Natàlia Garriga
La Consejería de Cultura de la Generalitat utiliza el catalán como instrumento de propaganda de un Govern de ERC que necesita marcar perfil identitario ante sus opositores independentistas de Junts y la CUP. Tras pactar los presupuestos de la Generalitat con el PSC, propiciando un necesario cambio de rasante en materia de pactos, ERC presenta ahora 100 medidas para blindar la inmersión lingüística monolingüe obligatoria en catalán. El cerco al castellano en las instituciones se estrecha, lo que echa por tierra esa vocación integradora que los republicanos aseguran tener.