Ramon Chacón
Los Mossos d'Esquadra han logrado encauzar la compleja investigación para cazar a los ladrones de tumbas del Cementerio de Montjuïc. El caso no es menor, ya que se sospecha de que han sido saqueados un mínimo de 162 nichos -los reconocidos de forma oficial- para sustraer joyas y dientes de oro de los difuntos, los principales botines.
Las pesquisas, en las que la policía catalana tuvo que utilizar drones con detectores de calor, han terminado con cinco personas citadas a declarar como investigadas y el registro en casa de una de ellas.
Las cinco personas son, todos, sepultureros. La principal hipótesis que se mantuvo en todo momento fue que los delitos se habrían cometido desde el interior de la empresa que custodia los nueve cementerios públicos de Barcelona, cuestión que se habría podido comprobar a lo largo de una investigación rigurosa.
Ahora se ha encauzado un suceso que preocupaba y que había generado mucha alarma social. Las familias afectadas recordaban que pagan una tasa de conservación para que sus allegados reposen en los camposantos que en este caso se habría quebrado.
La crisis, además, ha provocado hasta la fecha una destitución en forma de jubilación anticipada.
El mérito de resolver el caso es de las áreas de investigación criminal de los Mossos d'Esquadra, que han logrado arrojar luz a un tenebroso saqueo en silencio.