Para Héctor Fáver, director argentino afincado en Barcelona desde hace décadas, el cine son silencios y mezclas de disciplinas. Por eso, no le tiene miedo a poner una alta dosis de poesía ni a sus ficciones ni a sus documentales.
En su última película, Poèmes, el cineasta toma una propuesta lanzada por la artista multidisciplinar Claire Ducreux para hablar de esas personas en las que la sociedad no pone el foco. Incluido un arte como el teatro de calle, tan minusvalorado en España.
'Poèmes'
El resultado es un ejercicio poético en el que la francesa dice no tener más objetivo que llegar a la emoción del espectador, mientras para el realizador mostrar que el cine está compuesto también de poesía, miradas y silencios. Estos últimos, sin duda, más significativo que mucha palabrería que anda suelta y en las salas y, a veces, incluso más peligrosa.
Crónica Directo habla con estos dos autores, cada uno en su disciplina, para descubrir cómo poder luchar desde el arte con una vida en la que la poesía parece dejada de lado.
- ¿Cómo nace esta colaboración?
- Claire Ducreux (C): Yo tenía esa idea de hacer una película sobre el teatro de calle y de todo lo que podía tener de emoción y de vínculo entre la gente. Hacía más de 10 años que estaba trabajando en esto, escribiendo esto. Pero no sabía cómo llevarlo a la pantalla. Y un día Héctor me llamó, por casualidad, para una película suya que se llama Voces Rotas, porque necesitaba alguien para hacer una voz en off francesa. Allí le propuse el proyecto.
- ¿Y la historia quién la crea?
- Héctor Fáver (H): Ella me explica la esencia, lo que quería hacer. Yo trabajo generalmente con mis ideas, pero automáticamente cuando me habla de la suya, llena de poesía, me quedé enganchado. Yo asocio el cine con la poesía, con el arte. Y ese desarrollo argumental es de Claire.
- ¿Cómo fue ese trabajo?
- C: Yo no conocía el trabajo de Héctor hasta entonces, pero cuando vi sus películas, veo que tienen mucha humanidad y a mí me importaba mucho. Porque en Poèmes además de buscar una cierta poesía visual, una dulzura, algo que tiene que ver con la vida, también hay esa parte que tiene que ver con nuestra sociedad que viaja en sentido contrario de los valores. Ahí ves los refugiados, todas esas personas que dejamos morir, los marginados, todas esas injusticias, y esto estaba presente también en Poèmes. Y entonces creo que con Héctor se daba muy bien el equilibrio entre algo más ligera como la ternura y esa cosa más contundente de Héctor que necesitaba para expresar también todas esas cosas que a mí me preocupan mucho en el mundo actual.
- ¿Coinciden también a la hora de entender el arte como un instrumento social y político?
- H: Hay que diferenciar primero lo que puede llegar a ser un panfleto político, que en este caso nunca ha sido la intención hacerlo. Pero cine automáticamente, todas las películas de la historia del cine desde 1896 terminan transmitiendo a la gente que va a ver una película, --no les llamo espectadores que está asociado con la taquilla-- un sentimiento y esos sentimientos también tienen de alguna manera ideología. Eso no quiere decir que uno quiera inculcar una ideología determinada. En todo caso, yo asocio el cine con la poesía y con dar un mensaje que tenga que ver con lo que vivimos, con lo que podemos vivir y con la memoria. Por tanto, para mí el cine es un medio esencial para intentar transmitirle a las personas cosas que tengan que ver con la vida y no alejarlas de la vida. Yo diferencio mucho lo que es cine tóxico o cine colaboracionista de lo que puede es un cine reflexivo, que nos haga pensar sobre nosotros y sobre el mundo que vivimos.
- ¿Usted también lo plantea así, Claire?
- C: Yo no denuncio nada. Yo muestro personajes con una vulnerabilidad clara. Estamos en una sociedad donde hay muchos superhéroes y en la se habla y se valora mucho más lo que la gente hace y produce, que no con lo que siente o con todo lo que nos vuelve a conectar con el simple hecho de vivir. Esto es lo que me gusta poner en valor. Estamos todos aquí, la vida es difícil, pero juntos podemos hacerla muy bonita. Por otro lado, como estamos acostumbrados a ir muy rápido, intento centrar la atención en lo que realmente estamos haciendo, a las personas con quien estamos.
- ¿Cuán fácil es llevarlo a cabo desde la 'performance'? En este caso mostrar cierta precariedad del teatro de calle.
