Ana Torroja (Madrid, 1959) forma parte de la historia de la música española. Es un icono del pop patrio. Vocalista de Mecano durante más de una década, se ha creado un sello propio en solitario.
No ha sido fácil. Tampoco lo fue saltar a la fama junto a José María y Nacho Cano. Ella recuerda esa época con mucho cariño, a pesar de los claroscuros que todos conocen. Se ha reconciliado con ello y en sus conciertos siempre cae alguna canción de la banda.
Triple estreno
Pese a ello, la cantante ya lleva una larga trayectoria como solista. Cinco discos, más dos de directos y un recopilatorio, al que este 2 de julio se le suma Mil razones, un álbum cuyo lanzamiento tuvo que parar por la pandemia y del que ya se conocen hasta cinco temas. Llama, Ya fue y Cuando tú me bailas, salieron en el 2020. Este 2021 llegó Paraíso, que pone la banda sonora a la serie homónima de Movistar+ y este 25 de junio ha salido Hora y cuarto, un dueto con Alaska.
La artista está encantada con esta colaboración, que usa para acallar todos los rumores que las enemistaron durante tanto tiempo, sin que nada de eso fuera real. Con semejante carta de presentación, Torroja emprende un verano cargada de trabajo y con una ansiada gira. El Tour Volver arranca el 25 de julio en Barcelona, para seguir por el resto de España. Los años más oscuros han pasado.
--Pregunta: ¿Tiene ganas de volver, como indica el nombre del tour?
--Respuesta: Sí, no puedo más. Me encantaría que fuera 25 de julio para arrancar. Cuando hicimos algún concierto en streaming durante la pandemia el ingeniero de monitores nos ponía aplausos después de cada actuación en los auriculares, a mí me daba risa. Pero nos hace falta. Y ni aun así tenías el feedback y la energía de un concierto en vivo. No hay nada que lo pueda sustituir. Lo estoy deseando. Sé que va a ser emocionante, porque lo deseo yo, y el público, también. Va a ser una explosión de energía.
--¿Habrá alguna estrella invitada?
--Ojalá pudiera llevarme a Alaska a todos los conciertos, pero tengo la suerte de que el 28 de julio en Madrid ella está libre y vendrá a cantar, como también lo hará Miss Cafeína. Va a ser un concierto especial.
--De hecho, y para calentar motores de esta gira, lanza ‘Hora y cuarto’, una canción que canta con Alaska, la que se suponía era su eterna rival. ¿Cómo fue ese encuentro?
--Siempre hemos querido hacer algo juntas, igual que Mario [Vaquerizo] y los fans, pero nunca llegaba esa ocasión, que no se puede forzar. En este lapso de la pandemia, trabajamos en otras canciones y, cuando salió esta, vi a Alaska allí. Fue tan sencillo como levantar el teléfono, llamar, decirles que tenía algo que quería que escucharan, que me gustaría que Alaska estuviera allí y dijeron que sí. La grabamos por separado porque aún no se podía viajar, pero hicimos lo posible por hacer el vídeo juntas. Tenía que ser así.
--El videoclip juega con dos leyendas urbanas: su mala relación con Alaska y los rumores de que era lesbiana. ¿Fue expresamente?
--Jugábamos con el coqueteo, con ese deseo que una no quiere demostrar, así como al pique y la supuesta rivalidad que había entre ambas y luego acallar los rumores con ese beso final. La otra parte que dices… no sé. Somos dos personas cuyo mundo siempre ha sido diverso. Yo doy picos a mucha gente y nos pareció divertido, quisimos jugar y sorprender. Es una manera de dar que hablar, aunque para nosotras es algo natural.
--Y además el lanzamiento coincide con las festividades del orgullo.
--Sí, es verdad. Pero yo me he dado besos con muchas mujeres cantando Mujer contra mujer, en México, sobre todo. Pero para mí la diversidad es natural.
--Supongo que vale la pena recalcarlo con todo lo que ha pasado con la UEFA, Hungría…
--A mí me resulta extraño que, en el momento en el que estamos, haya retrocesos tan grandes como los de Hungría. Es cierto que, por desgracia, hay países en los que siempre ha sido así, y se lucha por naturalizar la situación, ¿pero que demos pasos atrás? Eso sí que es grave.
