El matrimonio de Nike y el FC Barcelona ha superado las últimas tensiones extraconyugales y se encamina a reafirmar sus votos en unas bodas de plata balsámicas. Tras 26 años de alianza estratégica, el presidente del club azulgrana, Joan Laporta, ha conseguido cerrar un nuevo acuerdo más beneficioso para los intereses económicos de la entidad. No obstante, no le saldrá gratuito tensar la cuerda para alcanzar el pacto.

La multinacional americana no solo ejercería como principal patrocinadora. No se  descarta que entre como accionista en sociedades dependientes de la institución catalana. Por un lado, entraría a participar en el negocio del retail, en manos de la filial Barça Licensing & Merchandising (BLM) desde 2018. Por el otro, podría asumir incluso participaciones de Barça Studios --ahora Barça Vision--. En cuestión de meses, el posible divorcio entre la marca deportiva y el club barcelonista ha dado un giro de 180 grados. Tanto es así, que el nuevo acuerdo se inspiraría en la alianza entre Adidas y el Bayern de Múnich.

El modelo mixto del Bayern

El gigante alemán de moda deportiva comparte la condición de principal patrocinador con Telekom y Audi. Sport Bild tasó el acuerdo de esponsorización para el tramo 2015-30 en 60 millones de euros por temporada, hasta un total de 900 kilos en 15 años. Más allá de la relación contractual, el sponsor de Baviera también posee un porcentaje de las acciones del club. El 75% de la entidad muniquesa pertenece a la sociedad gestora deportiva de nombre FC Bayern München AG.

El Allianz Arena, estadio del Bayern de Munich REDES

No obstante, el otro 25% se reparte a partes iguales entre Adidas, Audi y Allianz. Cada sociedad administra el 8,33%. Este modelo mixto de propiedad empezó a tomar forma en 2002, cuando la primera empresa adquirió el 10% de las participaciones por 77 millones. En 2010 se añadió la tercera multinacional a la estructura y las tres sociedades igualaron sus acciones para aunar la cuarta parte de la institución.

Panorámica del Allianz Arena, con los jugadores del Barça conversando REDES

En tiempos más recientes, con necesidad imperante de buscar ingresos debajo de las piedras el empresario Jaume Roures, amigo de Joan Laporta, ha propuesto vender un porcentaje del club a otras sociedades. Una macrooperación difícil de llevar a cabo con multinacionales catalanas de menor poder adquisitivo. Además, el propio presidente ha descartado la fórmula híbrida en reiteradas ocasiones, en pro del modelo de club social. Aun así, la probable entrada de Nike en los accionariados de Barça Vision y BLM sigue el camino marcado por sus homólogos alemanes con la entrada de un nuevo inversor como sustento económico.

Un matrimonio dramático

Un match-ball que culminará a tiempo, durante este mes de junio, antes del cierre económico del ejercicio 23-24. En febrero, Laporta amenazó con romper el contrato, con vigencia hasta 2028. La compensación económica no satisfacía las pretensiones del club barcelonés. En una entrevista radiofónica, el máximo dirigente aseguró que "los competidores nos pagan el doble de lo que nos paga Nike".

La camiseta principal del Barça, con el logo de Nike, en una de las tiendas oficiales FCB

Más allá de unos ingresos que consideraban insuficientes, el abogado catalán criticó que "no nos reponen material". El ejemplo más próximo se aprecia en la falta de stock de la segunda equipación, de color blanco. Además, se demora el abastecimiento con la ropa de baloncesto. El main sponsor tampoco permite que la entidad abra tiendas en el extranjero. Fuera de las fronteras nacionales, el Barça no ve ni un duro de la facturación procedente de las stores de Nike con las equipaciones azulgranas.

Por si esto fuera poco, el Barça no se beneficia de la distribución de réplicas, camisetas de menor calidad sin el logotipo de la marca deportiva, comercializadas en quioscos y tiendas no oficiales en los aledaños del Estadi Olímpic Lluis Companys. Nike se embolsa el negocio procedente de las réplicas.

Inyección de 100 millones

En términos económicos, actualmente Nike abonaría 24 millones en concepto de royalties --y 42 millones de patrocinio al Barça por temporada. Otros 10 millones de bonus procederían de una cláusula condicionada a la conquista de tres Champions Leagues. Aunque el Femenino ya ha alzado tres orejonas desde 2021, es circunstancia sine qua non que el equipo masculino gane una Copa de Europa para desbloquear la variable.

El Barça Femenino, en máxima euforia, tras ganar la Champions League FCB

El nuevo acuerdo podría matar dos pájaros de un solo tiro, pues incluiría un bonus signing de unos 100 millones de euros. Dicha cantidad podría reponer el dinero pendiente de ingresar, procedente de la reventa de Barça Vision pactada con Libero Football Finance, fondo de inversión alemán que incurrió en un doble impago por valor de 40 millones. Así, aumentaría la capacidad de inscripción de salarios retenida por la Liga hasta registrar el ingreso en cuestión.

Este 15 de junio debían cobrarse otros 60 kilos para la explotación de la filial audiovisual, aunque se ha prorrogado el plazo hasta septiembre de 2024. De todos modos, el respaldarazo financiero de 100 millones subsanaría --en parte-- el desajuste de 160 millones que se preveían en el cumplimiento de los presupuestos.

La explotación de BLM

Generosidad económica que también puede verse correspondida con la entrada en el negocio del retail, en manos de BLM. Hasta 2018, año de la creación de la nueva sociedad, Nike explotaba esta línea y repartía los royalties al Barça.

Sin embargo, la directiva de Josep Maria Bartomeu cambió las condiciones mediante la fundación de BLM y apartó a la marca estadounidense de la comercialización del merchandising. Actualmente, el FC Barcelona sigue siendo el único accionista de BLM. Si bien se aprobó la venta del 49% en la Asamblea de compromisarios de 2022, la operación no se ha llevado a cabo hasta la fecha.

Los socios del Barça aprueban la venta del 49,9% de BLM FCB

Por su parte, el FC Barcelona también se beneficiará de cambios en las problemáticas expuestas anteriormente con el stock y la explotación de las tiendas en el extranjero. Paradójicamente, uno de los mayores dolores de cabeza de Laporta meses atrás está a un solo paso de convertirse en la gran solución de los males económicos a corto plazo.

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