Desde que Xavi Hernández cogió el equipo, allá en noviembre del 2021, que las sensaciones que ha transmitido el equipo son de un compromiso innegociable y un esfuerzo deslumbrante. Parapetado con estas dos virtudes, el equipo fue capaz de remontar desde la novena plaza hasta la segunda en LaLiga, aunque no le dio para mucho más en el resto de competiciones, donde fue cayendo con más o menos dignidad, con Europa como gran asignatura pendiente. Los refuerzos de invierno sirvieron para apuntalar una plantilla totalmente desequilibrada, sobre todo un Pierre Emerick Aubameyang, que fue capaz de revivir al barcelonismo una noche tan mágica como el 0-4 en el Bernabéu, con dos tantos del gabonés.

En verano, se marcaron los objetivos, con la Liga como principal estandarte. El club realizó un esfuerzo económico brutal para traer a jugadores como Robert Lewandowski, Raphinha y Jules Koundé, teniendo que vender algunos activos para conseguir desactivar el Fair Play de Javier Tebas. El presidente de la Liga intentó torpedear todas las acciones del Barcelona, llegando a judicializar algún caso, como la inscripción de Gavi al primer equipo, evocando las trabas que en su día puso a Messi para que jugara en España.

En la tercera ventana que se abrió, la de este invierno, se intentaron diversas operaciones, como la llegada del marroquí Sofyan Amrabat y el extremo belga Yannick Carrasco, pero fueron frustradas sistemáticamente por Tebas.

Al final, Xavi no sólo se tuvo que resignar con quedarse sin refuerzos, sino que se vio obligado a aceptar la salida de Memphis Depay y Héctor Bellerín. Aun así, el equipo ha sido capaz de ganar, de forma brillante, la Supercopa de España contra el Real Madrid (1-3), distanciarse a nueve puntos del Real Madrid en la Liga y poner un pie y medio en la final de Copa tras vencer en la ida en el Bernabéu (0-1).

Evidentemente, de cara a este verano, Xavi necesita reforzar la plantilla en varias líneas. Algunas son simplemente de cajón, como la del lateral derecho, donde no hay actualmente ningún jugador natural en esta posición, teniendo que recurrir a un central, Jules Koundé, o a un centrocampista, Sergi Roberto. Otras tampoco admiten mucha discusión: un relevo para dar descanso a Robert Lewandowski y un centrocampista más con talento, renueve o no Sergio Busquets, teniendo en cuenta que el dibujo de cuatro medios está dando sus frutos en las citas importantes.

Y es que en el área deportiva se ha llegado a una clara conclusión: ahora mismo tenemos el mejor equipo del mundo, pero no la mejor plantilla. Falta fondo de armario y cuando se producen bajas de jugadores importantes, el equipo sale trastabillado con sus sustitutos. De ahí, la necesidad imperiosa de reforzar un mínimo de cuatro posiciones: el objetivo ya no es fichar primeras espadas, sino jugadores contrastados que sumen. A partir de aquí, el balón estará en manos del director deportivo, Mateu Alemany, y su capacidad de regatear a Tebas y sus acólitos. No será fácil, pero en Mateu we trust.