Es cuestión de horas que la Generalitat de Cataluña decrete el estado de emergencia por la terrible sequía que vive el territorio. Este mismo jueves se ha convocado una reunión de la comisión interdepartamental con el objetivo de decretar nuevas medidas para rebajar el consumo de agua en hogares y empresas que deberán cumplir el grueso de los catalanes.
El temor a que directa y literalmente se corte el grifo es considerable y real. Los embalses están a menos del 16% de su capacidad y no hay previsión de lluvias hasta de aquí 10 días, y aun así no están claras. El Govern ya ha empezado a multar a los municipios que consumen más de lo estipulado, en cambio, varios hoteles hace meses que han tomado medidas. Aunque generen indignación.
Adiós a este 'lujo'
Una de las más extendidas es quitar el tapón de la bañera. Una medida que molesta aquellos que aprovechan sus vacaciones o escapadas para poder darse un baño. El problema es el coste medioambiental que supone.
Varios hoteles de Barcelona, pero también de otros puntos de Cataluña, incluidos en los Pirineos, evitan así un gasto innecesario de agua y poder reducir drásticamente el consumo. Y no es una leyenda urbana. Los datos recabados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) dejaron claro en su día que el gasto medio de llenar la bañera es de 200 litros, mientras una ducha son 50 euros.
Clientes molestos
La bañera se ha convertido, así, en un elemento decorativo casi. Su uso queda reducido. Algunos clientes, concienciados con la situación que vive Cataluña y que afecta al mundo, comparten la decisión. Otros, al ver que no pueden bañarse, han expresado sus quejas.
La decisión no se ha extendido todavía entre todos los hoteleros, pero no se descarta que opten por ella cuando el Govern decrete el estado de emergencia. Aunque hay otros que han optado por otras medidas.
Medidas imaginativas
Más allá de si hay ducha o bañera hay hoteles, hostales y otro tipo de alojamientos turísticos que apuestan por la limitación. Algunos ofrecen sólo servicio de agua caliente a ciertas horas, otros, directamente, han puesto filtros en los grifos para reducir el caudal de agua.
Las medidas cada vez son más imaginativas. Varios establecimientos han apostado por plantear un reto a sus huéspedes: ducharse en cuatro minutos. Lo visten a lo reto viral llamándolo "4 minutes challenge", en realidad lo que hacen es poner el cartel en la ducha cerca de un reloj de arena, para animar a los turistas y residentes temporales a que no pasen mucho tiempo debajo del agua.
Situación de los embalses
Guste más o guste menos, la situación de sus reservas hídricas es alarmante. No sólo no ha llovido en los últimos días, sino que las altas temperaturas de la semana pasada propiciaron una mayor evaporación del agua de los embalses.
El pasado viernes llegaron al 16% de su capacidad total y se apuesta para limitar aún más el consumo de los privados como la principal medida para hacer frente a la sequía. Cuestión que ya ha levantado polvareda, ya que se critica que Cataluña sufre una carencia de agua que se podría haber evitado si la Agencia Catalana del Agua (ACA) hubiera invertido en nuevas infraestructuras en la última década. Cabe recordar que la empresa pública limitó al mínimo los nuevos proyectos que ha iniciado en este periodo y se centró a rebajar la deuda que soportaba.
Meteorología adversa
A esta carencia de infraestructuras para luchar contra unas sequías que son cíclicas en el clima mediterráneo se le une una meteorología adversa. No llueve y las temperaturas de este invierno son más propias de la primavera, hecho que acelera la pérdida de agua.
El actual episodio de sequía que sufre Cataluña es el peor desde que se tienen datos. Concretamente, desde 1998. El anterior, en 2007, las reservas llegaron al 21%. El Govern introdujo entonces agua a través de barcos a través del Puerto de Barcelona, una propuesta que ya está sobre la mesa de Aragonès.
Desalinizadora de La Tordera
La imagen se repetirá porque no se han construido nuevas infraestructuras desde entonces. La Generalitat acaba de cerrar el diseño económico para ampliar la desalinizadora de La Tordera. Ha llegado a un pacto con el Estado para que le facilite un préstamo blando que devolverá con subidas al recibo del agua que pagan los consumidores.
Con todo, su puesta en marcha no será inmediata. Los catalanes deberán esperar hasta 2030 para activarla. Mientras, deberán cerrar el grifo.