Central nuclear de Vandellós II, en Tarragona / CSN

Central nuclear de Vandellós II, en Tarragona / CSN

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Los centros de datos y el coche eléctrico emergen como salvación para las nucleares catalanas

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A poco más de dos años para que comience a ejecutarse el cierre progresivo de las centrales nucleares en España, el debate vuelve a estar encima de la mesa. Y, de forma particular, en Cataluña, donde se ubican tres de los siete reactores aun operativos y cuyo suministro es particularmente dependiente de esta tecnología. 

Las voces a favor de revertir la situación y de promover una ampliación de la vida útil de estas instalaciones se han reforzado en los últimos meses tanto desde la industria como desde algunas Administraciones Públicas, bajo el temor de que el paulatino cese de producción de estas plantas ponga en peligro la seguridad del suministro.

En el escenario ha aparecido como elemento novedoso un ritmo de crecimiento de la demanda de electricidad mayor del esperado debido a diversos factores. Entre ellos, los avances en el proceso de descarbonización de la economía y también la aparición y desarrollo de nuevos negocios como los grandes centros de datos, grandes consumidores de energía. 

Las centrales ubicadas en Cataluña no figuran entre las primeras que detendrán su actividad de no mediar un cambio de planes. Para 2030 está prevista la paralización definitiva de Vandellós. Un horizonte que puede parecer lejano pero que, en realidad, está mucho más próximo, dado que los trámites han de iniciarse con antelación, tanto en el caso del cierre y desmantelamiento como en el de prórroga de la vida útil.

La central nuclear de Vandellós II, situada en Tarragona, una de las afectadas por la llamada 'tasa Junqueras' / EFE

La central nuclear de Vandellós II, situada en Tarragona, una de las afectadas por la llamada 'tasa Junqueras' / EFE

En Cataluña, se ve con inquietud esta situación, debido a la combinación de factores como la dependencia de la energía procedente de las nucleares, que se deriva del lento y tortuoso despliegue de las instalaciones renovables en la Comunidad Autónoma. Sin olvidar el efecto que tendrá en el empleo, que difícilmente podrá ser paliado con la recolocación de personal en plantas de energías limpias, que requieren de mucha menos mano de obra.

Mientras, el sector energético siempre ha dejado una puerta abierta a una eventual reversión del cierre de las centrales o, al menos, de una revisión del calendario establecido.

En este sentido, uno de los últimos en pronunciarse ha sido el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, quien ha manifestado su posición favorable a prolongar la vida de las nucleares en toda Europa, con el fin de poder atender la creciente demanda de electricidad que el sistema va a tener que atender ya en un futuro inmediato.

En conferencia de analistas tras la presentación de los resultados de la compañía, el ejecutivo se refirió al ejemplo de EEUU, donde numerosas plantas de este tipo han extendido su vida útil hasta los 60 e incluso 80 años. Galán conectó esta estrategia con la llegada de nuevos negocios como los centros de datos, en los que Iberdrola está muy interesada como potencial proveedor.

Grandes consumidores 24/7

"Se trata de grandes consumidores de electricidad, instalaciones de gran tamaño que funcionan 24 horas al dia, siete días por semana; por lo tanto, requieren de una tecnología que sea capaz de producir de forma permanente y en condiciones de seguridad", apuntó Galán. 

"Espero que en Europa se sigan los pasos de EEUU y se opte por prolongar la vida de las centrales", concluyó el presidente de Iberdrola. Pionera en la firme apuesta por las energías renovables, la eléctrica con sede en Bilbao no era una entusiasta de la energía nuclear hace unos años; en el caso de España, su elevada carga fiscal jugaba a favor de esta desapasionada visión, que las nuevas circunstancias parecen haber hecho virar.

Parque eólico de Iberdrola / EP

Parque eólico de Iberdrola / EP

Junto a la invasión rusa de Ucrania, que ha puesto en valor la importancia de la independencia energética, el negocio de los centros de datos ha contribuido a modular las opiniones. Iberdrola trabaja de manera firme en la creación de un división para aglutinar fuertes inversiones en este segmento, que le permitirá firmar acuerdos a muy largo plazo con gigantes de la tecnología.

No es la única gran compañía que ha incorporado esta nueva realidad a la primera línea de su estrategia. También lo ha hecho ACS, que ya se ha hecho con varios contratos milmillonarios en EEUU y en Asia-Pacífico para construir grandes centros de datos. Su hoja de ruta hasta 2026 contempla inversiones de hasta 12.000 millones de euros en este ámbito.

La apuesta de Blackstone

También cabe recordar que el fondo estadounidense Blackstone anunció hace unos días una inversión de 7.500 millones de euros en Aragón para el desarrollo de su negocio de centro de datos. Una prueba más del apetito inversor por algo que ya es una realidad y que disparará la demanda hasta desafiar la capacidad de las tecnologías renovables para dar respuesta. 

Otro de los factores que contribuirá a ese incremento es el de la movilidad sostenible. El desarrollo del vehículo eléctrico depende en gran medida del despliegue de una amplia red de puntos de recarga que, por el momento, se desarrolla a menor ritmo del previsto, en paralelo con la venta de este tipo de automóviles.

Coche eléctrico

El pasado miércoles, la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales (Sbees), el 'think tank' de Foment del Treball, organizó una jornada en Madrid acerca del futuro de la industria de la automoción. David Tornos, vicepresidente de la entidad, señaló como puntos clave para el avance del coche eléctrico el fomento de ayudas públicas para la adquisición de los vehículos y la aceleración de los planes para la instalación de puntos de recarga. 

A día de hoy, el objetivo de alcanzar los cinco millones de coches eléctricos en 2030 parece quimérico. Sin embargo, el efecto en la demanda eléctrica está asegurado y también dará argumentos a los que instan a prolongar la vida de las nucleares.