La sede de Qrenta, fundada por Jordi Martí y situada en la avenida Diagonal de Barcelona / CG

La sede de Qrenta, fundada por Jordi Martí y situada en la avenida Diagonal de Barcelona / CG

Business

La cúpula de Qrenta también deberá responder ante la justicia mercantil

A las causas que se analizan por lo penal y lo social se añade otra denuncia que ultima otro grupo de afectados por las prácticas de la agencia de valores

27 septiembre, 2019 00:00

La batalla judicial que han emprendido los clientes de Qrenta con el objetivo de recuperar la máxima cantidad de dinero de las inversiones fallidas que se gestionaban desde la agencia de valores también se librará en los Juzgados de lo Mercantil. Los letrados Eduard Magri y Sergi Font ultiman una demanda de unos 12 afectados que se presentará en los próximos días.

Esta causa discurrirá de forma paralela a la querella penal impulsada por CHR Legal, la que acusa a la cúpula de administración desleal y estafa y que está admitida a trámite en Instrucción número 3 de Barcelona; y a dos presentadas por lo civil. La que está en Primera Instancia 37 de la misma partida y que promueve el bufete Iuris Factor, y otra más pequeña de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin).

Equipo de Jordi Martí

Todas ellas tienen en común denunciar las prácticas que el equipo encabezado por Jordi Martí, el fundador y principal gestor de patrimonios de Qrenta, había implementado en los últimos años en la firma suspendida por la CNMV. Señalan la falta de información que se daba a los clientes a la hora de dirigir sus aportaciones económicas y el incumplimiento reiterado de las directrices sobre el riesgo máximo que estaban dispuestos a aceptar.

Se intentará demostrar cómo se había urdido una trama en que las acciones de unas empresas muy concretas del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) copaban el grueso de las operaciones de la agencia. Firmas como Home Meal Replacement (Nostrum), Euroconsult, Inkemia u Only-Apartments, entre otras, en que el equipo de Qrenta tenía un doble interés. Los gestores dirigían allí las aportaciones de los clientes y los principales ejecutivos habían tomado posiciones en los consejos de administración. Además, recibían una compensación económica por cada accionista nuevo que atraían.

Sistema piramidal

También se indica que existía un sistema piramidal en la gestión de unas inversiones extremadamente volátiles. El capital que retiraban algunos clientes se cubría de forma sistemática con el de otros para mantener la liquidez de las compañías.

En algunos casos incluso se denuncia que el dinero que los clientes decidían sacar de alguna de las cotizadas del MAB por las dudas que surgían en la inversión acababan igualmente en las mismas compañías. Qrenta los reinyectaba a través de alguna de las sicav con las que operaba.

Pequeños ahorradores

El grueso de los denunciantes son pequeños ahorradores. Las aportaciones individuales de los que han optado por la vía de lo mercantil están por debajo de los 150.000 euros y reclaman que se les reembolse la diferencia entre el coste de entrada y de salida del patrimonio inicial con intereses y los gastos de gestión que les cobró Qrenta.

Martí y el resto del equipo directivo deberían responder por responsabilidad solidaria si la causa llegara a buen puerto. Por ahora, lo único seguro es que su estrategia de defensa se complica.