
Miguel Agustín Torres Riera y Miquel Torres, hijo y padre
'Succession' en las bodegas Torres: una pugna familiar envenena la transición del imperio vitivinícola
El patriarca Miguel Torres, de 84 años, posterga el nombramiento de su hijo Miquel por divergencias en la gestión del negocio, mientras mira de reojo a Mireia, su otra hija
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En el corazón de El Penedès, allí donde los Torres fundaron su bodega en 1870, se libra una disputa paternofilial por la transición del imperio vitivinícola. El traspaso de la cuarta a la quinta generación acarrea fricciones desde hace años, y el patriarca Miguel Agustín Torres Riera, a sus 84 años, posterga la cesión del testigo a su hijo Miquel.
Por partes, lo factual es que en 2023 el padre decidió apartar al hijo de la dirección general para que este hiciera, en teoría, un proceso formativo que le permitiera asumir la presidencia ejecutiva un año después. Se contrataron a dos directores generales, Xavier Armengol y Miquel Miró, mientras Miquel, el hijo, se marchó a Estados Unidos para formarse en management.

La familia Torres en unos viñedos próximos a su bodega de El Penedès
Se habló de que el proceso duraría un año, pero ya han pasado dos cursos y las funciones ejecutivas siguen en manos del veteranísimo padre, sin ninguna intención aparente de que quiera ceder la silla a su retoño.
Las fricciones entre padre e hijo estarían provocando dudas en la transición familiar. Ello ha provocado que surja otro nombre paralelo al de Miquel: el de su hermana Mireia, quien hoy pilota el área de Innovación y Conocimiento y la emblemática bodega Jean Leon. "Su marca funciona y está bien posicionada. Ella está contenta donde está, pero nunca se sabe", asegura una fuente del sector vinícola.
Ecos de 'Succession'
De hecho, en una entrevista reciente en La Vanguardia, Miguel Torres optó por no responder a la pregunta de si su hijo Miquel Torres Maczassek asumirá finalmente la presidencia ejecutiva del grupo. Explicó que "siguen viendo la manera de que se reincorpore", si bien no detalló en qué posición, y aprovechó para loar a su hija Mireia, de quien detalló "que está asumiendo más responsabilidades".
Las dudas del patriarca recuerdan a la aclamada serie de HBO Succession. Esta ficción gira en torno a la poderosa y disfuncional familia Roy, dueña de un imperio empresarial. El argumento desgrana la lucha por el control del imperio y las dudas del patriarca Logan Roy, un magnate que a sus ochenta años empieza a plantearse la sucesión de su vasto imperio.
La empresa lo niega
A las preguntas de este medio, la empresa echa agua al vino. "Todos los negocios generan tensiones entre generaciones. Aunque es cierto que tienen posiciones distantes, hablan y se comunican. Miquel volverá", explica la compañía.
Otro extendido rumor en el sector del vino es que, tras el retiro del patriarca, ejecutivos externos ganen más peso dentro de la estructura de decisión, si bien se descarta la entrada de otra propiedad en el capital, como ha ocurrido en sus paisanos Freixenet y Codorníu. “El grupo seguirá siendo familiar, pero la gestión… Eso ya es otro tema”, detalla un directivo.
Números rojos
En 2024, la empresa cerró el ejercicio con un decrecimiento de la facturación del 1,8%, hasta los 242 millones de euros, debido a la venta de su filial china y a la devaluación del peso chileno. El grupo no detalló su resultado neto, pero en 2023, un año antes, volvió a los números rojos con un quebranto de 3,3 millones.
Uno de los traspiés del grupo ha sido, precisamente, en China. Invirtieron en los últimos 10 años en el gigante asiático, pero los chinos han plantado sus propias viñas y han tenido que vender el negocio en el mercado a su principal competidor.