Patrícia Plaja
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Algo falla en la Generalitat de Cataluña cuando ni la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, es capaz de guardar las formas y mostrar cierto respeto institucional y consideración hacia la ciudadanía no independentista a la que también debería representar. Su perorata de este martes contra la monarquía española a la cual se debe, calificándola de "absolutamente deslegitimada y anacrónica" al hilo de la jura de la Constitución por parte de la princesa Leonor, supone un nuevo episodio en su larga lista de exabruptos.
Estas descalificaciones y salidas de tono patrióticas del Govern se están convirtiendo ya en habituales. Hace apenas un mes, la propia Plaja despreció la manifestación en Barcelona contra la amnistía del procés calificándola de "anticatalana", y acusando a sus organizadores -la entidad constitucionalista Societat Civil Catalana (SCC)- de tener "catalanofobia". Una acusación lamentable, impropia de su cargo y sin ningún tipo de sentido, dado que la mayor parte de esos manifestantes eran, obviamente, de la propia Cataluña.
Esta falta de saber estar y de tacto institucional, en cualquier caso, evidencia la visión excluyente que tanto Plaja como el Govern de ERC parecen tener de la sociedad catalana. Su desdén hacia aquello que no les agrada, y su tendencia a confundir sistemáticamente la parte -los nacionalistas- con el todo -la ciudadanía en general- al hablar de Cataluña ha sido una marca de la casa de los dirigentes de la Generalitat durante toda la década del procés, e incluso antes.