María Reig negocia de nuevo con la banca para reajustar las deudas del Mandarin
El hotel gana dinero por primera vez desde su apertura
28 octubre, 2016 00:00La potentada andorrana María Reig Moles ha tenido que pedir árnica a los bancos otra vez. Su lujoso hotel Mandarin, sito en el barcelonés paseo de Gracia, entre Consejo de Ciento y Diputación, arrastra una pesada losa de deudas bancarias, cifradas en 100 millones de euros. Su origen arranca de la compra y construcción del establecimiento.
En 2013, ante la imposibilidad de devolver el dinero, negoció con las entidades crediticias un calendario de pagos más holgado. La principal medida consistió en dilatar hasta 2016 el periodo de carencia de las amortizaciones. Pero el tiempo corre a toda prisa. Los vencimientos han llegado. Y ocurre que la cruda realidad del negocio no deja margen para atenderlos.
El Mandarin facturó el año pasado 31,3 millones, un 18% más. Los resultados mejoraron y pasaron de 3,5 millones de pérdida a un exiguo saldo positivo de 148.000 euros. Es el primer resultado positivo que arroja desde la inauguración seis años atrás. Los números rojos acumulados en el periodo 2009-2014 se elevan a 61 millones.
Para restablecer el equilibrio patrimonial, en el ejercicio último el Mandarin enjugó el déficit arrastrado mediante la aportación de las reservas y la prima de emisión, por un importe conjunto de 34,3 millones.
A continuación, se redujo el capital de 37 a 8,6 millones. De forma paralela, se amplió el capital en 6,4 millones, con prima de 11,8 millones. El desdoble no ha supuesto entrada de efectivo en las arcas sociales, pues se realizó por compensación de créditos que la holding holandesa de María Reig tenía concedidos al propio Mandarin. Tras estos movimientos contables, Reig posee el 97% del hotel.
Además, por encargo de la empresaria, se ha realizado una estimación del valor del inmueble y sus instalaciones. La cifra resultante es superior a los 133 millones que figuran en los libros de la sociedad. A la luz de la flamante valoración, Reig ha decidido revertir deterioros de 22,9 millones, por lo que el edificio figura ahora tasado en 151 millones, previa dotación de las amortizaciones.
Según el auditor, tales altibajos no afectan al patrimonio, pero en vez de imputarse a “resultados de ejercicios anteriores”, deberían haberse hecho al epígrafe “deterioro y resultado por enajenaciones del inmovilizado”, por lo que el beneficio del ejercicio 2015 debería aumentarse en los citados 22,9 millones.
El censor de las cuentas también destaca que el Mandarin comenzó el ejercicio 2016 con un fondo de maniobra negativo de 12,8 millones. El administrador único del Mandarin es Carlos Enseñat Reig, hijo de María Reig.