Carmen Lomana ataca con dureza el testimonio de Rocío Carrasco: "Parece el día de la marmota"

Desde el estreno del primer capítulo de Rocío, contar la verdad para seguir viva, pocas celebridades se han guardado su opinión personal al respecto. Una de las que más veces lo ha demostrado ha sido Carmen Lomana que, sin pelos en la lengua, ha criticado la serie documental por enésima vez, pero más dura que nunca.

Fiel a sí misma, la empresaria confiesa que este tema la tiene "aburrida", que las desgarradoras declaraciones de la hija de Rocío Jurado no tienen sentido alguno ya y que esta situación "parece el día de la marmota". Y es que la aristócrata, al igual que parte de la sociedad, considera que la verdad de Rociíto y todo lo que ello comporta empieza a ser "demasiado".

Escepticismo con Rocío Carrasco

"Todo tiene un time en la vida, y esto está fuera de tiempo y fuera de lugar. Es como una historia de odio que se ha quedado enquistada", asegura Carmen Lomana sobre el testimonio de Rocío Carrasco. Una mujer a la que no termina de entender, especialmente con el tema de sus hijos.

"Si tú tienes un arrebato de amor por tus hijos, tu hija te llama y no piensas si 'estoy preparada' o no. Cojo el teléfono y le digo 'ven aquí, que no puedo más con las ganas de verte'", opina la celebrité, cansada de lo largo que se está haciendo todo esto. "La llevo escuchando hace un mes, es que no...", señala Lomana, muy escéptica con el llamado efecto Rociíto en los datos registrados por el 016: "Una mujer maltratada por ver a Rocío no va a llamar a ese número".

"Todo esto me parece demasiado"

"Con qué tipo de mujer nos queremos quedar, ¿con mujeres todo el día llorando y quejándose? ¿Castigando de alguna manera a los hombres? Yo no. Estas cosas se hablan con tu familia y se quita ese bucle en el que está metida", mantiene Carmen Lomana, que defiende que Rocío saliera "un día" a hablar, pero que "todo esto me parece demasiado".

En este sentido, la experta en moda opina que la serie documental de Rociíto es "una falta de respeto por ella misma, por sus hijos y por su familia". Además, señala que "todavía no hemos oído hablar a la otra parte", y que debemos estar "preparados para todo" porque "dentro de dos o tres meses, esta mujer que hace poco la estaban poniendo como un trapo, ahora la han subido a los altares... y puede bajar de los altares también".