Con una diana en la frente. El Barça no fue un equipo en Vigo. En líneas generales, no se salva nadie. Pero, hasta el minuto 82, el equipo de Hansi Flick mantenía una ventaja de dos goles. Un rédito que se esfumó en dos minutos y coincidió con la entrada de dos centrocampistas al campo. No es casualidad, a pesar de los errores individuales de Marc Casadó y Jules Koundé.
Flick dio entrada a dos jugadores muy verticales cuando el partido pedía más calma. Hacerse con el control del balón, que había quedado bajo dominio del Celta, en el tramo final. En el 75', Pedri y Gavi fueron sustituidos. Fermín López y Frenkie de Jong, los escogidos para dar vida a un Barça que se veía al borde del abismo. No obstante, todo fue a peor.
Todo se descarrila
Con la entrada de ambos jugadores, el parcial, que era de dos goles de ventaja, pasó a ser de dos tantos en contra. Y así quedo el resultado final. De Jong entra con miedo y no va al cien por cien desde que se recuperó de la lesión del tobillo. Tampoco sabe lo que pide cada jugada. No dotó al Barça de un equilibrio que era necesario.
Y Fermín, por otro lado, es un centrocampista que actúa como un delantero más. Destaca por sus internadas al área rival, sus desmarques a la espalda de los centrales contrarios y su olfato goleador. Ni De Jong ni Fermín se parecen en nada a Gavi y a Pedri, más respetuosos con el juego posicional.
Ni Casadó ni Koundé
Ninguno encontró complicidad con Casadó, que intentaba tapar todos los agujeros. Tan apurado fue que, ya con amarilla, frenó a un rival que intentaba desmarcarse a la espalda de los defensores. Le costó la segunda amonestación. Se autoexpulsó y el equipo quedó en el alambre.
Con un hombre menos, nace el error de Jules Koundé, que no logra impactar el balón para dar un pase a Iñaki Peña y Alfon González se queda solo ante el portero culé. El partido, al traste en un cuarto de hora mortal. Y coincide con la entrada de Fermín y De Jong.
Problema coral
Aunque, a pesar de señalar a protagonistas, el mayor problema del Barça fue el juego coral. Los azulgranas no se hicieron fuertes con balón. Pedri, llamado a ser el faro de este equipo, pasó desapercibido. Y Gerard Martín quedó totalmente expuesto ante un Iago Aspas que se las sabe todas.
El Barça es un equipo con mucha pegada. No necesitó más que dos jugadas aisladas para anotar dos dianas. Pero aún tiene mucho margen de mejora en la salida de presión. Ante equipos agresivos y propositivos como Osasuna, Real Sociedad y Celta, los de Hansi Flick han sufrido. Y mucho.