--Volviendo al lanzamiento del álbum, este es el quinto adelanto del disco. ¿Nos puede adelantar algo más del mismo? ¿Habrá más colaboraciones?
--No, esta es la guinda del pastel, aunque todo puede pasar. El disco está concebido para hacerlo yo, sólo. Al parar por la pandemia, seguimos trabajando con los DJs y, para mí, la única opción de colaboración en Hora y cuarto era Alaska y si hubiera dicho que no, por mucho que hubiera sonado diferente, la hubiese cantado sola. Y con ese trabajo pensamos lanzar un vinilo para final de año, donde quizás haya una canción nueva con una nueva colaboración, pero todo está muy en el aire. Pero no queremos forzar nada.
--La pandemia sin duda le afectó. Tuvo que posponerse el lanzamiento del disco e incluso grabó un vídeo en su casa, el del tema Cuando tú me bailas.
--Sí, en mi casa. Hay mucho selfie y luego hay tomas en que me ayudó mi marido. Pero sobre todo mucho selfie, porque él se ponía mucha presión para hacerlo bien, porque sabía que esto iba a salir y estaba muy tenso (ríe). Fue curioso, porque coqueteas contigo misma, bailándote, cantándote. Fue muy divertido, estoy contenta con el resultado, pero fue intenso también: pensar el guion, que estuviera todo lo que tú querías en la cabeza, editarlo. Fui autora, cámara, directora de fotografía…
--¿El confinamiento la ha inspirado?
--Poco. Ha habido situaciones personales que me han servido para escribir cosas, porque escribir es una catarsis. Pero la pandemia ha sido tan triste que no me ha inspirado, era demasiado doloroso. Me ha motivado, tal vez, a darle la vuelta, a sacarle el lado bueno a la adversidad, de allí que Hora y cuarto sea una canción con una energía y positividad muy potentes. Es lo que necesitamos hoy en día.
--La canción va muy en la línea de las anteriores que lanzó y que se incluyen en el álbum como Llama o Tú. ¿Se podría decir que es un regreso a la electrónica?
--Es un pop electrónico del estilo, por ejemplo, de Dua Lipa. Es volver a los orígenes con el pop electrónico de los años 80, evolucionado 40 años después y producido por gente con muchísimo talento, gente que tiene una visión de la música diferente a la que yo tenía y que me ha enseñado cosas, me ha inspirado a hacer más cosas. A mí, todo eso me hace querer seguir.
--¿Y cómo ve, precisamente, esa evolución de la música?
--Como todo, hoy en día hay mucho, incluso demasiado, a veces. No te da tiempo a escuchar, asimilar y disfrutar todo lo que hay. Me gusta que haya tanta diversidad. Me gustaría que fuera un poquito más despacio, que le dieran un poco más de vida a cada canción, más desarrollo. Hoy, si no haces algo que en el segundo tres o cuatro llame la atención, olvídate. Por tanto, es enriquecedor en cuanto a la creatividad y muy complicado para posicionar una canción, por lo menos entre las 10 primeras.
--¿Cree que las redes juegan ese doble papel?
--Hay de todo, aún. Hay letras trabajadas, canciones más ligeras en cuanto a composición que se basan más en la parte rítmica, pero hay lugar para todo. En México cuando te ponen la vacuna y te dejan allí 15 minutos para ver el efecto que te hace te ponen música y hay gente que baila reguetón ¡y está genial! Yo creo que hay momentos y lugares para todo y la música tiene sitio en cada estado de ánimo. Yo, para hacer gimnasia, me pongo house y, si me quiero relajar en casa, me pongo pop y jazz. Depende.
--Vemos que escucha música muy variada. ¿Cuáles son o han sido sus referentes?
--Mi primer referente fue Genesis con Peter Gabriel. Cuando lo vi en el escenario en el pabellón de deportes del Real Madrid, ahí sentí que eso es lo que quería hacer. Estar encima de un escenario disfrutando como lo hacía él. Yo tenía 15 años y no sabía cómo se hacía, ni cómo llegar hasta allí. Él fue lo que me conectó con el escenario, la música y la performance. Y luego, por supuesto, Madonna, que fue un referente musical y de empoderamiento de la mujer, que la mujer también podría ser líder, hacer shows, atraer a la gente y triunfar.
