Miguel Milá, el diseñador humanista

Miguel Milá, el diseñador humanista PAOLA GRENET

Creación

Miguel Milá, el diseñador humanista

Una gran retrospectiva, la mayor realizada hasta la fecha, reivindica la figura del gran creador e interiorista catalán, pionero del diseño industrial en España

18 febrero, 2024 00:00

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Muy pocas veces reparamos en los objetos que nos rodean. Los tenemos tan integrados en nuestro día a día que apenas les damos importancia, sencillamente los disfrutamos sin más. Ese debe ser el propósito de todo buen diseño. Objetos extraordinariamente sencillos que mejoran lo cotidiano.

A Miguel Milá (Barcelona, 1931) le debemos mucho de este “lujo silencioso” que decora nuestras vidas. Sus creaciones, funcionales, estéticas y depuradas, son el resultado de su extraordinaria capacidad para resolver las necesidades más básicas.

Bodegón con los diseños más emblemáticos de Miguel Milá

Bodegón con los diseños más emblemáticos de Miguel Milá POLDO POMÉS

“A él lo que realmente le preocupa es que las piezas que haga sirvan para dar confort al usuario. Se fija mucho en la persona que va a utilizar las piezas, en los materiales, en los acabados, en que las uniones entre estos materiales sean fuertes y esenciales; es decir, sacar todo ornamento y reducir el elemento a la esencia de lo que tiene que ser”, explica a Crónica Global su hijo Gonzalo Milá, también diseñador y comisario, junto a Claudia Oliva, de Miguel Milá. Diseñador (pre)industrial, la exposición central del Madrid Design Festival que se podrá visitar hasta el próximo 31 de marzo en el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa de la capital.

De la lámpara Tía Nuria a las icónicas TMC y TMM

“Sé útil, y te necesitarán”, le decía su padre, José María Milá. Y Miguel tomó buena nota de ello. Siendo niño ya se dedicaba a reparar cosas en su casa con la caja de herramientas que los Reyes Magos le trajeron. Desde entonces le gusta trabajar con las manos, abordar el oficio desde un punto de vista casi artesanal. Se define como un inventor, bricoleur y brocanter al que le encantaría vivir al lado del Servei Estació, la gran tienda por excelencia de bricolaje y manualidades de Barcelona. “La escasez de la guerra y la posguerra fue una escuela de ingenio”, confiesa.

Miguel Milá en su estudio en los años ochenta

Miguel Milá en su estudio en los años ochenta

Abandonó los estudios de arquitectura porque en el fondo siempre supo que lo suyo era arreglar, solucionar cosas. De hecho, cuenta Gonzalo, en un principio pensaron titular la muestra como Diseño de lo cotidiano porque reflejaba el ámbito de la casa, que es donde empezó a trabajar, donde se encontraba cómodo haciendo sus autoencargos porque pensaba que es en ese contexto donde los productos salen mejor, “cuando nacen de una necesidad”.

A finales de los años 50 comenzó a trabajar como interiorista en el célebre estudio de arquitectura de su hermano mayor, Alfonso Milá, y Federico Correa, los arquitectos de la gauche divine barcelonesa. Era una época en la que ni siquiera existía este oficio y en la que apenas se sabía qué era el diseño industrial. Su primer trabajo fue el proyecto de interiorismo para el despacho de su tía, la escritora y traductora Nuria Sagnier. Es precisamente en la lámpara de pie Tía Nuria, creada ex profeso para este primer encargo, donde encontramos el germen de sus creaciones más célebres, las icónicas lámparas TMC y TMM.

La lámpara de pie TMM, su diseño más icónico

La lámpara de pie TMM, su diseño más icónico SANTA & COLE

Lámparas y bancos: clásicos atemporales

La familia de lámparas Cesta, la familia Basic o la silla Salvador son algunos de sus diseños más celebrados. Pero para él la TMM, su famosa lámpara de pie de madera, es sin duda la más emblemática de todas sus piezas por su “serenidad formal y eficacia funcional”. De formas simplificadas, muy ligera, en la que cada componente tiene su función, para el comisario esta obra es la que mejor expresa su manera de entender el diseño. Funcionalidad y belleza.

Lámpara Cesta, uno de sus diseños más emblemáticos

Lámpara Cesta, uno de sus diseños más emblemáticos

“Diseñar es ordenar los elementos que componen todo”, sostiene Miguel Milá en el documental, dirigido por el realizador Poldo Pomés, que cierra la muestra. Para el diseñador es tan importante la utilidad como la estética ya que todo tiene su momento de ser utilizado, pero también hay muchas horas al día que, por ejemplo, la lámpara no está encendida, pero sigue estando presente. Por lo tanto, la presencia final de los objetos resulta fundamental en su proceso creativo. Especialmente cuando son elementos pensados para espacios públicos urbanos donde la confortabilidad, la utilidad y la amabilidad son esenciales.

Un claro ejemplo de estos fundamentos lo encontramos precisamente en otro de sus iconos, el Banco NeoRomántico, otro clásico que no deja de evolucionar adaptándose a los nuevos tiempos. Este elemento, bonito, pero discreto, decora las calles, parques y plazas de Barcelona. Lo vemos, y lo disfrutamos, en el paseo de Gràcia; en los jardines de la rambla de Sants o en la plaza de las Glòries, frente al edificio del Disseny Hub, donde encontramos su versión más ligera, el NeoRomántico Liviano, fabricado íntegramente de aluminio.

Banco NeoRomántico Liviano en el barrio de Sants de Barcelona

Banco NeoRomántico Liviano en el barrio de Sants de Barcelona MERITXELL ARJALAGUER

El mar-montaña del interiorismo en el Clínic

En general existe la percepción de que el diseño es una cosa añadida. “En el caso de Miguel es cumplir su función y tener un aspecto agradable. Para él, el diseño no es una cosa añadida, sino que es que esté bien hecha. Su pretensión no es más que dar respuesta a las necesidades”, afirma Gonzalo Milá. Y con este propósito de facilitar, de dar sentido y poner en orden las cosas en los años ochenta acometió una serie de reformas en el Hospital Clínic de Barcelona que, por aquel entonces, era un edificio antiguo, de estructura enrevesada donde resultaba muy difícil situarse.

Como intuitivo interiorista eliminó las dos puertas de los extremos e hizo una sola central. Instaló bancos en los pasillos y cambió la señalización. En la parte norte puso pavimento color verde para asociarlo a la montaña del Tibidabo y en la zona sur utilizó el azul como referencia al mar. “De ese modo sabías en qué lado estabas, facilitando mucho la comunicación”. Los asientos del metro son otra de sus aportaciones a su ciudad natal.

Retrato del diseñador junto a la Mesa Maria

Retrato del diseñador junto a la Mesa Maria

A sus 93 años recién cumplidos, Miguel Milá sigue en activo. La exposición es un merecido homenaje que pasea por la historia de su vida que es, además, “la historia del diseño en España”. Javier Nieto Santa, socio fundador de Santa & Cole, resume en unas pocas líneas la impronta de este gran maestro, reconocido en 1987 con el Premio Nacional de Diseño: “Tenemos en España una inmensa deuda con Miguel, con su humildad y tenacidad, con su visión humanista y sencilla, con su capacidad de innovación y síntesis”.