Didac Flores Rovira: “El panorama del musical está bastante jodido”
El actor y cantante catalán da el salto a Madrid con 'Tuelf Points', un concierto teatralizado inspirado en Eurovisión
13 diciembre, 2023 11:01Noticias relacionadas
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Eurovisión vuelve a ser un fenómeno. Las redes sociales lo impulsaron de nuevo entrado el nuevo milenio y el Benidorm Fest lo llevó a su punto álgido. Pese a todo, los eurofans se cuentan por miles en España, millones en Europa y el mundo. Uno de ellos es Didac Flores Rovira, un actor y cantante curtido en los escenarios que ha creado un espectáculo inspirado en el certamen, Tuelf Points.
En una ciudad como Barcelona, donde el musical no encuentra su lugar definitivo, fue el fenómeno de la temporada pasada. Aterrizó en los días previos del festival y su éxito fue tal que saltó de teatro en julio. Estas fiestas vuelan hasta Madrid, donde cada jueves (y el miércoles 13), se cuelan en la mítica sala Eslava para ofrecer mucho más que un musical.
Flores lo llama un concierto teatralizado. No es para menos. Suenan 120 canciones en 95 minutos y en la mítica sala madrileña los espectadores pueden tomar algo, cantar y bailar, ya que muchos están de pie. Los ingredientes que tienen también ayudan: los temas son conocidos y cuentan con unos cameos de lujo. De hecho, en Madrid son dos más. A Nina, Miki Núñez y Ruth Loreno se le suman Daniel Diges y Soraya. Eso y que Matías Prats Jr. sustituye a Toni Cruanyes.
Con todo ello, el creador lucha cada día para sacar el espectáculo adelante. Espera continuar en Madrid pasadas las fiestas y, quién sabe, si hacer más gira o regresar a Barcelona. Crónica Directo habla con Didac Flores para descubrir cómo está el panorama.
- Llegan a Madrid tras su éxito en Barcelona. ¿El secreto cuál es?
- No lo sabemos, no existe. Cuando tú haces una producción teatral o un hijo artístico, como es en este caso Tuelf Points, nunca sabes si va a gustar o no. Esto es como jugar al póker, tú crees que tienes una partida muy buena, pero lo puedes perder todo.
- ¿Y cómo esperan que los reciba la capital?
- No sabemos exactamente cómo nos va a ir la explotación que tenemos preparada en el Teatro Eslava. Es una ciudad distinta, un público distinto, un teatro distinto, todo es nuevo. Entonces, no sé qué decirte, no sé responderte exactamente a tu pregunta.
- Bueno, pues vayamos al origen. Más allá de que se inspiraron en Eurovisión, ¿cómo llegan a la idea?
- Es una idea mía que tuve desde hace muchísimos años, quería hacer un show relacionado con Eurovisión. No sabíamos si un concierto, un tributo o un musical con unas escenas. Y así, un día investigando con parte del equipo que está ahora conmigo, salió esta fórmula de concierto teatralizado. Porque no es un musical, sino un espectáculo de canciones cantadas con una parte teatral que cuenta una historia ficticia, futurista. En ella se cuenta que Eurovisión está relacionada con una orden mundial de gente mala, que maneja los hilos y compone las canciones en un laboratorio con robots.
- Un tema muy de actualidad, el de la inteligencia artificial y la creación.
- Queríamos plasmar esto. El tema de la inteligencia artificial nos abruma a los artistas y a todos.
- Y hay cameos estrella: Nina, Miki Núñez, Ruth Lorenzo...
- Y en Barcelona teníamos a Toni Cruanyes, que era el locutor de las noticias. En Madrid lo hemos cambiado por Matías Prats Jr. y hemos añadido dos colaboraciones más: Soraya y Dani Diges.
- ¿Cómo es su participación? ¿Aparecen en el escenario?
- Ya me gustaría. Ellos son la organización secreta del Festival de Eurovisión, que en nuestra obra se llama Euro Music Society. El escenario representa que es un laboratorio de creación musical con unos robots, gestionado por esta organización secreta, liderada por Nina, que es un robot. Ella ha secuestrado a toda esta gente, que en su trayectoria por Eurovisión tuvo alguna peculiaridad, y los ha secuestrado para liderar los distintos departamentos. Por ejemplo, Miki Núñez hace de técnico del laboratorio, de técnico de los ordenadores. En cualquier caso, todos ellos aparecen en escenario a través de la pantalla de LEDS que tenemos en el Teatro Eslava, que es enorme y se ve en Full HD. Es como si estuvieran ahí con nosotros.
- Más allá de este reparto, tienen unas canciones que enganchan. Pero 120 canciones en 95 minutos, ¿no es mucho?
