Teresa Cunillera
Teresa Cunillera quiso cambiar el formato de la celebración del día de la Constitución en la sede de la Delegación del Gobierno en Cataluña. Y ha acertado con la decisión. Un diálogo entre Felipe González y Miquel Roca es una buena manera de difundir qué significó, hace cuarenta años, poner en pie una Constitución que, hasta aquel momento, nunca había sido refrendada por el pueblo español. La tradición constitucionalista española ha tenido más sombras que luces, y se trataba de cambiar esa dinámica fatalista. El debate lo moderó la periodista Mònica Terribas, que no ha escondido en todos estos años su defensa del movimiento soberanista. Terribas pudo comprobar otro acierto de Cunillera, que evidenció la asistencia al acto de diferentes autoridades y la presencia de miembros de la Guardia Civil y de la cúpula militar: que el Estado existe y que debe tener una presencia lógica no testimonial en Cataluña. Una presencia que debería encarnar el propio presidente de la Generalitat, Quim Torra, que es, constitucionalmente, el máximo representante del Estado en Cataluña.