La startup Niubo, de Barcelona, para padres de la generación Z, fracasa y acaba en quiebra
- Los promotores del negocio son Juan Masia, Mireia Oliván e Ivan Bruschi
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Las empresas nativas de internet fundadas por jóvenes emprendedores brotan como setas, pero por desgracia las que logran germinar y hacerse un sitio en el mercado son una minoría. Los desengaños abundan. El último de ellos tiene de protagonista a la empresa Llubrumas.
Siniestro
Esta se constituyó en julio de 2022. Impulsó la plataforma Niubo, para padres de la llamada generación Z, con oficinas en la calle de Marco Aurelio número 4, de Barcelona, junto a Vía Augusta.
Poco más de dos años después, Llubrumas está postrada en el Juzgado Mercantil número 7 de Barcelona, en situación de concurso de acreedores. Se trata de un descalabro total pues los estados contables carecen de masa activa. La ruina es absoluta y definitiva. Si los acreedores no solicitan el nombramiento de administrador concursal, el juzgado ordenará el cierre del expediente y la extinción de la sociedad.
Promotores
Los fundadores del negocio son Juan Masia Fontana, Mireia Oliván Bevia e Ivan Fabrizio Bruschi, que a la sazón contaban 33 años. Todos ellos están en posesión del máster en administración ejecutiva de empresas de Esade. Más tarde se sumó al trío Gabriela Lluís Llanas.
En 2022 pusieron en marcha la plataforma Niubo. Ofrecía a los padres primerizos una cartera de dos centenares de servicios y productos, que cubrían desde el embarazo hasta el postparto. Entre ellos figuraban talleres y cursos en línea, sesiones de “aquagym” para embarazadas, fisioterapia y un amplio contenido multimedia de apoyo a las madres y los padres. Niubo estaba disponible en Barcelona y Madrid.
Fondos públicos evaporados
Llubrumas-Niubo financió su lanzamiento con los recursos aportados por los socios. También recibió un crédito de Enisa, organismo del Ministerio de Industria, que tras la bancarrota, deviene ahora totalmente incobrable.
En sus dos años escasos de funcionamiento, Niubo ha generado unas cifras meramente testimoniales de ingresos, que hacen de todo punto inviable la continuidad y desembocan en el fallido concursal.