, la Generalitat de Cataluña ha intervenido el turno de oficio en el organismo, y ha estallado un conflicto con uno de los sindicatos del ente, que acusa al Colegio de haber boicoteado una manifestación contra el escándalo.
Antes de que se dañe más la reputación de una institución que debería ser inmaculada, la decana, Eulàlia Barros, debería practicar un ejercicio de transparencia y dar las explicaciones necesarias.
Porque no está en juego un proceso penal que acaba de comenzar, sino el debate sobre las reglas que rigen el turno de oficio en Cataluña.
Así, en lugar de cargar contra sus compañeros, el equipo de Barrios debería ser transparente, humilde y, si es necesario, hacer autocrítica. Porque cabe recordar que la denuncia vino del seno del propio Colegio, no del exterior.