
Un repartidor de Glovo Europa Press
Just Eat arremete contra Glovo y lo acusa de tener una "posición de muchísima ventaja"
La compañía le reclama 295 millones de euros en concepto de daños y perjuicios
Más contenido: Glovo se sienta en el banquillo de los acusados por competencia desleal y uso de falsos autónomos
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Just Eat continúa en la batalla contra Glovo y lo acusa de tener "una posición de predominancia, de muchísima ventaja" que le permite en la actualidad "volver a un sistema de cumplimiento sin perder los beneficios".
Los letrados del despacho Pérez-Llorca insistieron en esta tesis durante la última sesión del juicio celebrado en el Juzgado Mercantil 2 de Barcelona por la demanda que interpuso Just Eat contra Glovo por presunta competencia desleal, motivo por el que le reclama 295 millones de euros en concepto de daños y perjuicios, tal y como recoge Europa Press.
Durante 15 años, Glovo ha contado con 60.000 falsos autónomos sin costes fijos, lo que, según Just Eat, ya no solo es una ventaja competitiva, sino un hecho "contrario al sentido común y a las normas del funcionamiento de la economía". Esto es una "estrategia típica de depredación" para asfixiar a los competidores, sostienen y que asuman costes para mantenerse o salirse del mercado.
Así, transmiten que el incumplimiento sistémico los ha beneficiado económicamente durante esta última década y, también, eliminan la posibilidad de réplica de las empresas que cumplen con la ley, a su juicio.
Relación con los 'riders'
Just Eat sostiene que su competidor mantenía una relación laboral con su flota de 'riders' basándose en que era la empresa la que organizaba la actividad para obtener "el máximo beneficio económico", asignando los pedidos mediante su algoritmo a los repartidores, a los que tenía geolocalizados.
Añade que es "una falacia absoluta" que los repartidores pudiesen marcar el precio del reparto, que venía establecido por la empresa, que para comenzar a operar les hacía aceptar unas condiciones en la app, códigos y de políticas que, según Just Eat, denotan una relación laboral entre ambos.
Si bien Glovo aseguró durante el juicio que los riders que trabajaban en el modelo Flex --como autónomos-- podían desconectarse de la app libremente, Just Eat sostiene, --como declararon 3 'riders' durante el juicio--, que no lo hacían porque, si no, no les entraban nuevos pedidos, y que tampoco los rechazaban porque tenían la sensación de sufrir penalizaciones.
Un informe ratificado en el juicio constató que el 74% de los pedidos de Glovo se aceptaban a primera orden, lo que refleja que "el ejercicio de esta libertad de rechazo es relativa", sostiene Just Eat, dado que los 'riders', por un lado, necesitaban el dinero, y por otro, temían ser penalizados y que, aunque no tenían los medios para constatarlo, sus manifestaciones han sido ratificadas por la prueba que se ha practicado.
Los abogados de Just Eat mantienen que los repartidores de Glovo en el modelo Flex trabajaban siete días a la semana, permanecían conectados una media de diez horas diarias y percibían ingresos inferiores a los 1.000 euros en la mayoría de los casos, textualmente.
Por todo ello, han señalado que si son los repartidores los que prefieren este modelo de autónomo, como defendió el vicepresidente internacional de Glovo, Arnau Cortés, durante el juicio, les hubiese gustado que su competidor hubiese propuesto la declaración de alguno de los 60.000 'riders' para hablar de las "bondades" de este modelo.
Prescripción
Por su parte, uno de los letrados de Glovo, representado por el bufete Uría Menéndez, ha empezado la lectura de su informe asegurando que Just Eat "pretende ganar en el juzgado lo que está perdiendo en el mercado".
El letrado ha recordado que el artículo 35 de la Ley de Competencias Leales --que Just Eat asegura que han incumplido--, establece un plazo de prescripción de un año, por lo que el modelo Slot 1 que utilizó Glovo entre 2015 y 2018 está prescrito, así como el Slot 2, con el que operaron entre 2019 y agosto de 2021.
En cuanto al modelo Flex, que comenzó en agosto de 2021, el letrado ha dicho que también habría prescrito, a excepción del periodo de un año retrotrayéndose desde el momento en el que se presentó la demanda, el 11 de diciembre de 2024.
El 2 de diciembre de 2024, Glovo anunció un cambio de modelo laboral por el cual dejaría de operar con riders autónomos a partir del 1 de julio de este año y pasarían a ser asalariados.
Niegan la competencia desleal
Los abogados han negado la competencia desleal y han señalado "la menor ineficiencia de Just Eat", que recibe 2 pedidos la hora, frente a los 3 de Glovo, y que tienen un coste de 8,4 euros frente a los 6 de la empresa española.
Además, han sacado a colación la supuesta "imparcialidad" de las inspectoras propuestas por Just Eat, de las que ha dicho que cobran un 'bonus' en función de las actas que levantan y han asegurado que entrevistaron a uno o dos 'riders' y que, de ahí, 'per saltum', "concluyen que 3.000 o 4.000 están en una misma situación".
La parte demandada también ha afeado a Just Eat que "no ha hecho el mínimo esfuerzo por relacionar y, en su caso, acreditar las características precisas de la relación que vincula a los 'riders' con Glovo".
Precisamente, sobre la declaración de los 3 riders en el juicio, que contaron su experiencia con Glovo, los demandados han criticado que en la actualidad todos ellos trabajen para Just Eat y que aludieran a sus "sensaciones", por lo que consideran que esta prueba es manifiestamente insuficiente para acreditar las condiciones de los repartidores y su relación con la empresa.
Por todo ello, los abogados de Glovo han solicitado que se desestime íntegramente la demanda presentada por Just Eat; el juicio ha quedado visto para sentencia.