Beneficios de la carne de pato e ideas para cocinarlo
Entre las preparaciones más conocidas están el pato asado a la naranja o el magret de pato con salsa de frutos rojos
10 noviembre, 2021 18:51A la hora de apostar por un segundo en la comida en el que la carne sea la protagonista el abanico de posibilidades es muy amplio y va mucho más allá de apostar por el cerdo, la ternera, el pollo, el conejo o el pavo entre otras piezas de la carnicería. Es el caso de la carne de pato que, si bien no es una desconocida para los consumidores, lo cierto es que su consumo no resulta tan cotidiano como el resto de las anteriormente mencionadas.
En el caso contrario, de aumentar la ingesta de este tipo de producto cárnico, el comensal estará dando a su organismo y su cuerpo un buen número de beneficios de lo más positivos para su salud; además de resultar muy deliciosa y sabrosa para el paladar.
Una opción de lo más nutritiva
Una buena cantidad de proteínas, vitaminas y minerales. Esta es la saludable carta de presentación de este tipo de alimento que, aunque proceda de esta ave no se considera una carne magra como tal. Así pues, entre sus componentes beneficiosos destacan las vitaminas del grupo B (riboflavina, tiamina, niacina) que resultan muy aconsejables en caso de estrés, así como para ayudar a reducir los niveles de colesterol.
También es interesante su aporte de minerales como es el caso del zinc, el fósforo o el hierro que favorecen el fortalecimiento del sistema inmune. Además, esa amplia cantidad de proteínas antes mencionadas participan a la hora de mantener los tejidos y la piel firmes y muy saludables. Eso por no hablar de que es una buena alternativa para no excederse en el consumo de carne roja que puede llegar a ser perjudicial (si se abusa de esta última) como recuerdan desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.
Cuidado con la piel
Este sabroso bocado concentra la mayor parte de su contenido graso en la piel, por eso es recomendable quitar esta capa externa y hacer un consumo moderado de la misma. Por eso si se retira la piel su aporte de grasas será mucho menor, alrededor de un 6% como en el caso de las carnes magras; algo que deben hacer sobre todo aquellas personas con sobrepeso o que tengan el colesterol o los triglicéridos elevados.
Con esta apreciación y como parte de un menú completo y equilibrado, la carne de pato es una opción de lo más saludable y aconsejable para toda la familia gracias a sus cualidades nutritivas y a su versatilidad en la cocina, no solo en lo que a recetas se refiere. Y es que de esta ave se obtienen otros productos como el magret (las pechugas del pato), el jamón tras un proceso de sazonado y secado, el confit elaborado con parte de los muslos, las alas y las mollejas del animal y el conocido foie: el hígado graso que se consigue de patos y ocas sometidas a embuchado.
Escoger la mejor pieza
Antes de ponerse manos a la obra en la cocina y una vez en el mercado o carnicería, es bueno saber de antemano una serie de consejos para escoger la mejor pieza de todo el mostrador. Y es que el pato se puede comprar tanto fresco, como ya cogelado o en porciones ya cortadas listas para preparar un plato.
Sea como fuere, en cualquier caso la carne debe presentar un aspecto firme, con un olor fresco y agradable y con una grasa que se torne blanquecina pero sin llegar a ser amarilla del todo. En el caso de querer una carne más tierna y fina, si es para que coman los más pequeños de la casa, es preferible elegir ejemplares jóvenes de hembras que suelen pesar la mitad que sus compañeros machos adultos.
El pato en la cocina
Una vez en casa, las opciones para saborear la carne de pato son incontables. Eso sí, las recetas más conocidas son las del pato asado a la naranja o el magret de pato al que se le suele acompañar de una untuosa salsa de manzanas o de frutos rojos. Para la primera elaboración se necesita el pato, naranjas de zumo, azúcar, vinagre, agua, brandy y sal al gusto. Con eso listo se pela la naranja y se macera en brandy durante una hora mientras se sala el pato. A continuación, se coloca en la bandeja del horno y se riega con el licor de la maceración y aceite de oliva.
Con el horno previamente calentado se hornea la carne durante algo más de una hora y se va regando cada cierto tiempo con los jugos que se van soltando. Mientras tanto, es el turno de hacer la salsa que sirva de guarnición y para ello en un cazo se pone el azúcar hasta que se haga caramelo, se añaden vinagre y zumo de naranja. Cuando el pato esté listo y se saque del horno se servirá acompañado de esa salsa y de unos gajos de la misma fruta y unas tiras de su piel que previamente se han escaldado para quitar parte de su amargor.