Sor Lucía Caram
Una monja en Tik Tok
A lo largo de la historia de la Cataluña catalana siempre ha habido algún miembro de la clerigalla chupando plano, a veces para bien y a veces, más a menudo, para mal. En general, puede decirse que hemos ido a peor, como puede comprobarse en el tránsito que va de mosén Cinto Verdaguer al ínclito Xirinacs, aquel captaire per la pau (mendigo por la paz) que tantos porrazos de los grises se llevó en los años 60 y 70 y al que, según mi modesta opinión, siempre le faltó una patata para el kilo (como quedó demostrado al final de su lamentable carrera, cuando se declaró amigo de ETA y acabó suicidándose en un bosque porque no quería seguir formando parte de lo que él consideraba un país de esclavos). A su visión trágica de la existencia le sucedió la extravagante visión de la misma a cargo de dos monjitas, una local (Teresa Forcades) y otra importada de Argentina (sor Lucía Caram), de las que llevábamos bastante tiempo sin saber nada. No puedo decir que las echara de menos, pero a veces me preguntaba qué habría sido de ellas. En el caso de la monja Forcades, sigo sin saber nada. No sé con qué la habrán amenazado en su orden, pero la buena mujer calla como una muerta en una época en la que debería estar largando permanentemente: no entiendo que con lo del coronavirus una conspiranoica como ella no tenga nada que decir. Para mí que la larga mano del Vaticano algo ha tenido que ver en su pertinaz silencio: debería estar saliendo todo el día por TV3 y encabezando manifestaciones negacionistas, pero en vez de eso, lo único que nos llega de ella es su silencio.
Lo mismo parecía ocurrir con la hermana María Lucía Caram Padilla (Tucumán, 1966) hasta que el otro día, a raíz de la fuga de Leo Messi por motivos económicos, se materializó colgando un video en Tik Tok, nada menos: es innegable que esta mujer tiene un ojo comercial indudable y sabe que, para captar el interés de la juventud, no hay como las redes sociales. Ya puestos, yo hubiese preferido verla en bikini y bailando a los acordes de Bad Bunny o Maluma, pero me he tenido que conformar con verla trotando por el campo, con un anorak sobre el hábito, y lamentando la marcha del Barça de su compatriota bajo el lema “Messi es patrimonio nacional y no se vende”. No queda clara la extensión de dicho patrimonio nacional --¿se refiere a la Argentina, a España, a la Cataluña catalana?-- pero, teniendo en cuenta las simpatías de la monja de marras por el prusés, no sería de extrañar que considerara a Messi propiedad de los catalanes de bien. A fin de cuentas, estamos hablando de la mujer que hace años declaró sentirse enamorada de Artur Mas, de la gran amiga de Pilar Rahola, de la religiosa que salía por televisión preparando un tocinillo de cielo o clamando por la independencia de su terruño de adopción.
Quiero creer que ese video en Tik Tok es un avance de su esperadísimo regreso al candelero, y que pronto la veremos en TV3 opinando sobre esto y aquello con la alegría y la desfachatez que la caracterizaban. Más que nada porque, como les decía, en la vida cotidiana de este paisito nuestro siempre tiene que haber un cura o una monja contribuyendo a que las cosas vayan mucho peor de lo que ya van. A tal efecto, sor Lucía es insuperable conceptualmente: una monja que ha hecho voto de silencio y que habla por los codos, generalmente para meterse donde nadie la ha llamado y contribuir, como el príncipe Stavrogin de Dostoievski, a sembrar la confusión y el desconcierto en la sociedad que la ha acogido sin ser consciente de lo que se le venía encima.
Puede que la iglesia católica haya conseguido que la monja Forcades no diga ni pío, pero con la monja Caram no hay quien pueda. Hoy, Tik Tok; mañana, el mundo. O, como decía Leonard Cohen, First we take Manhattan, then we take Berlin. Hay gente de la que nunca te libras --Miguel Ríos acaba de grabar un nuevo disco, sin ir más lejos--, y sor Lucía forma parte de esa gente. Dudo mucho que el video en cuestión sea flor de un día. Para mí que es un tráiler (o un teaser) de algo más grande que está al caer. Acojámosla, pues, de nuevo entre nosotros y dispongámonos a escuchar lo que tenga que decirnos. De momento, ya se ha pronunciado (aunque algo crípticamente) sobre el final de la relación entre Messi y el Barça. ¿Qué será lo próximo? Se admiten apuestas.