La Generalitat ha convocado este jueves una reunión de la comisión interdepartamental de sequía que será clave. Allí se decretarán nuevas medidas para rebajar el consumo de agua en hogares y empresas que deberán cumplir el grueso de los catalanes.
Así lo ha anunciado la portavoz del Govern, Patricia Plaja, tras la reunión del Consejo Ejecutivo. El presidente catalán, Pere Aragonès, y sus consejeros han avanzado que “en los próximos días entraremos estado de emergencia” por la situación de los embalses que dan agua potable a Barcelona y un área de influencia que llega al sur de Girona, el sistema Ter-Llobregat.
Embalses al 16% de la capacidad total
Esta es la zona hidrográfica donde se concentra la falta de agua y es, a la vez, la que garantiza el suministro a la mayoría de la población de Cataluña. Y la situación de sus reservas hídricas es alarmante. No sólo no ha llovido en los últimos días, sino que las altas temperaturas de la semana pasada propiciaron una mayor evaporación del agua de los embalses.
El pasado viernes llegaron al 16% de su capacidad total y se apuesta para limitar aún más el consumo de los privados como la principal medida para hacer frente a la sequía. Cuestión que ya ha levantado polvareda, ya que se critica que Cataluña sufre una carencia de agua que se podría haber evitado si la Agencia Catalana del Agua (ACA) hubiera invertido en nuevas infraestructuras en la última década. Cabe recordar que la empresa pública limitó al mínimo los nuevos proyectos que ha iniciado en este periodo y se centró a rebajar la deuda que soportaba.
Meteorología adversa
A esta carencia de infraestructuras para luchar contra unas sequías que son cíclicas en el clima mediterráneo se le une una meteorología adversa. No llueve y las temperaturas de este invierno son más propias de la primavera, hecho que acelera la pérdida de agua.
El actual episodio de sequía que sufre Cataluña es el peor desde que se tienen datos. Concretamente, desde 1998. El anterior, en 2007, las reservas llegaron al 21%. El Govern introdujo entonces agua a través de barcos a través del Puerto de Barcelona, una propuesta que ya está sobre la mesa de Aragonès.
Desalinizadora de La Tordera
La imagen se repetirá porque no se han construido nuevas infraestructuras desde entonces. La Generalitat acaba de cerrar el diseño económico para ampliar la desalinizadora de La Tordera. Ha llegado a un pacto con el Estado para que le facilite un préstamo blando que devolverá con subidas al recibo del agua que pagan los consumidores.
Con todo, su puesta en marcha no será inmediata. Los catalanes deberán esperar hasta 2030 para activarla. Mientras, deberán cerrar el grifo.
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