La terraza de Catwalk Barcelona, durante una sesión antes de la pandemia / CG

La terraza de Catwalk Barcelona, durante una sesión antes de la pandemia / CG

Business

Catwalk cambia de manos

Grupo Esencia, de Xavier Mitats, 'ex' de Tragaluz, toma el control de la discoteca a la espera del desahucio instado por el Hotel Arts

20 agosto, 2021 00:00

La icónica discoteca Catwalk cambia de manos. El club situado en el Frente Marítimo ha pasado a manos de Xavier Mitats, exsocio de Grupo Tragaluz y fundador de Grupo Esencia. El directivo ha tomado el control de un establecimiento en el que ya participaban a la espera del desahucio instado por el Hotel Arts, que compró los locales de la franja litoral de la ciudad a golpe de chequera en la subasta que hizo Hacienda en 2020. 

Lo explican al menos tres fuentes del sector del ocio nocturno no relacionadas entre sí. Las voces coinciden en que la operación comprende dos de los directivos que dan de qué hablar en la noche barcelonesa. Uno, el exfundador de Catwalk, José Luis Palli, se retira de la sociedad gestora por motivos personales. Entra Mitats como accionista de referencia, un ejecutivo muy presente en el entorno del Hotel Arts, donde se sitúa el club. 

A la espera del desahucio

Se trata de una etapa de transición. Ello es así por dos motivos. Uno, porque la zona está afectada por el proyecto de los propietarios del establecimiento turístico de crear una marina deportiva de lujo en el Frente Litoral. De hecho, los dueños del hotel de cinco estrellas gran lujo han comprado la mayoría de los locales de la zona salvo la discoteca Pachá y el restaurante Moncho's, entre otros, como avanzó este medio. Quiere fuera la discoteca y ha instado al desahucio. Con todo, la resolución del conflicto llevará años. 

En ese interín, podría entrar algún otro explotador del local de rhythm and blues y hip hop de la zona marítima de Barcelona. Pero quien lo haga entrará bajo la alargada sombra del Arts, que ansía controlar la zona desde hace años y ha aprovechado el músculo de su dueño, Archer Hotel Capital --firma que incluye la inversora holandesa ABP Investments y GIC, el fondo soberano de Singapur--, para barrer a la mayoría de locales que operan allí. Cuando lo consiga, construirá su espacio de shopping y juego --ampliará el Casino de Barcelona--, hecho que revalorizará el hotel. 

Se va un histórico

Antes de que los fondos del Hotel Arts cambien el rostro del litoral de Barcelona, una de las piezas ha cambiado de dueño. Catwalk ya no es de José Luis Palli, el empresario que fundara la sala de baile y ligue Trauma en 1978. El local aguantó a la sangría de la noche barcelonesa durante 40 años hasta que echó el cierre en 2017. La familia del directivo de la noche es aún propietaria del edificio en el que se sitúa el club, en el número 288 de la calle Consejo de Ciento, en pleno Eixample. 

Mientras Trauma atraída al público maduro de Barcelona, Palli probó suerte con un local completamente diferente situado en el Frente Litoral. Abrió Danzatoria en 1996, transformado posteriormente en Catwalk. El local estaba orientado al público internacional y al cliente más pijo de Barcelona. Funcionó hasta que lo barrió la pandemia, como a parte del ocio nocturno catalán. Está cerrado temporalmente. 

Zona en transformación

Cuándo reabrirá es una incógnita. Lo factual es que la discoteca a tres niveles, incluido una terraza a los pies de la célebre escultura en forma de pez de Frank Gehry, se encuentra en un polo urbanístico en plena transformación. No solo el Hotel Arts ha echado un ojo --y todo su potencial económico-- al lugar. El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con un instituto cercano a las instalaciones, también proyecta un bulevar científico, tal y como explicó Crónica Global

Los operadores que buscan matener su actividad citan los derechos adquiridos tras 30 años de funcionamiento. También el Ayuntamiento de Barcelona ha tomado posiciones, sin implicarse en la subasta en la que arrasó el Arts, pero atento a las novedades. Por lo pronto, ha conseguido limpiar de ocio nocturno el vecino Puerto Olímpico y ha pergeñado un plan de renovación centrado en la llamada economía azul, la que reconoce la importancia del mar, para la dársena. 

El ocio nocturno, ¿resistirá?

La confluencia de intereses no es casual. Se trata de un espacio que queda dentro del Dominio Público Marítimo-Terrestre (DPMT) de forma parcial. El primer gobierno municipal de Ada Colau en Barcelona intentó echar de allí al ocio nocturno en su totalidad. Sin éxito. Los comunes solo consiguieron desahuciar los clubes del vecino Puerto Olímpico, ahora gestionado por Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), el grupo municipal de empresas. 

Pero el Frente Marítimo, con Catwalk como una de las enseñas, resiste. Ese, según una de las fuentes consultadas, es el debate de fondo. Si el ocio nocturno tiene lugar en una zona en la que los dueños del Arts inyectarán millones para convertirla en una marina de alto nivel similar a lo que ocurre, por ejemplo, en el puerto de Ibiza. Por lo pronto, Pachá se quedará porque Grupo Costa Este lo ha comprado con la ayuda de su nuevo socio. Catwalk, según otras voces, podría seguir. "El Arts necesitará una discoteca en ese mix de usos", apostillan convencidos.