- Sí. Es una locura. Hay algunas que duran 10 segundos. Lanzas alguna estrofa que se adecua al tema y saltas a la siguiente. Esta es la fórmula del concierto teatralizado que utilizamos. Usamos las canciones o los fragmentos de ellas que nos interesan para contar la historia. Y los personajes que estamos en escenario nos comunicamos a través de esas canciones. Todo lo hace desde mi voluntad de que dramatúrgicamente todo tenga un sentido con el guion. Y que tenga gracia.
- ¿Y qué nos cuentan las canciones de Eurovisión?
- Pues, a ver, hay de todo. Eurovisión ha pasado por muchísimas fases. Está la Eurovisión más nostálgica del blanco y negro, del La la la, Eres tú, Vivo cantando y todo esto. Pero también la del Benidorm Fest. Pero la mayoría de ellas hablan del amor. En cualquier caso, dejamos claro que Eurovisión no habla de España, sino de Radio Televisión Española, porque Eurovisión no deja de ser un concurso de unas televisiones. Es la televisión que manda un cantante y una canción, no un país. Y desde la primera participación en 1961 con Estando Contigo, de Augusto Algueró, hasta el flamenco fusión, neo-Rosalía de Blanca Paloma hay toda una transición, muchos cambios.
- Hablaba de que no es un musical, sino un concierto teatralizado. ¿Cómo es? ¿Participativo?
- Por supuesto. Lo que sucede es que el público no va a ver a los actores que están en escenario haciendo escenas dramáticas de texto. Solo se comunican con canciones. Diríamos que es como Los Miserables, pero en concierto. Los actores no hablamos. Hablan solamente las pantallas. Pero sí que reaccionamos a lo que pasa, sobre todo, son reacciones dramáticas a través de una canción de Eurovisión. Y una cosa que sucede en el Eslava es que, al estar la gente de pie y poder tomar algo, puede participar mucho más del concierto. En Barcelona era más musical, porque la gente estaba sentada. No. Aquí hay parte del público que está de pie y bailando y tomándose lo que les dé la gama. En Madrid queremos que sea esto más inmersivo.
- Suena interesante. En cualquier caso, en Barcelona parece que triunfó y el musical parece remontar. Usted que lo vivió y lo vive desde dentro. ¿Cómo está el panorama?
- Bastante jodido. No te sé decir exactamente por qué. No sé si es porque desde Barcelona ha habido mucha emigración hacia la capital. O sea, los musicales están allí, la industria realmente sin ninguna duda está en Madrid. Otro punto es que hay tanta oferta que existe una sobresaturación de productos y no sé si hay tanto público. En cualquier caso, en Barcelona nos fue muy bien, porque estrenamos en épocas de Eurovisión, y en julio saltamos a otro teatro y nos fue bien. Aun así, siempre cuesta mucho, hay que trabajar y luchar mucho, hay que difundir mucho, pero no solo en Barcelona, también en Madrid.
- ¿La diferencia es en Madrid hay mucha competencia y aquí en Barcelona no hay tanto público o cómo sería?
- Sería un poco esto que sí, en Madrid creo se te come más la competencia, aunque Tuelf Points no es un musical al uso. Es decir, nosotros no competimos con El rey león ni con el Aladín. Es otro producto. En Barcelona lo que pasa es que el público se ha reducido más o quizá hay un público un pelín más cerrado a círculos del teatro público. Se nos come el Teatre Lliure o el Nacional. Tampoco sé cuál es el motivo. Si lo supiera, ya habría cambiado la fórmula y habría hecho la fórmula del éxito.
- Pero daba la sensación que remontaba en Barcelona. Con el regreso de Dagoll Dagom, por ejemplo.
- Sí, pero, son compañías que tienen mucho apoyo de dinero público. No nos engañemos. Tienen infraestructuras para su explotación y teatros propios que son fruto de una carrera de muchísimos años, ojo. Nuestra compañía, suerte en mi vida, lleva cinco años en activo y, bueno, ya nos quieren en Madrid y hemos hecho espectáculos que han estado nominando a los premios Butaca, por lo que no nos podemos quejar. Aun así, ojalá tuviéramos un poco de apoyo público. O en este caso, de Televisión Española, ya que hacemos un homenaje (sonría).
- Esta es una tónica que se repite en la gente que hacen musicales. Parece que la ayuda pública no llega.
- Hasta que sale una que lo peta, como decíamos de Dagoll Dagom o Los Javis con La llamada. Esto va por modas y estar en el momento adecuado. Hay muchísimo talento, muchísima industria, muchísimas propuestas. Nosotros vamos haciendo nuestro caminito y buscando nuestro huequecillo. Y yo siempre digo, no quiero ser el número uno, pero igual soy el 300 y me está bien. Pero el producto que ofrecemos, para nosotros es el número uno.