Sillas vacías en el acto del 17A
El Ayuntamiento de Barcelona ha querido restar todo protagonismo a la política en el acto oficial en homenaje a las víctimas del 17A un año después de los atentados. Al planificar la organización de la conmemoración evitó los discursos e intentó darle un tono más cívico que institucional a la triste efeméride. Sin embargo, ha pinchado en sus previsiones.
El consistorio ha fallado en el cálculo que ha hecho sobre la presencia de familiares de las 16 personas que fallecieron en manos de los terroristas que atacaron en las Ramblas y en Cambrils. Hecho que ha propiciado que no se ocupara buena parte del espacio reservado para ellos en la plaza de Cataluña.
Las sillas vacías no evocaban a los ausentes como se ha llegado a sugerir entre el público. Mostraban, en realidad, el error de cálculo del equipo de protocolo municipal en un acto que ha sido criticado por muchos de los asistentes.
Se ha tildado de "abstracto" el contenido del discurso de la periodista Gemma Nierga, la voz de la conmemoración del 17A, y porque a diferencia de lo que hizo la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, el jueves, nadie se ha preocupado de recordar a los asesinados de Barcelona y Cambrils por sus nombres.