Amber Capital valora la entrada de Godó en Prisa para afianzar el núcleo duro
El fondo busca sumar apoyos que le permitan, junto a Vivendi, controlar más del 50% de la compañía y evitar así que se reproduzcan tensiones del pasado reciente
9 marzo, 2021 00:00El primer accionista de Prisa, Amber Capital, ve con buenos ojos la posible entrada del Grupo Godó en el capital de la editora de El País. Enmarca el movimiento en el contexto de la conformación de un núcleo duro de accionistas, que ya empezó a construir a comienzos de año con el aterrizaje de Vivendi, que permita al fondo desarrollar su estrategia en la compañía sin los sobresaltos del pasado más reciente.
Como adelantó este lunes Crónica Global, Godó, el grupo líder de la comunicación en Cataluña, ha planteado la conversión de su participación en Prisa Radio, filial de la sociedad propietaria de las emisoras de la Cadena Ser, en capital de Prisa. Una maniobra que, en función de las valoraciones que se utilizaran para ejecutarla, podría darle una participación estimada de entre el 7% y el 10% del capital de la empresa cotizada.
La tercera pata
La operación, planteada de forma proactiva por Grupo Godó, está siendo valorada por Amber como una posibilidad de sumar un tercer socio al núcleo duro que está conformando con su socio Vivendi, que a comienzos de año tomó cerca de un 10% del capital.
El gigante francés de la comunicación y el entretenimiento adquirió la práctica totalidad de la participación en Prisa que el banco británico HSBC puso a la venta (de algo más del 7%) y posteriormente compró un paquete adicional en el mercado para redondear su actual peso en el accionariado de la compañía que preside Joseph Oughourlian, el hombre fuerte de Amber en España.
Apoyos para la estabilidad
De este modo, entre el fondo y Vivendi suman una participación del 40%, teóricamente más que suficiente para asegurarse el control de la empresa. Sin embargo, la intención de Oughourlian pasa por no dejar no un cabo suelto con el fin de evitar que Prisa se vea envuelta de nuevo en una situación de inestabilidad como la vivida en los últimos tiempos, bajo la presidencia de Javier Monzón.
De hecho, desde que Vivendi se convirtió en accionista significativo de Prisa han sido frecuentes los rumores que apuntaban a que la compañía francesa podría incrementar aún más su participación. Esta circunstancia favorecería a Amber, que ya recibió en su día a Vivendi con los brazos abiertos.
Un socio español
Una eventual entrada de Godó tras la preceptiva negociación con Amber podría frenar esta maniobra y hacer posible el control efectivo de la compañía parte de los que serían sus tres primeros socios.
Además de estabilidad, Amber también lograría el objetivo de sumar a un socio de capital español a este núcleo duro; una circunstancia que habría llegado hasta el fondo en forma de “recomendación” desde determinados ámbitos del poder político, con vistas a normalizar la atípica situación que vive desde hace tiempo la compañía que gestiona los medios de comunicación con mayores cifras de audiencia del país en sus respectivos segmentos.
El papel de Telefónica
En este sentido, el papel de Telefónica (que cuenta con cerca de un 10% de Prisa) podría ser relevante. Sin embargo, la actual estrategia del grupo que preside José María Alvarez-Pallete, en plena reinvención, con un amplio proceso de venta de activos en marcha, y muchos y nuevos desafíos en el horizonte, hacen de ésta una apuesta arriesgada.
Este papel sí lo podría representar Godó, un socio con un carácter netamente más industrial en el sector que la operadora de telecomunicaciones.
La "pinza" en Francia
Cabe recordar que Amber y Vivendi también son socios desde hace unos meses en el grupo galo Lagardere, por cuyo control también están peleando con el resto de accionistas. Entre ellos, la familia fundadora, que se resiste a dejar la dirección de la empresa pese a su situación de socio minoritario.
Precisamente, este escenario fue el que se dio en Prisa hace algo más de dos años. Pese a que Amber era el primer socio, aceptó la propuesta de nombrar presidente a Monzón, apadrinado por Santander. El banco apenas cuenta con un 6% de las acciones, fruto de una operación de capitalización de la deuda.
Blas Herrero, punto de inflexión
Este movimiento no contribuyó a mejorar la situación de la sociedad, presionada por un abultadísimo endeudamiento, sino que incrementó la inestabilidad. Eran públicas las claras divergencias entre la dirección y la propiedad sobre el camino a seguir para asegurar la viabilidad de Prisa.
El factor que terminó de hacer pasar a la acción a Amber fue la llegada de la oferta de un grupo de empresarios liderado por Blas Herrero para hacerse con la división de medios de Prisa a un precio de 200 millones de euros. El proceso contó con la opinión favorable, e incluso algunas fuentes aseguran que también con el impulso, de un grupo de accionistas comandados precisamente por la entidad financiera que preside Ana Botín.
Cese y nueva etapa
La operación, presentada a escasos días de aprobar en junta la determinante venta de la división internacional de la editorial Santillana para aligerar deuda, precipitó el desalojo de la presidencia de Monzón, precisamente en el marco de esta asamblea, sin estar incluido en el orden del día y gracias a una alianza puntual entre Amber y Telefónica.
Que esta situación se repita es lo que quiere evitar el fondo y lo que le facilitaría contar con un núcleo estable de socios. Está por ver si con Godó como uno de sus elementos.