Moritz abrirá otro macrolocal en el Eixample pese a sus pérdidas
La cervecera catalana se la juega con otro restaurante en Rambla Cataluña pese a que acumula un 'agujero' de 28 millones desde 2013
20 agosto, 2021 00:00Moritz abrirá otro macrolocal en el Eixample pese a que acumula pérdidas desde hace años. La cervecera catalana se la jugará con otro macrorestaurante en plena Rambla Cataluña de Barcelona aunque acumula un agujero de 28 millones de euros desde 2013 en su cuenta de explotación.
Lo han confirmado fuentes cercanas al proyecto, que se ultima con suma discreción. Moritz acaba de arrendar el antiguo local de dos pisos de la cervecería Maestró, que producía su propia bebida alcohólica en el mismo establecimiento. El anterior operador fue a concurso de acreedores y ahora la conocida firma probará suerte pese a su delicada situación económica.
Abrirá a final de año
Voces cercanas a la nueva iniciativa comercial han confirmado que Moritz abrirá su nuevo macrolocal en el Eixample entre finales de año o a principios de 2022. Previo a ello, deberá acometer una reforma del local. El espacio ya cuenta con tanques y tuberías de producción de cerveza conectadas a los surtidores, lo que debería facilitar su apertura de puertas. Cabe tener en cuenta que una de las bazas de la propuesta gastronómica del grupo, además del trabajo conjunto con el laureado chef Jordi Vilà, es que sirven cerveza sin pasteurizar.
Otras fuentes próximas a la compañía subrayan que el nuevo local de la cervecera catalana, --en realidad pertenece al aragonés Grupo Agora-La Zaragozana, propietario de la marca Ámbar, entre otras--, será un "restaurante". Similar al que ya opera en la Ronda de Sant Antoni y que diseñó el renombrado arquitecto Jean Nouvel. Se desconoce si en esta ocasión la compañía de los hermanos Daniel y Jorge Roehrich Saporta apostarán por otro proyecto singular, por cuanto las cuentas de la empresa están muy tensionadas.
Dos aportaciones de capital en 2019 y 2020
Como explicó este medio, Moritz perdió 3,18 millones de euros en 2020, ejercicio en el que su quebranto aumentó el 17%. Por su parte, la facturación se contrajo un 21% hasta los 14,28 millones de euros por el impacto de la pandemia del coronavirus sobre la restauración. Con ello, la compañía se aleja de su meta de ingresar 20 millones, a la que se había acercado en el pasado.
También relevantes son las dos aportaciones de capital que tuvieron que hacer los socios de Moritz en diciembre de 2020 y junio de este mismo año. La inyección de liquidez totalizó 5,7 millones de euros. Se sumó a otras aportaciones anteriores y al esfuerzo de Grupo Agora, que pidió créditos al Instituto de Crédito Oficial (ICO) y a la banca privada para apuntalar su situación financiera.
Alquiler de 7.000 euros al mes por metro cuadrado
Pese a los números rojos in crescendo, Moritz ha arrendado ahora otro local en Rambla Cataluña con calle Valencia para lanzar una nueva aventura empresarial. La zona presentaba un precio de alquiler por metro cuadrado de 6.924 euros al mes en 2019, siendo la segunda calle más cara para operar un comercio en Barcelona tras Las Ramblas, según los últimos datos de la Cámara de la Propiedad Urbana que no incluyen el impacto de la pandemia.
El elevado alquiler es lo que se llevó por delante el negocio cervecero que operaba anteriormente en este punto. Desde el entorno de los promotores del negocio concursado señalan que a esta realidad se le sumaba la caída de ventas que notaron durante el procés, la que siguió a los disturbios por el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel y la propia crisis del coronavirus y las restricciones a la hostelería para contenerla.
Otros negocios tocados
Fuentes del sector aportan más contexto a la nueva operación de Moritz, que se gestiona con absoluto hermetismo. "Desde La Zaragozana llevan años dilapidando dinero en este negocio pese a su acercamiento al independentismo catalán. Ello va sumado al mejorable negocio de Grupo Ocaña, que también es del mismo conglomerado pero de otras empresas", explican.
Se refieren a la filial que creció desde el bar-restaurante homónimo situado en la plaza Real de Barcelona y que regenta, en última instancia, Joaquina, la mujer de uno de los socios del cervecero aragonés. No obstante, el Ocaña goza de una reputación en Barcelona que Moritz no tiene por, precisamente, su flirteo con el secesionismo. El director general hasta 2014 usó una bandera política que no tenía reparos en defender para ganarse un lugar en el mercado. Con todo, la estrategia no tuvo el éxito esperado y la familia propietaria lo expulsó de la organización. "Moritz la pifió coqueteando con el nacionalismo y se equivoca al competir con bares siendo productor de cerveza. No puedes estar a ambos lados o los hosteleros no te comprarán tu producto porque les haces competencia", alertan. Apostillan que cabe preguntarse "por qué Agora-La Zaragozana sigue sosteniendo el negocio" habida cuenta de sus ingentes pérdidas.
Este artículo se ha elaborado sin la versión de Moritz, que no ha contestado a las preguntas de este medio.