Miquel Buch
El conseller de Interior acudió al TSJC acompañado por la plana mayor del independentismo institucional con gran boato y mayor escenificación. Sin embargo, su comportamiento ante los jueces no tuvo nada que ver: negó la mayor. Solo le faltó decir que él no sabía que el 1-O se había convocado un referéndum para apoyar la independencia de Cataluña. Los locales del Ayuntamiento de Premià de Mar que él presidía entonces y que fueron utilizados como colegios electorales abrieron sus puertas misteriosamente. El consistorio no supo nada y tampoco lo autorizó. Había distintos juegos de llaves.
Desde el punto de vista humano, se entiende que escurra el bulto. Pero, ¿qué sentido político tiene ese escaqueo lamentable cuando en paralelo proclaman que ho tornarem a fer? ¿Qué es lo que volverán a hacer si en realidad no hicieron nada?