La docuserie de Rocío Carrasco sigue adelante en Telecinco y las confesiones de su protagonista sorprenden más a cada episodio. En el último se habló de la polémica paliza que le dio su hija y por el que ambas fueron a los tribunales.
Desde ese miércoles, Rocío Flores guarda silencio. Horas antes retó a su madre y a La fábrica de la tele, responsable del documental, que emitieran los 11 minutos y 38 segundos que borró del episodio Miedo.
Romper el silencio
Esta mudez puede durar poco. En primer lugar, porque la joven colabora desde hace varias semanas en dos espacios de Mediaset, El programa de Ana Rosa y Supervivientes; y en segundo lugar, porque estaría negociando dar una entrevista en la que contar todo.
Gustavo González asegura que Ro está dolida y harta de las declaraciones vertidas contra ella, su padre, Antonio David, y Olga Moreno. Para defenderse de todas las acusaciones habría empezado a contactar con la misma Ana Rosa Quintana una entrevista exclusiva.
Relación con la madre
“Está dispuesta a hablar gratis o a donar el dinero que gane por la entrevista”, asevera el reportero. El objetivo es matizar las palabras de Rociito ya que considera que es importante “aclarar las cosas” y dar detalles sobre hechos que habría omitido.
La exconcursante de Supervivientes ya ha pedido en diversas ocasiones a Carrasco que levante el teléfono y llame a sus hijos o les coja el teléfono. El problema es que, según ella y los profesionales que la tratan, no está preparada para hacerlo.
Duras declaraciones
El colaborador de Sálvame apunta que, con todo lo que ha pasado, Flores “da por perdida la relación” con su madre. Y eso que, al principio, cuando trató de entrar en directo tras la emisión del primer capítulo e incluso antes, estaba dispuesta a solucionar las cosas.
En el episodio 8 de la serie, Carrasco llegó a decir que su hija tiene dos caras “Jekyll y Hyde”, todo por culpa del padre que la convirtió en víctima y verdugo. Pero en el próximo, las críticas van a más. En el avance, se puede ver como como asevera que “me duele el saber que una hija mía que ha estado nueve meses dentro de mí y a la que he parido, sea capaz de querer ver a su madre en la cárcel por algo que no ha hecho”.