Pere Aragonès
Vamos a ver si lo entendemos: Pere Aragonès ejerce de anfitrión de la reunión entre Pedro Sánchez y Enmanuel Macron, pero su partido, ERC, se manifestará en contra. ¿Quiere decir eso que el dirigente catalán se escrachea a sí mismo? Que el activismo independentista ya no da más de sí es un hecho, pues solo le quedan hacer ese tipo de perfomances ordenadas desde Waterloo, donde Carles Puigdemont pretende seguir marcando el paso al presidente de la Generalitat. Pero que ERC le haga el juego a una pandilla de nostálgicos del procés, mientras negocia con el Gobierno español, resulta casi estrafalario.