Nacho Abia
Noticias relacionadas
- Grífols ficha a Nacho Abia como consejero delegado y limita el papel de la familia al consejo
- Grifols se defiende de Gotham en el mismo tribunal que pide una millonada al Estado por las renovables
- Sigue la reestructuración en Grífols: refuerza el comité directivo y aparta a la familia fundadora
- Blackrock alimenta a los especuladores en Grífols al prestar casi un 1% del capital
La actualidad se acumula en torno a Grífols hasta el punto de hacer que la compañía no sea capaz de digerir toda la que es capaz de generar. La enésima vuelta de tuerca en la gobernanza de la empresa ha terminado de desplazar a la familia fundadora de la gestión, donde ya representaba un papel netamente secundario pero, al mismo tiempo, ha reequilibrado los poderes con la incorporación de un nuevo consejero delegado, Nacho Abia, que compartirá funciones ejecutivas con el actual presidente, Thomas Glanzmann.
Abia cuenta con notables ventajas como su dilatada experiencia, pese a su juventud, en el sector de la salud y en el plano internacional y, con vistas a los inversores, el no estar marcado por esos últimos años de gestión de los Grífols, cuyo reflejo ha sido el notable apalancamiento que ahora atenaza a la empresa y le obliga a vender activos para evitar la asfixia financiera, y las sospechas evidenciadas en el informe de Gotham, contra el que la empresa pelea ya en un tribunal de Nueva York.
El inconveniente es, precisamente, el más que complejo escenario que se encontrará cuando aterrice formalmente en Grífols, a partir de abril. El mercado no le dará demasiado tiempo para demostrar que las cosas están cambiando en una compañía que, pese a su tamaño y su condición de cotizada, no ha dejado de tener un notable sesgo de empresa familiar transformado en un lastre que ha resultado ser demasiado pesado.
Cuestiones sobrevenidas para Abia pero que tendrá que afrontar como si fueran propias. Las perspectivas jurídicas en Nueva York parecen ir, de entrada por buen camino, visto el corte del tribunal y del magistrado que se encargará del caso. Pero el escenario está, por ahora, demasiado embarrado para darle la vuelta que necesita en tiempo récord.