--¿Y se esperaba llegar hasta donde lo ha hecho? Se ha convertido en un icono del pop español, ¿cómo lo vive?
--Al principio, fue un aprendizaje demasiado rápido e intenso que, en mi caso, tardé en asimilar. Pero, echando la vista atrás, creo que fue increíble. No podría haber tenido mejores compañeros de viaje. Mecano fue un gran maestro, aunque no siempre fuera fácil. Fácil en el sentido de que la fama llegó tan pronto, cuando yo acababa de salir de mi casa. Nunca me había subido a un escenario, desconocía la industria. Fue un aprendizaje sobre la marcha. Y todo eso me ayudó muchísimo cuando emprendí mi carrera en solitario. Aunque no voy a negar que me dio vértigo arrancar sola, ya había ganado en seguridad. Y he aprendido a ser capaz de definir lo que yo soy musicalmente hablando.
--De hecho, usted, en algún momento, habló de esos miedos a componer por primera vez, después de años cantando los temas de los hermanos Cano. ¿Fue muy difícil?
--Claro. Había estado arropada por dos grandes autores y, de repente, tenía que buscar con quién quería escribir, qué quería contar, cómo, si escribía yo o alguien. El vértigo era sobre todo por las comparaciones. Quería dejar claro que Ana Torroja y Ana de Mecano era otra. Luego, se vuelven a unir, pero al principio quería dejar esta línea bien definida para no llevar a engaño.
--¿Sigue teniendo relación con los hermanos Cano?
--La relación era profesional. Fuera del trabajo no teníamos vida en común y, obviamente, ha seguido siendo así. Sabemos el uno del otro, pero no tenemos contacto diario. Antes de la pandemia hablamos por una cosa. No nos escribimos, pero sabes qué hace cada uno.
--¿Puede haber colaboraciones en el futuro, aunque sea?
--No. No digo que no pueda ser. Nunca se ha puesto sobre la mesa.
--Y ya de un retorno de Mecano, ni hablamos.
--La posibilidad de unión es complicada. Creo que no va a existir. Si no se ha dado ya, cada vez es más complicado, pero sorpresas te da la vida.
--Como retornan todos los grupos de los 80 y 90…
--Y nosotros, no (ríe). Yo lo siento, ¿eh? Siempre soy la que da las malas noticias (ríe).
--Bueno, pues regresemos a usted. Tras iniciar su carrera en solitario se fue a México y vive allí desde hace seis años. ¿Por qué decidió irse?
--Por trabajo. Aquí no tenía mucho trabajo y apareció la posibilidad de grabar un disco en directo allí, con colaboraciones y artistas mexicanos. Funcionó muy bien, empezaron a salir conciertos… Pero yo me fui a ver qué pasaba, como por trimestres, como le dije a mi hija. Y así, de forma natural me empezó a salir trabajo allí y estamos encantados.
--¿Le dolió un poco eso de que en el país de uno no tenga tanto trabajo o se le valore menos?
--Bueno, eso pasa a veces, no valoras lo que tienes cerca. No me dolió. Yo siempre he aceptado los momentos que me ha tocado vivir en la vida. Hay momentos en que ha habido más trabajo, otros en que no. Pero tengo la suerte o un ángel por allí, porque yo he estado a punto de tirar la toalla varias veces…
--¿Por qué?
--Porqué dices, “¿y ahora qué?”, “¿qué hago que pueda interesar?”. Momentos en los que a lo mejor no te sientes con la ilusión que deberías tener para enfrentar un nuevo proyecto. Y a veces me he dicho, pues a lo mejor ya está, no pasa nada. La vida sigue y hay muchas cosas por hacer y muchas posibilidades y si ha sido hasta aquí, hasta aquí.
--Bueno, al final ya va por su quinto disco en solitario. Eso demuestra que aún mantiene la pasión por su trabajo, ¿no?
--No siempre aparece. Yo, por lo general, soy una mujer apasionada por la vida, aunque sí necesito sentir siempre que estoy empezando algo, que no me repito, que no sea algo rutinario. Me gustan los retos, hacer cosas diferentes, sorprenderme, que me sorprendan y sorprender. Eso supone un riesgo, pero si no disfruto con lo que no hago, no lo hago.