
Marc Puig, presidente ejecutivo de Puig Brands, con el presidente de EEUU, Donald Trump , de fondo / CG
Puig se encomienda a la diversificación para protegerse de los aranceles de Trump con cientos de millones en juego
El grupo de perfumería y belleza 'premium' sufre un duro castigo bursátil durante las últimas semanas por las presiones de la batalla comercial, que amenazan las estimaciones para 2025
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La Administración Trump ha cumplido sus amenazas. Desde este miércoles, hay aranceles para todos aquellos que quieran vender en EEUU bienes fabricados en otros lugares del mundo. El segmento de los productos de consumo figura entre los más penalizados y los focos del mercado apuntan directamente a Puig Brands como una de las grandes corporaciones con mayor impacto en sus cuentas, dada su exposición a Norteamérica.
La presión de la batalla comercial se deja sentir ya en la cotización de Puig. Sólo en las últimas cuatro semanas, pródigas en mensajes y amenazas desde la Casa Blanca, la compañía se ha dejado cerca de un 15% de su valor en el parqué. Desde que se inició 2025, Puig se cuenta como uno de los cuatro valores del Ibex 35 con retrocesos de dos dígitos.
En sus últimas comparecencias públicas, Marc Puig, presidente ejecutivo del grupo, ha admitido que las políticas arancelarias de EEUU tendrán impacto en el desempeño de la compañía en el que pasa por ser su primer mercado en ventas.
El ejecutivo considera probable que parte del impacto de las tasas que impondrá la Administración Trump a sus productos deberá ser trasladado a los consumidores. No obstante, Puig ha indicado también que la mayoría de sus competidores en el mercado estadounidense se encuentran en una situación similar, dado que el grueso de su producción se focaliza en Europa.

Nuevo logotipo de Puig para su salida en Bolsa
Por encima de estos factores, la compañía se encomienda a la diversificación geográfica que presenta su estructura de ventas.
No obstante, algo más de un tercio de los ingresos procede del continente americano. Las cifras del ejercicio 2024, publicadas hace algo más de un mes por la compañía, consignan en concreto una proporción del 36%. Aunque cuenta con una presencia destacada en Latinoamérica, buena parte de esta cuota corresponde a EEUU y Canadá.

El presidente de EEUU, Donald Trump, en una imagen reciente / EP
En las presentaciones a los analistas, Puig Brands ha trasladado estimaciones para 2025 que sitúan la evolución de las ventas totales entre el 6% y el 8%. Cifras que invitan al optimismo pero que no recogen en su totalidad el posible impacto de los aranceles.
Las elecciones en EEUU se celebraron a comienzos del pasado noviembre. Aunque la victoria de Donald Trump fue indiscutible y no tardó en comenzar a desplegar mediáticamente su programa de actuaciones en materia económica, no ha sido hasta su toma de posesión, ya bien entrado el mes de enero, cuando ha dado detalles algo más precisos.
No obstante, hasta la fecha todo han sido cábalas y anuncios cuya vigencia se circunscribía a la llegada del siguiente.
Ya en los años anteriores a la salida a bolsa, Puig valoró con optimismo los avances en el mercado de Asia/Pacífico, en los que el grupo podría profundizar en esa diversificación que resulta más capital que nunca.
Cierto es que su peso en la cartera de la compañía aun es menor, de apenas el 10%. La pujanza de sus mercados, en los que emerge una clase media compuesta de segmentos de población joven y más enraizada en hábitos de consumo, hace que estas plazas sean vistas como la gran esperanza. Por ahora, nada que ver con EEUU; otro universo en el que marcas del grupo como Carolina Herrera gozan de un gran predicamento.
Las dudas de los inversores
En este sentido, la evolución bursátil de Puig es más que sintomática de la profunda incertidumbre que genera el sector, en general, y la compañía, en particular. En su condición de indicador adelantado, la cotización actual y su evolución refleja más las dudas acerca de que Puig pueda cumplir con las guías que ha facilitado a analistas e inversores que los resultados cosechados en un ya complejo ejercicio 2024.
En el caso de la corporación catalana, la salida a bolsa, de la que se cumplen once meses, supuso un hito en su centenaria historia. Pero, al mismo tiempo, un profundo baño de realidad.

Puig cotiza en bolsa
Desde su estreno en el parqué, las acciones de Puig Brands acumulan retrocesos superiores al 37%. En la primera sesión celebrada tras conocerse el detalle de los aranceles que impondrá desde ya mismo EEUU, sus títulos se han dejado cerca de un 5% y han cerrado en sus mínimos desde que se estrenó en bolsa, concretamente en 15,21 euros.
La primera prueba de fuego llegará a finales del presente mes de abril, cuando tiene previsto dar a conocer al mercado el avance de sus ventas en el primer trimestre. No obstante, los primeros efectos serán más visibles con las cuentas de los seis primeros meses del año. En el cuartel general de Puig cruzan los dedos. No es para menos.