Catalana d’Iniciatives sigue perdiendo dinero pese a estar inactiva
Su inversión en la compañía aérea catalana Spanair significó el principio del fin de su aventura empresarial
6 diciembre, 2017 00:00La empresa de capital riesgo Catalana d’Iniciatives entró en liquidación hace cuatro años. El proceso todavía no ha concluido. Entre tanto, la compañía, que es un híbrido de capital público y privado, sigue abocando números rojos a porrillo.
El déficit, lejos de amainar, se disparó en 2016 y pasó de 1,5 a 3,8 millones de euros. El resultado es achacable por entero a la pérdida de valor de sus participadas. Dicho quebranto ahonda aún más el déficit de los recursos propios, que alcanzan ya la cifra de 13,2 millones negativos. Iniciatives está totalmente inactiva.
El estado terminal de la empresa es consecuencia de la desgraciada inversión que realizó en la hoy desaparecida aerolínea Spanair, por órdenes políticas de la Generalitat.
Historia exitosa
La quiebra de Spanair supuso para los contribuyentes un quebranto de casi 300 millones. En el caso de Iniciatives, su inversión en la aerolínea le ocasionó un agujero de 77 millones.
Catalana d’Iniciatives se fundó en 1993 por fusión de la sociedad de capital riesgo Iniciatives, que giraba en la órbita del Ayuntamiento de Barcelona, con su homóloga Societat Catalana de Capital a Risc, controlada por la Generalitat. Ambas se habían constituido a mediados de los años ochenta del siglo pasado.
El cuerpo accionarial se completó posteriormente con la entrada en su capital de varias firmas privadas, entre ellas La Caixa, Banco Sabadell, Telefónica, la aseguradora Fiatc y la mutua Asepeyo, más, la eléctrica Endesa, la petrolera Repsol y la Once.
Bajo la dirección de Francesc Raventós, exdecano del Colegio de Economistas de Cataluña y exteniente de alcalde con Pasqual Maragall, Iniciatives aportó durante dos decenios 700 millones a un plantel de más de 140 empresas. Algunas operaciones no dieron los frutos que se esperaban, pero en su mayoría devengaron saneadas plusvalías cuando llegó la hora de venderlas. El balance global fue ampliamente satisfactorio y reportó jugosos dividendos a los socios.
La marcha de la sociedad se truncó en 2009, el día que le obligaron a tomar un paquete de acciones de Spanair y que ha acarreado, a la postre, su defunción.