Ilkay Gundogan se marcha desencantado del FC Barcelona. La experiencia en la capital catalana no ha resultado tan satisfactoria como el volante alemán deseaba cuando abandonó el Manchester City. De hecho, el centrocampista de 33 años se ha marchado obligado por los problemas financieros del Barça. Individualmente, el jugador de raíces turcas destacó como uno de los mejores futbolistas azulgranas en la temporada 23-24. En el plano colectivo, las promesas de Joan Laporta no se vieron reflejadas ni con títulos ni una recuperación económica.

La sinceridad de Gundo ante los medios también le costaron varios desencuentros con compañeros de la primera plantilla como Ronald Araujo y la afición culé. El excapitán citizen no se muerde la lengua cada vez que toca hacer autocrítica. El problema se presenta cuando da un toque de atención a otros cracks de la primera plantilla.

Sacrificado

En su despedida del club catalán, Ilkay nombró sin reparos los motivos de su salida: "Lo he dado todo para luchar por el equipo y el club de la mejor manera posible en una temporada difícil y tenía muchas ganas de ayudar a mis compañeros en la nueva campaña. Ahora me voy en una situación difícil, pero si mi marcha puede ayudar económicamente al club, eso me hace sentir un poco menos triste".

Ilkay Gundogan aparece ante los culés en el Estadi Olímpic de Montjuïc antes del Gamper FCB

La falta de ingresos por la venta de Barça Studios pese a la inyección de 25 millones de euros de Aramark ha penalizado a la institución presidida por Laporta. La demora en el nuevo acuerdo de patrocinio con Nike también ha condicionado el margen de maniobra hasta el punto de seguir excedidos. El FC Barcelona opera en el mercado con la restricción del 60% impuesta por la Liga. De cada 10 millones que libera de salario, solo puede utilizar 6 para nuevas inscripciones. En la misma línea, de 10 millones ingresados en concepto de traspaso, puede emplear 2.

El Barça ha precisado de tres salidas hasta poder inscribir a Dani Olmo, su segundo y último fichaje hasta la fecha: Gundogan, Clément Lenglet y Mika Faye. En total, los tres sacrificados han generado 23 millones de Fair Play financiero, que cubrirán los 19/20 millones de coste anual del mediapunta egarense. En el caso del futbolista regresado al City, su sueldo de 18 millones brutos concede un margen de 12,6 millones.

Año sin títulos

Gundogan se había aclimatado perfectamente a la Ciudad Condal. A principios de verano el plan de seguir vestido de azulgrana no arrojaba dudas. El interior tenía otras dos temporadas de contrato hasta 2026. En el curso 23-24 había gozado de protagonismo a las órdenes de Xavi Hernández, con 5 goles y 14 asistencias en 51 partidos. El liderazgo del técnico egarense no terminó de calar en el vestuario antes de su destituación, pero el reencuentro con Flick había ilusionado de nuevo a los pesos pesados del clan alemán.

Los jugadores del Barça, abatidos, aplauden a la afición del Barça tras caer contra el PSG FCB

Después de alzar la Liga y la Supercopa de España en 2023, el Barça requería un paso adelante en el curso 23-24. No obstante, la irregularidad pasó factura en competición doméstica y resultó imposible reeditar el éxito liguero. Sí se evidenció una mejoría en Champions League, con la consecución de los cuartos de final. El PSG sudó la gota gorda para eliminar al conjunto barcelonista, diezmado por la expulsión de Ronald Araujo en el partido de vuelta. 

Exceso de sinceridad

Precisamente, la polémica tarjeta roja al central uruguayo por un agarrón sobre Bradley Barcola como último hombre desató un cisma en el primer equipo. Gundogan lamentó ante los medios de comunicación la decisión temeraria de su compañero, que tuvo un papel trascendental en la eliminación. En el momento de la expulsión, el Barça ganaba por la mínima (1-0) y conservaba una ventaja de dos goles en la eliminatoria (4-2).

"Decepcionado, muy decepcionado. Todo estaba en nuestras manos y se lo hemos regalado al PSG de la forma más fácil. (...) Duro decirlo, pero en estos momentos cruciales, tienes que estar seguro de si vas a ir a por el balón. No sé si toca la pelota o no, pero yo prefiero conceder un gol o incluso el uno contra uno. Dale la oportunidad a nuestro portero de pararla o incluso concede el gol. Quedarte con uno menos tan pronto te mata en el partido", clamó Gundo ante los micrófonos en zona mixta.

Preguntado en un acto dos días más tarde, el defensor dio a entender que no le había sentado bien la rajada de su compañero: "Prefiero guardarme para mí lo que pienso, tengo códigos y valores que creo que hay que respetarlos". 

La rajada postclásico

El que vistiera el dorsal 22 del Barça sentó un primer precedente de su carácter autocrítico tras caer por la mínima en el primer clásico de Montjuïc contra el Real Madrid (1-2): "Después de un partido tan importante y un resultado innecesario, me gustaría ver más enfado y decepción. Esto es parte del problema. Cuando sabes que puedes hacerlo mejor y no reaccionas, esto se traslada al campo. No vine aquí para perder este tipo de partidos".

La reacción levantó polvareda entre los culés, divididos por la dureza de las palabras. Algunos consideraron que aquella reprimenda tendría que haberse quedado en el vestuario en el ámbito privado, del mismo modo que su crítica posterior a Araujo. Gajes del carácter ganador de Gundo, que venía de haber levantado un triplete con el Manchester City. Finalmente, ha vuelto a reencontrarse con Pep Guardiola a ser feliz de nuevo.

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