- C: Esta es una concepción de España. Confunden actuar en la calle con pasar el gorro y tener perros, no tiene nada que ver. Sí, aquí está poco reconocido, pero los actores de teatro de calle son igual de valiosos, trabajadores, finos y de todo lo que quieras que cualquier artista de teatro. Somos gente contratada y pagada, igual.
- Por tanto, es precario porque es menos visible y menos valorado.
- C: Aquí en España
- Vale, pero ¿por qué cree que pasa eso?
- C: Hay festivales de teatro de calle, que son Tárrega, Valladolid, Sueca… y efectivamente, son pocos. Y si no, tenéis, la Fiesta Mayor. En Francia, al no tener fiestas mayores tenemos festivales y ahí caben muchas más cosas, no sólo el divertimento, sin que eso suene peyorativo que está muy bien.
- Y si el teatro de calle es poco visible, ¿cómo se consigue hacer cine poético en el que haya 'performance'?
- H: Yo creo que es totalmente compatible. Es más, yo creo que la poesía, el arte en general es un medio esencial para luchar por cosas dignas. Es una de las armas más potentes que podemos tener. Porque el arte, la poesía llega a las personas, por más que la gente tenga prejuicios, cuando va al cine está entran en lo que están viendo y les influye. Se ve desde el 1900 que el cine llegaba a las personas de una manera muy potente. De ahí vieron que se podía sacar dinero, porque la gente quería pagar para sentir esas cosas y también que se les podía inculcar ideología. El cine siempre está bien controlado generalmente por las ideologías. Por lo tanto, yo veo totalmente compatible el arte y la poesía con hablar de cosas difíciles que ocurren en la vida. Creo en el arte como mecanismo para hacer bien a las personas. El problema está cuando lamentablemente mucha gente tiene una relación muy limitada con el arte. Y hablando particularmente de cine, hay gente que solo es capaz de asociar el cine con un entretenimiento, que yo no digo que esté mal, pero el cine puede ser otras cosas también, sólo que creo que hay mucha gente que se pierde la posibilidad de tener una relación con el cine más interesante que solamente una vez cada tanto ir a entretenerse un rato. Ahora empiezan a cambiar las cosas, pero no hay que olvidar que aquí ha habido 40 años de franquismo y luego una transición dudosa en el sentido de intentar apoyar películas que realmente hablen de según qué cosas y no taparlas a través de cosas supuestamente modernas o etcétera. Así que, por supuesto, el arte, el cine, la música, la literatura, la danza, han sido armas muy potentes a favor de la vida y contra el fascismo.
- Hace mención a según qué cine, antes ha catalogado cierto cine de colaboracionista. Sin apuntar a nadie, ¿cuál es? ¿Cómo lo definiría?
- H: Así, improvisando, te diría que hay dos tipos de cine: el que claramente es un cine que está intentando potenciar lo tóxico o ideologías claramente tóxicas, y otro, el que intenta que la gente mire para otro lado. Eso es colaboracionista. Ya lo dice el dicho, quién calla otorga.
- Y lejos de este cine, está el suyo, en el que hacen poco visto, la mezcla de disciplinas. ¿Cómo dialogan las artes escénicas con el cine?
- C: Necesitamos etiquetar las cosas para poder hablar de ellas, pero en el fondo no es el lenguaje en sí lo que importa, sino poder poner todos estos lenguajes al servicio de lo que tengo ganas de transmitir y compartir. Con Poèmes es eso mismo.
- ¿Y qué creen que aporta eso el cine?
-
C: El teatro es más efímero así que el cine es una manera de grabarlo en el tiempo de otra manera. También el foco es distinto. Una cámara va a dar énfasis a cosas, a una expresión, a un movimiento, a una respiración de una manera muy distinta a cuando lo ves en un escenario
HS: Yo separo lo que puede ser el típico cine musical estándar de lo que es un reto tan difícil de unir un lenguaje tan potente, tan creativo como el cine con otro igual de potente y creativo como es la danza. Es un reto. De todos modos, el cine es un arte que lleva todo, la literatura, la música, el movimiento.
C: Y en el caso de Poèmes, hay un lenguaje sin palabras que quizás va más directamente de sensación a sensación, de emoción a emoción y cuando pasas por algo más intelectual en los momentos más de texto te llega de manera distinta. Y era bonito tener estas dos formas de expresarse también, para encontrar el camino más directo entre el corazón y el alma.
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